sábado, 18 de noviembre de 2023

Superglú plurinacional

Hoy se inviste Pedro Sánchez Castejón con el apoyo de ocho fuerzas con representación en el congreso. Los votos del electorado del propio PSOE más, por orden cuantitativo, los de Sumar con Podemos, ERC, JxCat, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria suponen doce millones quinientos seis mil seiscientos ochenta y dos (12.506.682). El Partido Popular y Vox votarán en contra, los votos de su electorado suponen once millones ciento veinticinco mil quinientos ochenta y cuatro (11.125.584). El bloque democrático obtuvo el pasado 23 de julio un millón trescientos ochenta y un mil noventa y ocho (1.381.098) votos más que el bloque reaccionario. Estos son los números.

Alberto Núñez Feijóo no fue investido en la farsa de sesión de investidura del 26 de septiembre pasado auspiciada por Felipe VI, clave de bóveda del bloque reaccionario, porque aún siendo primero en votos, trecientos cincuenta mil seiscientos ocho (350.608) más que el PSOE, no dispone de mayoría parlamentaria. Y no podrá disponer mientras Vox y el trumpismo ayusista de su propio partido le marque el paso y sea imprescindible para conformarla. Estos son los números.

El referéndum, consulta sin consecuencia jurídica alguna, del uno de octubre de 2017, se promovió tras las elecciones catalanas del 27 de septiembre de 2015. Elecciones planteadas como plesbicitarias por la coalición formada por ERC y la antigua Convergencia pujolista, Junts per Sí, con la propuesta de celebración de un referéndum unilateral. Los ecos del 15M de 2011 empujaban el crecimiento de Podemos, la mayoría absolutísima de M. Rajoy gobernaba sin escrúpulos entregando miles de millones a la banca. Las elecciones plesbicitarias las perdió el bloque de la unilateralidad por catorce mil setecientos nueve votos (14.709), formado por JxSí y CUP, frente al bloque que sumaba el apoyo a un referéndum pactado, Cataluña sí que es Pot (actual En Cumú Podem), con la oposición frontal al mismo, Ciutadans, PSC y PP. La mayoría parlamentaria que pudo formar gobierno y avanzar (JxSí más CUP) no fue mayoría electoral. Esos también son números.

Las reglas del juego y los números son constituyentes de la democracia parlamentaria. La soberanía popular descansa en el congreso, ni en el rey ni en los jueces. Estos días los líderes del bloque reaccionario, con sus jarrones chinos, su judicatura, sus medios de comunicación, sus presidencias de comunidades autónomas, sus juciles y sus jusapoles, participan de un proceso insurgente. La barbarie fascista que se concentra a diario delante de Ferraz.

Las consecuencias políticas de señalar al futuro gobierno de Pedro Sánchez y sus apoyos parlamentarios como golpistas, a pesar de los números, serán duraderas. Como duraderas son las consecuencias para la monarquía del discurso de Felipe VI del tres de octubre de 2017 en el que legitimó el “a por ellos” legitimando a Vox y al ayusismo como dirección ideológica del bloque reaccionario.

La investidura de Sánchez está ensamblada con superglú plurinacional. El PSOE no ha querido nunca depender de la plurinacionalidad de España, pero para gobernar ya no tiene más remedio, son los números. Además está siendo arrojado fuera del consenso del 78 por las ultra derechas judicial, mediática y política. El bloque democrático entra con el PSOE en un punto de no retorno. O avanza en la profundización democrática o entrega España al fascio.

La primera tarea debería ser convertir RTVE en un verdadero medio de información público democrático, la segunda renovar el Consejo General del Poder Judicial cambiando la ley con el apoyo del bloque plurinacional, la tercera liquidar la ley mordaza, la cuarta abrir un debate sobre financiación de las comunidades autónomas que compense las intenciones del pacto bilateral entre elites de las burguesías vasca y catalana para evitar que renazca un nuevo “a por ellos” con más fuerza, basado en la demanda de igualdad de quienes siempre votan y actúan contra la igualdad.

Publicado en Diario Red

 

domingo, 12 de noviembre de 2023

El que pueda hacer que haga

El bloque reaccionario conforma estos días de noviembre, previos a la investidura de Pedro Sánchez, el modo en que va a practicar la oposición al gobierno y al bloque democrático en la próxima legislatura. Si la pasada el PP y Vox construyeron su discurso sobre la premisa de que el gobierno de coalición era un okupa ilegítimo, en ésta darán una vuelta de tuerca, lo están dando, para acusar al gobierno de ilegal por anticonstitucional. El “a por ellos” que iluminó Felipe VI el 3 de octubre de 2017, al que se apuntó el PSOE, ha devenido en "el que pueda hacer, que haga" instigado por José María Aznar.

Si la premisa para el acuerdo entre el PSOE y el independentismo, la ley de amnistía, es, como acusan desde el bloque reaccionario, ilegal, entonces Sánchez sería un presidente impostor y su gobierno fruto de un golpe de estado. La algarada callejera con violencia verbal y física, frente a las sedes del PSOE y las subdelegaciones del gobierno, con amenaza de tomar el Congreso, retransmitida en directo en la red X, es el plasma ideológico en el que Vox y el ayusismo tienen confinado al Feijóo. La central nuclear en la que está el reactor ultra derechista se llama monarquía. ¿Hay derecha de estado democrática? Pinta que no.

