domingo, 20 de noviembre de 2022

La sororidad de Yolanda Díaz


Una afición deportiva fliparía viendo como el entrenador de su equipo regaña a un jugador cargándole la culpa de que lo acribillen a patadas, le pongan zancadillas o le arranque la camiseta a jirones. En mi primer equipo de baloncesto, cuando era un benjamín -así se llamaba la categoría más pequeña-, en el colegio, aprendí que al compañero se le cuida, se le defiende y se le anima cuando falla o cuando es presionado o atacado por el entorno. En los colegios de los barrios de Andalucía, por los que pasé hace ya muchos años, la peor consideración la tenían los traidores, los chivaticas y los chuletas, por ese orden.

La vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, puesta de perfil ante los misiles que la derecha, la progresía y la izquierda con la vocación ideológica de Joaquín Sabina, suministran a la artillería mediática para disparar contra Irene Montero, demuestra que no es directora de equipo. Queriendo o sin querer, da lo mismo, ayuda a enemigos y adversarios. La similitud de sus declaraciones con las declaraciones de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señalan el territorio en el que se mueve; demasiado parecido al de Carmen Calvo. La sororidad de Yolanda Díaz con la ministra Irene Montero brilla por su ausencia.

Hasta Pedro Sánchez ha estado más comedido. Tal vez porque debilitar a Podemos impedirá que siga de presidente del gobierno tras las próximas elecciones generales. Los números del CIS continúan dando un porcentaje férreo, en el entorno del 12%, a Unidas Podemos, o sea a Podemos. La valoración alta de la vicepresidenta significa que con un relato de buena, ella, malo, Podemos, sale una media alta por el cariño prestado por la derecha. La contradicción canta.

La operación acabar con Irene Montero le puede salir muy mal al PSOE, tal vez esa sea la verdadera intención del acoso a la ministra de Igualdad: entregar España al PP de Feijóo. Esperemos que el Supremo, las circulares de la fiscalía y la judicatura democrática, pongan sensatez en el asunto de la aplicación de la Ley del solo sí es sí, atendiendo a criterios jurisprudenciales y de Naciones Unidas. A ver si vamos a recordar aquello de: “la justicia es un cachondeo”.

Defender a Irene Montero con los argumentos que ella usa, con la elegancia jurídica de Victoria Rosell y con la sabiduría de Martín Pallín, entre otros y otras, debería ser símbolo de identidad de equipo. El feminismo es el ariete más fuerte a favor del avance democrático y contra los intersticios institucionales heredados del franquismo. Tiene masa crítica detrás, muchísima más que el sindicalismo o el ecologismo. Irene Montero no solo representa la potencia de transformación insuflada por Podemos desde 2014, representa un feminismo popular que ha tocado poder real y que popularizó en la izquierda la palabra sororidad.

Al igual que si no se puede bailar no debería gustarnos ninguna revolución, ninguna unidad pinta bien si quién está llamada a liderarla no trasmite empatía, camaradería, solidaridad, ni sororidad con quien sufre ataques de adversarios, enemigos o aliados. Si Sumar busca debilitar la fuerza de transformación de Podemos resultará un intento de suplantación del PSOE, en lugar de un proyecto de sustitución con voluntad hegemónica. Su recorrido tendrá el mismo alcance de un soplido. La ausencia de sororidad de Yolanda Díaz con la ministra Irene Montero es un indicador explícito.

Publicado en La Voz del Sur

lunes, 14 de noviembre de 2022

Las fotos de Yolanda Díaz y los números del CIS


Yolanda Díaz accedió sin querer, eso dijo, a la vicepresidencia del gobierno de España tras la dimisión de Pablo Iglesias. Designada para liderar Unidas Podemos podía no haber aceptado, de facto no lo ha hecho. “En lugar de sumar resto”, dijo Pablo Iglesias tras defender en Madrid el espacio que cogobernaba España. El ataque brutal contra Iglesias y su familia es implacable desde 2015, en las elecciones madrileñas se recrudeció con la colaboración inicial de las fuerzas adyacentes.

