domingo, 9 de noviembre de 2025

Moeno Bonilla en la barbería

Juanma Moreno, este sábado en Fibes.

Recordemos aquel viejo chiste en el que un señor se estaba afeitando en la barbería, mientras el barbero y resto de clientela discutían de fútbol. El barbero manoteaba navaja en mano. Asustado el del afeitado, viendo que podía a acabar con el cuello rebanado, pegó un grito diciendo ¡arreglarse!

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, está presentando estos días su libro. Empezó en Sevilla el pasado 3 de noviembre en las instalaciones de la Real Fábrica de Artillería, continuará este lunes 10 de noviembre en Granada en el Palacio de Congresos. La fecha del lanzamiento estaba perfectamente calculada. Antes de la navidad, como preparación a unas elecciones andaluzas que, caso de que Pedro Sánchez convocase las generales anticipadamente, el presidente ya había sugerido que las haría coincidir. El PSOE y el PP gustan de que el debate nacional tape Andalucía.

El libro lleva el título de Manual de convivencia y el subtítulo La vía andaluza. Título y subtítulo muestran perfectamente el marketing que pretende Juanma. El Manual de convivencia es una clara respuesta al Manual de resistencia, nacido en febrero de 2019 para que promocionar a Pedro Sánchez de cara a las elecciones generales, que convocó para abril de 2019, una vez investido en la moción de censura, cuya victoria le fabrico Podemos con Pablo Iglesias al frente. La intención del presidente andaluz es apelar al centro, un centro en el que da por hecho que se encuentra buena parte del voto que tiene y tuvo el PSOE.

Frente al PP de Ayuso, Mazón y otros presidentes autonómicos que cargan muertes en residencias y DANAs, fuego devastador y toneladas de mangoneo a sus espaldas, el presidente andaluz, quiere escaparse del pack de la necropolítica y de Vox con el expresivo marketing de La vía andaluza. A dios rogando y con el mazo dando, pura operación de venta de mercancía averiada, sostenida por el riego de cientos millones de euros a medios de comunicación de dentro y fuera de Andalucía.

El presidente Andaluz pretendía de aquí a las elecciones autonómicas un camino triunfal sobre la vía de la farsa andaluza, dando continuidad a las políticas que hacía el PSOE en Andalucía. Privatizaciones desbocadas en sanidad y educación (FP y concertada), derrama de poder económico a capital externo a Andalucía (CaixaBank), tiempo de espera para intervenciones quirúrgicas récord en el estado, ausencia de política de vivienda, política fiscal favorable a un puñado de fortunas, mercado laboral público y privado totalmente precarizado.

Desinversión en políticas de igualdad y hacia la discapacidad y la dependencia, política urbanística destructora del medio agrario y natural, desprecio a la movilidad sostenible que articule el territorio andaluz, ausencia de política industrial que no sea extracción y minería, ignorancia del cambio climático y ausencia de políticas preventivas o alineamiento con Madrid en materia de financiación autonómica para seguir pagándole la fiesta al centralismo de Isabel Díaz Ayuso.

Esa es la verdadera vía andaluza de Moreno Bonilla, vestirse de santo, ir a misa, a los toros y presentar su libro con cara de no haber roto un plato. Pero se le han atravesado en el camino la crisis de los cribados, que afecta directamente a millones de andaluzas, y los gritos de asesino a Carlos Mazón, proferidos por las familias de los muertos en la DANA, por causa de su indolencia y de la infamia de sus políticas públicas. Moreno Bonilla presenta su libro mientras pide a Vox y PP, su propio partido, que “se dejen de politiqueo” y lleguen a un acuerdo.

Habla de centro y convivencia pero pide un acuerdo con Vox en Valencia, como el mismo hizo en su primera legislatura. Como el personaje del chiste, el presidente andaluz, al que le gustaría que se hablase exclusivamente de su libro como si fuera el libro de los milagros, grita ¡arreglarse!, para tener tiempo de continuar con una farsa que ya no tapan ni las hagiografías de su Canal Sur.

Publicado en La Voz del Sur

 

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Carlos Mazón en las obras de la avenida Cervantes

A la izquierda, protesta por las obras en Cervantes, a la derecha, Carlos Mazón.

A ustedes, lectoras y lectores les parecerá una exageración vincular la actuación de Carlos Mazón, presidente dimitido de la Generalitat valenciana por causa de su gestión criminal de la DANA, con la política de obras del actual gobierno municipal de Granada, liderado por la alcaldesa Marifrán Carazo. Les demostraré que no.

La derecha y la ultraderecha, también la derecha light que representa el PSOE en materia de política fiscal y económica, tienen como prioridad el beneficio de lobbies empresariales como el hostelero, el turístico, el de la construcción, el energético, el bancario, o de grandes grupos empresariales interesados en controlar los mercados de la vivienda, la sanidad, la educación o los cuidados.

En los últimos años la agenda para luchar contra el calentamiento global ha sido escondida bajo la alfombra del olvido para que desconozcamos las causas de las grandes catástrofes ambientales. En los últimos años, a fuerza de demonizar la política del bien común, de lo colectivo, de los cuidados, de los animales y del medio ambiente, se ha ocultado que lo que nos protege como personas y como sociedad, no es nuestra capacidad personal de gasto o de crédito por mucho sueldo que tengamos, sino las políticas de estado que invierten en servicios públicos gestionados desde lo público. En los últimos años se nos ha convencido de que el de al lado o el de abajo son la causa de nuestros males, y no el mil millonario que no paga impuestos, defrauda o corrompe.

La ideología económica de la derecha busca sostener el beneficio privado en pocas manos, nunca el bien común. Las obras en Granada están alimentadas por la pista del dinero, no por mejorar la calidad de vida, también la vida económica del pequeño y mediano comercio. Las obras de Granada que talan árboles, siembran granito y dispersan amianto, promueven el cambio climático y alimentan la muerte lenta por enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Las obras de Granada son obra de la necropolítica.

El alma de Carlos Mazón está también en las obras de la avenida Cervantes, ejecutadas con la oposición vecinal y del empresariado trabajador de la zona, porque es el alma del capital que defienden las derechas, no la del bien común, por mucha cara de santo que pongan quienes las impulsan.

Publicado en El Independiente de Granada