Tardaron muy poco los liderazgos estatales de Podemos, surgidos en Madrid, con aquel emocionante impulso inicial previo que se coló por las grietas que el 15M hizo visibles en el régimen del 78, en chocar con la realidad plurinacional de España.
Bastó pasar de las elecciones europeas de 2015 al acelerado ciclo electoral propio para comprobar que era imprescindible introducir la perspectiva política territorial en una España que, para ser democrática, no puede ser impuesta como UNA.
La inteligencia individual que caracteriza a esos liderazgos a los que me refiero, con Pablo Iglesias indiscutiblemente al frente, ha sido sostenida por lo que podríamos llamar inteligencia colectiva de las bases de Podemos, como se ha demostrado en los distintos y múltiples procesos electivos y decisorios. Tanto por arriba, como por abajo, la cuestión de la plurinacionalidad de España en Podemos ha sido, no solo compartida, sino cada vez mejor defendida.
Sin embargo, están tardando un poco más esos liderazgos en introducir la variable andaluza en esa España plurinacional, la única variable que puede generar un proyecto democrático común ante Europa y el mundo. Se nota cuando vienen a Andalucía. Le pasó a Monedero el otro día, como refleja la entrevista que le hizo el periodista Raúl Solís y que se ha publicado en lavozdesur.es con el titular Podemos Andalucía puede profundizar mucho más en términos democráticos. No lo digo por lo que dijo, sino más bien por lo que no dijo.
Le puede pasar a Echenique cuando llegue este próximo 1 de julio a Sevilla con la excusa de hablar de municipalismo en convocatoria realizada a espaldas de la dirección andaluza. En sí, ya este último hecho es una falta de respeto a Andalucía. Se parece, a la inversa, a las formas en que Díaz y Sánchez se relacionaban antes de que la primera fuese derrotada en aquellas primarias del ave fénit.
Recuerdo que aquí en Andalucía las bases de Podemos han apoyado masivamente el proyecto de Podemos en España encabezado por Pablo Iglesias, como afirma Monedero, al tiempo que han apoyado masivamente, al menos en tres ocasiones, el proyecto de Podemos Andalucía encabezado por Teresa Rodríguez. Todo un síntoma de inteligencia colectiva que habría de ser tenido en cuenta para forzar la cooperación y la lealtad de los órganos centrales respecto de la dirección andaluza. Por ser más claro, las opciones defendidas desde afuera para Andalucía se han estrellado aquí tres veces contra los proyectos defendidos por Teresa Rodríguez. Entre ellas, la de un Podemos Andalucía y no un Podemos en Andalucía.
Las declaraciones de Monedero, y no me refiero al titular, denotan una incomprensión profunda de lo andaluz. No se puede ganar, mucho menos desde posiciones de izquierdas o progresistas, España sin Andalucía, y, tal y como comprendió el PSOE de la transición, no se puede tratar a Andalucía como si fuese España, porque de ser, es justo al revés, España es Andalucía.
Andalucía es sujeto político autoconstituido desde el 4 de diciembre de 1977 y nacionalidad histórica constitucionalmente reconocida desde el 28 de febrero de 1980. Andalucía es, por sí, como la que más. Es la irrupción del pueblo andaluz en el proceso constituyente lo que define el actual Estado de las Autonomías frente a las pretensiones centralistas con concesiones a Cataluña, Galicia y Euskadi.
Lo que subyace en las formas y fondo con que Monedero interviene en Andalucía es una concepción de Andalucía como propiedad de España, consciente o no. Monedero debería saber que España, no digamos ya culturalmente, no es nada sin Andalucía. Esto es lo que sabemos aquí, y esto es lo que entiendo que pone en valor la estrategia Adelante Andalucía para catapultar un proyecto autóctono y ganador. Un proyecto que multiplique en el momento actual de fuerte contradicción institucional entre el PSOE de Díaz y el PSOE de Sánchez
Adelante Andalucía es un proyecto político propio, no partidista, partidario de Andalucía, la única nación (o comunidad política, como prefieran) que construye su autonomía sobre la demanda de justicia y equidad universal. No para ser más que las demás, sino para ser como la que más. No olvidemos esta esencial diferencia respecto de los nacionalismos español, catalán y vasco.
Lo esencial de lo andaluz es el mestizaje, como lo demuestra nuestra más universal manifestación cultural, el flamenco. Pero lo esencial de lo político andaluz es la demanda de justicia social y equidad. ¿Tiene algo que temer Podemos de esas dos esencias? Está claro que contra la centralización del poder que promueve el neoliberalismo para liquidar la democracia y dominar a los agentes territorializados, se están planteando dos alternativas. La totalitaria de los nuestros primero, Trump o Salvini como ejemplos, o la democrática que demanda soberanías propias y compartidas libremente pactadas; o sea, el federalismo.
Otra cosa son las batallitas internas que ningún bien hacen a la gente, al cambio en España y en Andalucía que sólo busquen el ‘quítate tu para ponerme yo’. Andalucía será aliada del cambio si se respeta su soberanía, si eso no ocurre desde Podemos, el espacio andaluz lo mantendrá el PSOE de Díaz o Sánchez o, aun peor, el españolismo de Ciudadanos y el PP.
Andalucía es generosa, solidaria y cooperativa, lo debería saber Juan Carlos Monedero, por eso nos gustaría que la llevase en el corazón. No, no se trata de montar un partido ajeno a Podemos, eso no se ve por ningún sitio, sería una catástrofe para el cambio en Andalucía y en España. Preferimos una Andalucía en Monedero que un Monedero en Andalucía.
PUBLICADO EN LAVOZDELSUR.ES
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