Con todo, la ultra derecha volcada en la revuelta callejera y en las manifestaciones convocadas por el partido popular, crea las condiciones para llevar al PSOE con apoyo de su militancia a un punto de no retorno respecto del régimen del 78, al tiempo que refuerza el voto favorable a la investidura de las fuerzas de izquierdas y soberanistas del bloque democrático. Queriendo o sin querer la derecha involucionista arroja al PSOE fuera del consenso monárquico del 78.

Habrá investidura, si no hay males mayores como un golpe de estado. Nos adentraremos en una legislatura sin mayoría parlamentaria para sacar adelante propuestas sociales y de equidad económica y fiscal. Dos serán las claves políticas de la legislatura. La primera, la necesidad del bloque democrático de avanzar en la profundización democrática.

Democratizar RTVE, renovar el CGPJ, cambiando la ley, derogar la ley mordaza, reducir plazos en la ley de secretos oficiales, prohibir el espionaje político del CNI, legislar para que el acceso a la judicatura no sea endogámico de clase, democratizar los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, avanzar en derechos feministas, abordar la transición ecológica, son campos de acción política viables.

La segunda, la cuestión territorial en la que las izquierdas plurinacionales y soberanistas habrán de trabajar una alianza republicana entre pueblos, frente al pacto entre elites en el que todas las derechas y el capital se mueven como pez en el agua. En España, además de desigualdad de clase y de género, hay desigualdad territorial. La lucha contra esta última impedirá que sea aprovechada por la derecha con sus falsarias consignas de igualdad entre territorios. Así que, el que pueda hacer, que haga.

Publicado en Diario Red

martes, 7 de noviembre de 2023

Alien y la república plurinacional

La monarquía es el Alien de la democracia española. El octavo pasajero viaja en la nave cobrando diversas formas, haciéndose visible y reproduciéndose según los momentos de oportunidad. Un Alien metamórfico que un día se muestra como la princesa de un cuento y otro como el ángel exterminador del “a por ellos”.

Desde que el dictador, Francisco Franco lo revitalizó para incrustarlo en el futuro de España con “lo dejo todo atado y bien atado”, Alien tuvo forma real campechana, fue presidente socialista con “OTAN de entrada no”, habló Catalán en la intimidad, frecuentó amoríos diversos, cazó elefantes sin remordimiento, ganó amistad y dinero con monarquías petroleras, mantuvo cuentas en el extranjero igual que alienígenas territoriales que amenazaron con quebrar las ramas del árbol suizo que compartían.

Alien tiene una capacidad inmensa de apoderarse de otros cuerpos para sus deseos de abundancia, reproducción y permanencia. Unas veces luce toga y otras traje de ministro, lo mismo tiene apariencia de periodista que urde como alto mando policial residente en las cloacas tramas antidemocráticas. Alien siempre coopera con Alien.

Alien viaja en la nave democrática para mantenerla a raya. Se trata de que la banca siempre gane y el pueblo siempre pierda. De que los derechos que la Constitución Española define sean productos de mercado para quien pueda costearlos. Alien se apellida Abascal o Ayuso, Bonilla o Feijóo, incluso Sánchez o Díaz. Las burguesías sin raíz madrileña, la catalana y la vasca, necesitan que PNV y Junts, sus referentes, les permitan convivir con Alien. Necesitan volver a llevarse bien con Alien.

Hay que leer a los mejores visionarios de la derecha patria, José Antonio Zarzalejos es uno de ellos, para comprobar que Alien no las tiene todas consigo. En su artículo Las 1.428 palabras de Armengol que no pasarán (o sí) a la historia, rezuma melancolía. Los discursos de las autoridades no son como los de antes, el PSOE no es lo que era, no cree de verdad en la corona, dice él. Pero no es eso. El PSOE ya no puede gobernar imponiendo su visión alienígena monárquica, ni la derecha recuperar el poder mientras Vox le marque los pasos. A lo que contribuye el movimiento más activamente republicano de la época, el feminismo.

En 1986 en la jura de la CE del actual rey, entonces príncipe Felipe, con motivo de su dieciocho cumpleaños, cuenta Josep M. Calvet en La Vanguardia, faltaron Nicolas Redondo, dos diputados de HB que habían renunciado a jurar la CE y uno de ERC, estuvieron todos los demás. Hasta los presidentes de Euskadi, José Antonio Ardanza, y Cataluña, Jordi Pujol, cual alienes rindieron pleitesía a Alien.

En esta jura de la princesa Leonor han faltado la mayoría de los diputados de la coalición Sumar, con la excepción de Yolanda Díaz y Marta Lois, forzados por el tirón de vanguardia de Podemos y sus ministras, Ione Belarra e Irene Montero, los de todas las izquierdas soberanistas, BNG, EH Bildu y ERC, y los de Junts y PNV, total cincuenta y cuatro ausencias. Sin esos cincuenta y cuatro no puede ser investido Pedro Sánchez, aún siendo el PSOE el que mantiene esta farsa antidemocrática.

Lo que a Zarzalejos preocupa, y conduce a la añoranza, es lo que debería impulsar a las izquierdas federales y las izquierdas soberanistas a construir un ecosistema de relaciones propio, para avanzar con el horizonte de una república plurinacional que sostenga un pacto entre pueblos y no un pacto entre elites.

Publicado en Diario Red