lunes, 25 de noviembre de 2024

La decisión política del teniente general

Francisco José Gan Pámpols — RTVE

El teniente general Francisco José Gan Pámpols, nombrado por Carlos Mazón vicepresidente de la Generalitat Valenciana con la misión de reconstruir las zonas destrozadas por la DANA, ha afirmado que no aceptará “directrices políticas”. Sin embargo, tanto la virulencia de las lluvias torrenciales provocadas por la DANA, como su nombramiento, son consecuencia de decisiones políticas. Las políticas que  defiende abiertamente el partido al que pertenece quien lo ha nombrado, ignoran o niegan las causas y efectos del cambio climático.

Despreciar el cambio climático, priorizar la crueldad taurina, afirmar que la DANA se iba para Cuenca, recluirse a comer horas con una periodista, engañar sobre los avisos de AEMET y las notificaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar, es tan político como nombrar a un teniente general jubilado vicepresidente de la Generalitat.

Carlos Mazón pretende con el nombramiento de un militar de alta graduación compensar su indolencia y temeridad manifiesta en la gestión de los días y las horas previas y posteriores al desastre meteorológico, al tiempo que vestir el nombramiento como no político, para mantener la estrategia de que su ausencia de gestión, es producto de un fallo del sistema. Mientras el president no dimite como debiera, un teniente general como hombre de autoridad pondrá orden sin recibir directrices políticas. Ese es el mensaje.

Antipolítica militar de cara a la galería y políticas típicas del Partido Popular para repartir euros a dedo. El gobierno negacionista de Carlos Mazón entrega ya a dedo millones de euros a empresas amigas, algunas de las cuales estuvieron en la trama Gürtel. Regar de dinero con el dedo índice a amigos, compadres y familiares, es una decisión política, tan política como dejar morir cruelmente a 7.291 ancianos en las residencias de Madrid, lucrase intermediando la compra de mascarillas, o entregar a mutuas y capital privado el dinero de la salud pública.

Lo que la ecología, que es ciencia y es política, viene pronosticando para nuestra zona mediterránea, es que las consecuencias del modelo de producción basado en los combustibles fósiles, serán largos periodos de sequía, calor abrasante con veranos extensos y lluvias torrenciales de extrema violencia cada vez más frecuentes. Lo que la ecología previó es que el calentamiento global tendría consecuencias muy graves  y costosas sobre los ecosistemas, las migraciones, la industria, la agricultura y sobre cualquier actividad humana. Las vemos a diario.

Ni la técnica, ni la ingeniería, ni la ciencia gozan de neutralidad política. El teniente general ha aceptado una decisión política de un personaje cuyas decisiones por activa o por pasiva han causado la muerte de 220 personas y daños irreparables en un vasto territorio de la comunidad valenciana. La cuestión ahora es si, en su tarea de reconstrucción y, evidentemente, de prevención de futuros daños por seguras DANAS, sus decisiones técnicas se plegarán a la ingeniería del hormigón y la maquinaria pesada que desprecia los ecosistemas, o atenderán las propuestas de equipos multidisciplinares que pongan por delante la complejidad de las relaciones entre naturaleza y actividad humana. Y esta es la auténtica decisión política.

Publicado en Diario Red

sábado, 9 de noviembre de 2024

DANA, inutilidad y colaboracionismo

 Personas ayudando en una recogida solidaria para Valencia.

Desde que se produce la alerta roja de Aemet a las 7:36 horas del 29 de octubre, hasta antes de que se desatan las terribles inundaciones a las 18:30 del mismo día, la prioridad absoluta para el presidente valenciano, Carlos Mazón, debió ser proteger vidas y minimizar daños. Despreció el riesgo. Doscientas veinte personas fallecidas, noventa desaparecidas e inmensos daños son consecuencia directa de su incapacidad y su defensa de intereses espurios.

El día después, ajena a lo ocurrido, la prensa madrileña ignoraba en sus portadas la tragedia. El Madrid de la corte, el centralista, no el ciudadano, al ignorar la tragedia valenciana ignora la España que dice ser. Pedro Sánchez, ante la emergencia anunciada por Aemet la mañana del 29, y evidenciada por los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar la tarde del 29, despreció las consecuencias mortíferas de la desidia gestora del Carlos Mazón.

Los unos por ignorantes ideológicos, el PP, y los otros, el PSOE, por tacticistas de la política bipartidista, juegan a desplazar con cuentos la culpa a la otra parte, sin afrontar lo que la población y el sentido común demandan, cooperación institucional y actuación inmediata para minimizar los efectos de la DANA y acelerar la recomposición de la vida. El rey, oliendo su oportunidad, quiso jugar su papel en la foto como piedra angular del rifirrafe bipartidista, en Paiporta salió igualmente embarrado.

Hay un vínculo entre ideología y modelo de gestión de los intereses comunes. Lo demuestran siempre las derechas en casos de catástrofes, sean sanitarias, naturales, ambientales, tecnológicas, bélicas o por acciones terroristas. A las derechas les gobierna el cerebro individualista, a las izquierdas el cooperativo. Cooperar mejor que competir.

El colaboracionismo de la socialdemocracia con el cerebro anticientífico de las derechas la sitúa fuera del campo político que defiende el bien común. Pedro Sánchez no ha actuado para afrontar la DANA y sus efectos como si presidiese un gobierno de izquierdas. Desde que se comprobó la incapacidad de Mazón, la mañana del 29 de octubre, debió asumir el control de la situación. Si te dices de izquierdas pero actúas como la derecha, no tienes función de utilidad para el bien común.

Publicado en LA VOZ DEL SUR

Menos mal que la pandemia la gestionó un gobierno con Unidas Podemos dentro, porque allá donde gobernaba la derecha o la ultraderecha el daño fue muy superior. Mientras en EE.UU, Trump preguntaba si se podía tomar lejía para matar al bicho, la región de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso se convertía en la zona cero de las muertes en España, tanto en las residencias como en el conjunto de la sociedad. Un 34% más de muertes que en el resto del estado.

Desde los hilillos del Prestige, hasta la DANA de Valencia, la derecha muestra su inutilidad ideológica. Carlos Mazón recogía premios, se reunía con patronal y sindicatos vips, negaba a las 13:00 el riesgo en comparecencia pública, comía durante más de tres horas con una periodista y llegaba dos horas tarde al Cecopi para “gestionar” la emergencia porque desprecia la protección del común. Aguada su legislatura, el daño y el dolor son su legado. Dimitir es lo que debería hacer cuanto antes. Jugar con la DANA al bipartidismo, como está haciendo Pedro Sánchez, es sumarse a la culpabilidad del legado de Carlos Mazón.