Ya vicepresidenta, Yolanda Díaz casi destruye su potencial liderazgo si la reforma laboral no sale; lo confesó a Évole antes de la votación. Dejó la negociación parlamentaria en manos del PSOE y abandonó a ERC oyendo a la CEOE y a cierto centralismo sindical. Salió de chamba. España es plurinacional también en demandas laborales y especificidades territoriales.

Yolanda Díaz habla siempre de su propuesta de escucha con un discurso antipartidos. Todo el mundo sabe a quién beneficia el discurso antipartidos. Denostar lo que te ha aupado es más restar que sumar. Yolanda Díaz no ejerce función coordinadora en la cuota de gobierno de Unidas Podemos, cinco ministerios. Meses sin articular un discurso político consensuado con los representantes ministeriales de los partidos por los cuales es vicepresidenta, meses alejada de una foto con sus ministras. Guerra de Ucrania, Sáhara, cumbre de la OTAN, audios de Ferreras, momentos para manifestar posición clara y rápida han resultado momentos de alineamiento belicista, elusión del choque con la posición de Sánchez o demora en la opinión.

Llegaron las elecciones andaluzas, la hora de la verdad para constituir proyecto para Andalucía. Vimos con estupor la foto de la Feria de Abril. El discurso antipartidos de Yolanda Díaz significó que todos los partidos eran necesarios menos Podemos Andalucía. Apartar del escenario la opción cuya militancia, contabilizada por seis miles, había celebrado primarias para elegir candidatura sonó a desprecio colonial.

El fracaso electoral lo analicé en La suma no es más. Las maniobras durante la Feria de Sevilla constataron que en las bambalinas de la escucha estaba la intención de debilitar a Podemos, no así a IU ni a Más Madrid. El nuevo carmenismo de Estado tropezó en Andalucía, como lo hizo Más País en 2019. Los cantos de sirena de la capital del reino, aléjate de Podemos y serás grande, estrellan los navíos contra los cortados de Despeñaperros. Le ocurrió a Errejón. Le ocurrió a Yolanda Díaz y huyó veloz.

No hay política sin territorio, ni política sin partidos, la política es tomar partido. Yolanda Díaz quiere formar una organización. Está bien, es democrático. En España hay territorios regionales y territorios nacionales, Andalucía es un territorio nacional desde el 4 de diciembre de 1977. Debilitar a Podemos Andalucía era el primer paso orgánico de Sumar antes de nacer, salió muy mal. Achicar el espacio de Podemos en el estado era achicarlo en Andalucía, una cuestión cuantitativa. El pacto andaluz de Yolanda Díaz se fraguó en Madrid, Andalucía para el PCE, Madrid para Más Madrid a cambio de encabezar la provincia que alberga la capital andaluza, Sevilla. Muy pocos de fuera en la izquierda entienden Andalucía, en Galicia menos.

El proyecto de Yolanda Díaz pasaba, ya no puede, por negociar con Compromís en el País Valenciá (la foto de Valencia), apoyarse en Los Comunes en Cataluña (la foto de Barcelona), entregar Madrid a Más Madrid y debilitar mortalmente a Podemos entregando Andalucía al PCE (la foto de la Feria de Sevilla). El Día de Galicia dijo que no llegaba para las municipales y autonómicas de mayo de 2023, taponando la fuerza de un proyecto de transformación del estado y la visibilidad de sus posibles liderazgos (la foto del 8J en Madrid). Las fotos hablaron adelantando la posición de ceder al bipartidismo el veto a Victoria Rosell como miembro del CGPJ. Son hechos.

