Documento político
de la corriente de opinión de EQUO-Andalucía:
Andalucía Ecológica
LOS RESULTADOS ELECTORALES
El debut de EQUO-Andalucía en las elecciones
andaluzas se ha saldado con un pobre resultado. No es fácil, a bote pronto,
escrutar sus causas. Las explicaciones aritméticas a menudo llevan de forma
recurrente a buscar correlaciones tautológicas para interpretar los traslados
de votos entre opciones partidistas. Por tanto no siempre alumbran los
comportamientos políticos de una sociedad compleja y dinámica, y reflejan una
realidad física de vasos comunicantes. O sea, el voto útil da su apoyo
electoral a las grandes opciones partidistas, y cuando la presión por las circunstancias
(coerción utilitarista) desaparezca, el voto útil vuelve como el río a su
cauce.
Por otro lado las explicaciones sociológicas
nos llevan a excesos materialistas y/o culturalistas para situar los límites
estructurales que frenan la entrada en la escena política de opciones
minoritarias, fundamentadas en discursos ilustrados y urbanos
No es nuestro afán insistir en la compleja
explicación de las causas que orientan los cambios y continuidades del
comportamiento electoral en Andalucía. Sí es nuestra intención, sin embargo,
expresar alguna intuición, justificada en lo racional, sobre la pírrica cosecha
electoral obtenida el pasado domingo 25 de marzo.
El escenario andaluz ha mostrado en los
últimos treinta años, es decir, a lo largo de toda su historia, una clara
tendencia a la simplificación partidista. Y no en clave exclusivamente
bipartidista, sino más bien “tripartidista”: PP-PSOE-PC/IU. Esto ha dificultado
la aparición de cuartas o quintas opciones –Los Verdes/EQUO o UPyD-y ha animado
la expulsión de la arena política de otras tantas –UCD/CDS, PSA/PA.
- Los estudios de sociología política –encuestas del CIS o IESA, etc.– vienen mostrado, a través de dos rasgos, cierta tendencia al asentamiento del posicionamiento ideológico de la ciudadanía andaluza: con una mayoritaria porción de la misma situada en el centro y, a la vez, con el predominio de posiciones de centro-izquierda entre un considerable resto. En otros términos, la estructura de la ubicación político-ideológica de la ciudadanía andaluza no es bipolar, sino más bien tripolar: con dos grandes grupos, uno en el centro-derecha y otro en el centro-izquierda, y uno más pequeño en la izquierda.
- La correspondencia entre la oferta partidista y la demanda electoral es bastante consistente y continuada, animada por el posicionamiento ideológico de la mayoría. Por tanto tenemos tres opciones políticas (una de centro/derecha, otra de centro/izquierda y otra de izquierda) para tres posicionamientos socio-ideológicos.
- Sólo el desplazamiento de las políticas desarrolladas por los gobiernos (estatal y andaluz) hacia planteamientos que erosionan o cuestionan los programas e identidades de las dos grandes opciones políticas, aparece cierta posibilidad de cambio a la erosión estructural del entramado político. Cuando la democracia-cristiana (PP) enseña su cara más dura, la liberal, como ahora; o cuando la socialdemocracia se torna social-liberal, como casi siempre, surge esta oportunidad de cambio. Sin embargo, la más de las veces, antes que el surgimiento de nuevas siglas o programas, lo que se produce es un reacomodo del electorado entre las dos opciones partidistas de centro, quedando IU como opción subsidiaria de la izquierda, según los virajes a derecha o izquierda del PSOE.
- La única constante que parece observarse en este panorama, evidente en los resultados del 25M, es una disyunción en el seno de la ciudadanía andaluza en torno a un hecho socio-cultural: el andalucismo. Por un lado se distingue un grupo del electorado como conservador-españolista de clase media (cuya identidad social se remite al período franquista y a la Restauración) y por otro aparece uno más amplio popular-andalucista (consolidado en la Transición a partir de la recuperación del andalucismo histórico de Blas Infante, y desarrollado con la autonomía andaluza). En esta línea divisoria estriba, seguramente, una de las dificultades más claras, a largo plazo, para que el PP se presente como opción creíble, es decir andalucista, al conjunto del electorado en Andalucía.