Los números de la última encuesta del CIS, publicados por 20 Minutos en un artículo titulado Así retrata el CIS a la izquierda del PSOE: el 41% de los votantes se declara de Podemos, el 34% de UP, el 17% de Sumar y el 6% de IU, significan lo siguiente: Los porcentajes de Podemos y UP son votos podemitas, suman el 75%. La marca Podemos es determinante. El porcentaje de IU es mínimo, extrapolado a nivel de Estado señala su irrelevancia. Se comprobó en las andaluzas, IU tira a la baja. El porcentaje Suma si se presenta sola puede restar al PSOE más que a Podemos, sin obtener resultados importantes como le pasó a Más País. Un nuevo errejonismo de Estado que lamina los dos lados haciendo daño global. De ahí la visible preocupación en círculos del PSOE. Margallo habló en Hora 25 de Operación Chanel tramada en Madrid, de ser cierto sería un nuevo carmenismo antipartidos a lo grande.

En este contexto cobra valor que Podemos refuerce su propia línea de horizonte estratégico, piense en su organización en términos plurinacionales, y siga definiendo un proyecto propio de profundización democrática y desmantelamiento de las estructuras franquistas incrustadas en el régimen del 78. Voluntad de poder y bloque de dirección de Estado como ha definido con precisión Pablo Iglesias.

Es otoño, las hojas caen, tras el invierno llegará la primavera. Ojalá haya unidad, y lealtad, con respeto, lo dejó escrito Iván Redondo en La Vanguardia el 23 de mayo de este año: “Sus electores duermen a la espera del “reencuentro” con Yolanda Díaz y a la vez del reconocimiento de la vicepresidenta de que el coche tendrá motor Podemos o no saldrá del box.”

Lo importante de las diferencias entre Yolanda Díaz y Podemos no está en ningún problema personal de la primera con Pablo Iglesias, como interesadamente dicen la mayoría de los analistas de la derecha, de la progresía y hasta de la izquierda, el asunto es político y de fondo ideológico: continuismo o avance democrático, replegarse al bipartidismo del 78 o ser leales al “no nos representan” de 2011.

Publicado en La Voz del Sur y La Última Hora Noticias

lunes, 7 de noviembre de 2022

Podemos y el baile del abejorro


En la Uni de Otoño 2022 de Podemos celebrada este finde se han desarrollado sesiones de mucha importancia. Los veinte minutos de intervención de de Pablo Iglesias en la mesa titulada Los golpes del poder: Lawfare y Mediafare son de una potencia política concentrada para entender el modus operandi de los poderes reales en el estado español; también describen a la perfección a la izquierda añorada y deseada por el bipartidismo, frente a una izquierda nueva, como la que representa Podemos, que no se conforma con algún despacho en las diputaciones, concejalías en gobiernos municipales o alguna consejería testimonial de comunidad autónoma.

Aniquilar Podemos con operaciones de guerra abierta y aliento de quinta columnas, es el objetivo del capitalismo cañí, apoyado desde fuera por fondos de capital propietarios de Mediaset, Atresmedia y PRISA, y poseedor de un ejército de precariado periodístico y opinólogos, paniaguaos o bienpagaos, con derecho a roce con la clase rica. Un ejercito mediático que sumado a las cloacas policiales y al ADN de la judicatura franquista, conforman las estructura ósea del sistema monárquico defensor de privilegios de clase. El votante de izquierdas debe de evaluar si prefiere volver a la IU de Cayo Lara, con cero influencia en la calidad de vida de las mayorías, o mantener en el gobierno de España la representación de una fuerza política que no se vende por un plato de lentejas, ni está dispuesta a cambiar sus demandas por entrevistas jabonosas en el programa del Ferri.

Dime quién te adula y te diré qué espero de ti. Dime cómo agradeces a quienes te han ayudado para que estés donde estás y te diré cuánto me puedo fiar de ti. La operación mediática de liquidación del voto de Podemos se trabaja construyendo una imagen amable de quienes están dispuestos a ser condescendientes con el inmobilismo del PSOE, aunque pertenezcan a la zona de su izquierda, al tiempo que se caricaturiza con agresividad a quienes intentan tensar al PSOE para que cumpla sus acuerdos de gobierno, es decir, que sea quien dice ser y no quien es.