- De todo esto, y en lo que a EQUO-Andalucía concierne, como sucedió en el pasado inmediato con Los Verdes de Andalucía, nos volvemos a encontrar con la enorme dificultad con que suelen chocar las opciones políticas de la nueva izquierda (proveniente de los movimientos emancipadores que surgen de los años 60). Esta dificultad no se halla solo en romper la exclusiva barrera institucional de los partidos consolidados, sino también en afrontar dos obstáculos estructurales:
·
la conexión estable con una base
socio-política.
·
la competencia de las políticas
camaleónicas de los tres partidos tradicionales, sin reparos en la apropiación
y neutralización de los discursos de la nueva izquierda, como el de género, el
ambientalista o el de las nuevas formas de la igualdad civil y social, con tal
de satisfacer la renovación de su identidad, demandada por una sociedad como la
andaluza, postmoderna en el discurso, pero gravada en la situación actual por
constricciones materiales (pérdida de renta y bienestar) e inmateriales
(desempleo y frustración de procesos de desarrollo personal).
Al primer obstáculo malamente se puede hacer
frente si no es por la vía de arrimarse a otras opciones políticas,
consolidadas como los sectores más aperturista de IU, o no como los sectores
ecosocialistas del PA, que permitan con el paso del tiempo asentar sociológica
e ideológicamente el proyecto de la nueva izquierda, generando un frente más
amplio, a la vez que solvente políticamente, y alternativo al tripartidismo
andaluz.
El segundo escollo es más difícil de
superar, al menos mientras no se soslaye el primero.
RAZONES DE ESTA EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS ELECTORALES
1.
¡Los desastrosos resultados
electorales¡ No solo por su escasa entidad cuantitativa, también por su escaso
alcance cualitativo. No se olvide nuestra impotencia a la hora de animar en lo
más mínimo el enorme alcance del voto abstencionista o el desplazamiento de una
parte, por pequeña que fuese, del electorado socialista.
2.
Esta percepción negativa se agrava
si se considera que en esta ocasión nuestra propuesta política no ha sido
desdeñada del todo por la atención de los medios de comunicación; o si se
contempla que nunca hemos contado con más recursos políticos y sociales, fruto
del proceso de re-estrechamiento de lazos entre el movimiento y la política
ecologista en Andalucía.
3.
O si atendemos al escenario
político venidero: se adivina un ciclo de crisis e inestabilidad y una vuelta
de la cuestión social al primer plano de la política que en modo alguno apunta
la posibilidad de un vuelco electoral. En consecuencia, la apertura de un
horizonte más amable al surgimiento de nuevas fuerzas políticas.
LAS CAUSAS DE LA DERROTA ELECTORAL
No merece la pena detenerse en las causas
amortizadas (debilidad presupuestaria y de estructura organizativa, un sistema
electoral no proporcional, etc.).
No existe hasta el momento ninguna evidencia
–ni electoral ni sociológica-de que a corto o medio plazo la ciudadanía
andaluza se vaya a decantar en primera instancia por una opción política
ambientalista. A lo que sí parece mostrar sensibilidad, al menos últimamente y
parece que así seguirá ocurriendo, es al despliegue de políticas atentas a lo
social. De hecho, ha sido la formación que con más credibilidad ha logrado presentar
ante el electorado su compromiso con lo social, IU, la que ha obtenido mejores
resultados.
No existe ningún precedente en la política
democrática andaluza, incluso podíamos decir que tampoco en la española, de una
fuerza política que se haya hecho un mínimo espacio sin despejar con nitidez
sus señas de identidad. No olvidemos que el “centrismo” es una identidad y un
discurso político, y que UPyD ya no confunde a nadie, dada su orientación
neo-españolista/neo-regeneracionista.
Los conceptos de derecha y la izquierda
permanecen inamovibles como referentes geo-políticos de la inmensa mayoría de
la ciudadanía andaluza. El desgaste de las políticas y las traiciones a las
identidades primigenias del PP o del PSOE no ha confundido a la ciudadanía
andaluza, como se ha visto en los resultados de las elecciones, y sigue
dividida entre cosmovisiones en muchos casos antagónicas sobre el modelo de
sociedad y, por tanto, sobre su dimensión política.
DOS MODELOS DE
PARTIDO, DOS TIPOS DE ESTRATEGIAS PARA EL
FUTURO
A partir del
análisis realizado y de la experiencia acumulada en el campo de la ecología
política, vislumbramos dos modelos de partido (EQUO) y dos modelos de
estrategia a desarrollar:
M1. Un partido
de la izquierda verde, federalista, democrático radical, basado en la ecología
política y el ecofeminismo, descentralizado y horizontal.