Las serpientes con traje de santurrón, cantaba Carlos Cano en la Murga de los currelantes, para señalar el camuflaje de la ideología fascista de los que se acostaron franquistas y se levantaron demócratas. Hombre blanco hablar con lengua se serpiente, cantó después Javier Krae para resumir la traición del partido que en su nombre lleva la palabra socialista. La izquierda no debe ceder al presing, la sindical tampoco. Hay que enfrentar el chaparrón de manipulación televisado, las mentiras de las primeras planas y las arengas ultras radiofónicas, no necesitamos izquierda ni sindicatos con vocación de pertenecer otra vez al grupo del no nos representan.

La otra sesión de la Uni de Otoño de 2022 que quiero destacar es la dedicada a La mayoría progresista y plurinacional de dirección de Estado que lleva casi existiendo casi 7 años. Como desarrolla Pablo Echenique en su exposición inicial, esa mayoría existe visiblemente desde las elecciones de diciembre de 2015 y logra con Podemos entrar el gobierno de España tras las elecciones de noviembre de 2019. Al igual que la institución monárquica es la clave de bóveda del régimen del 78, la permanencia de Podemos en el ejecutivo es la clave de bóveda para que esa mayoría progresista y plurinacional produzca efectos políticos antirreaccionarios. Es la demostración de que existe un bloque de dirección de estado que tensa al PSOE a la izquierda y hacia el reconocimiento de que España es un país con unas cuantas naciones, nacionalidades si lo prefieren, dentro de su estado. Sin eso, tendríamos al PSOE de la reforma del 135 y de la aplicación del 155 de la CE.

La cuestión es cómo hacer crecer la fuerza parlamentaria de esa mayoría, cómo potenciar el crecimiento del bloque de dirección de estado. Mantengo la hipótesis de que solo es posible con un caudal mayor de votos andaluces que se incorpore al mismo. Es una cuestión cuantitativa, evidentemente, son 61 diputados los que aporta al congreso la CC.AA andaluza, pero sobre todo cualitativa. Si hasta Juan Manuel Moreno Bonilla conoce el efecto simbólico de la bandera de Andalucía para sus fines, efecto que mientras no dispute con Ayuso el modelo de España no será atacado por los suyos, es incomprensible que Podemos no busque con más ahínco la manera de aliarse con la bandera de Andalucía, enarbolándola como republicana y federal.

Andalucía debe ser reconocida como nacionalidad histórica y política, como se hace con naturalidad con Cataluña, Euskadi y Galicia. Debe asumirse en las políticas de defensa de intereses y derechos que Andalucía es un territorio que funciona como colonia interior, fundamentalmente de Madrid. Las pruebas son los diferenciales de desempleo, pobreza y desigualdad de nuestra comunidad autónoma respecto de la media española y europea, la especialización de la economía en agricultura y turismo con fuerte desindustrialización, y la extracción intensa de capital humano, ambiental y monetario. Características todas de patio trasero del poder.

Un proyecto de estado que defienda la plurinacionalidad debe avanzar hacia una territorialización orgánica federal, perderle desde Madrid el miedo a Andalucía, sumar la fuerza del sur para crecer y fortalecer el bloque de dirección de estado. En Andalucía existe fuerza cultural identitaria capaz de tener traducción política, se manifestó en la transición contra las fuerzas del régimen en su pacto con los nacionalismos vasco y catalán, por eso somos constitucionalmente nacionalidad histórica. El PSOE, no deseándola, la reconoció sin más remedio, la utilizó y con ella fue imbatible muchos años. Es hora de que el podemismo la engarce sin complejos en su proyecto y la use para defender la democracia republicana y plurinacional.

Sin Podemos, los límites de la izquierda se estrechan. Sin Andalucía, los límites del bloque de dirección de estado no se ensanchan. No iremos ni p´lante ni p´atrás, peleando siempre en el límite con el bloque reaccionario a pique de un repique. Como cantó Carlos Cano en El baile del abejorro, con Andalucía, pasito p´alante, ninguno p´atrás.

Publicado en La Voz del Sur y La Última Hora Noticias