M.2. Un partido
centralista y centralizado, ambiguo ideológicamente, sin ubicación espacial (ni
de derecha, ni de izquierda), antipolítico y plebiscitario, más ambientalista
que ecologista, más liberal que ecosocialista al modo de una UPyD teñida de
verde.
Y dos tipos de
estrategias:
E.1. Seguir
compitiendo, sin agua ni hidratos de carbono, en una carrera de fondo sin fondo
donde apenas se divisa meta política alguna…
E.2. Emprender un camino de formalización de estrategias de cooperación
política con
pactos y alianzas con otras formaciones
políticas que permita, a la vez:
a.
el despliegue de políticas que
renueven el tratamiento de la cuestión social y la crítica de la globalización
capitalista desde el paradigma del pensamiento (complejo) ambientalista, y
b.
el fortalecimiento público e
institucional de la ecología política (EQUO).
Tanto el modelo M1 como la estrategia E2 son
los tipos que han tenido éxito en el sur de Europa (Europa Ecologíe, Frente de
Izquierdas, Olivo, etc.), en América latina como en el mismo Estado Español
(Compromis, Ezquerra Verds de Baleares, ICV). Los modelos M2 y E1 han resultado
en la mayoría de los casos un fracaso tanto en el sur de Europa como en América
latina. ¿Qué debemos hacer, replicar las experiencias exitosas o insistir
machaconamente en los modelos fracasados?
La ecología política andaluza aporta una
experiencia y caudal de logros no despreciable: el desarrollo de la
agroecología, los primeros impuestos de emisiones y residuos, la perspectiva de
género en los presupuestos, la ley de voluntades anticipadas, la implantación
de una potente red de educación ambiental y, el más importante, su contribución
a un Estatuto de Autonomía sin precedentes, en el que el paradigma ecológico ha
encontrado cabida transversalmente en todos sus capítulos.
Es necesario recuperar dicho capital
político y volver a ponerlo al servicio de la sociedad andaluza para convertir
EQUO-Andalucía en agente político más allá de los procesos electorales. La
existencia de un espacio político andaluz de la ecología no implica, como hemos
explicado, la existencia de espacio electoral, pero sin el primero será
imposible el segundo.
EQUO Andalucía no puede seguir siendo un
modelo político desorganizado dentro de un EQUO debilitado tras dos fracasos
electorales en menos de seis meses. No queremos un EQUO Andalucía políticamente
inocuo. Debemos reclamar federalismo real, representatividad real, organización
real, liderazgos políticos reales. En definitiva una organización política
seria y capaz de representar a una nueva izquierda verde y andaluza.
Para ello necesitamos construir un EQUO
Andalucía que se conforme como una fuerza política andaluza, española y
europea. No podemos seguir siendo una suma de ciudades o de provincias. Las
experiencias exitosas del País Valenciano, las islas Baleares o Cataluña nos
marcan el camino de un proyecto EQUO federal, en el marco del PartidoVerde
Europeo, al que EQUO Andalucía debe incorporarse con todo su capital político.
De nada valen la ambigüedad ideológica (somos una fuerza de izquierdas), ni la
sensibilidad a corrientes sociales de raíz reaccionaria como el neocentralismo,
o la falta de atención a las políticas de los derechos civiles y la igualdad de
género.
Las “guerras culturales” seguirán, pero nos
dirigimos a un escenario de conflictos más amplios, un escenario de “guerra
social” sobre el fondo de una agudización de las características centrales de
la crisis ecológica (agotamiento, saturación y colapso). En esta perspectiva, y
en especial en territorios de la periferia del sistema como es el caso de
Andalucía, la cooperación política en el espacio de la izquierda será
imprescindible, una demanda ciudadana que sólo “los sordos voluntarios” podrán
no escuchar.
A los y las
ecosocialistas y ecofeministas nos corresponde la tarea principal de que la
cooperación política sea ideológicamente hegemonizada por la ecología política.
Lista abierta de
ADHESIONES:
David Martínez
Pepe Jiménez
Manuel González de Molina
Blanca Parrilla
Andrés Sánchez
David Soto
Adelina Sánchez
Mario Ortega
Francisco Garrido
Gregorio García
Jesús García Alcántara
Lola Romero
Manuel Melguizo
Marcos García
Juan Checa
Juan Ruiz
Juan Lora
Manuel Machuca
Jesús García López
Elena González
Antonio Aguilera
Luis-Manuel Juiz
Antonia Abad
Enrique López Zúñiga