El secreto consiste en ordenar cada día el mundo para nuestro asombro.
Alfonso Sánchez Ferrajón
... La geometría orgánica de la rosa y su perfume. La línea del horizonte marino. El tigre en la madrugada selvática. Un bosque de cerezos en flor bajo la luz de la luna. La lluvia tras los cristales en una tarde sin tiempo. La fuerza del rayo que hace añicos el cielo. El orden cósmico de los átomos del cuarzo. Una gacela que te mira de perfil. Las nubes con forma de salamandra. El enlace covalente dibujado con tiza antigua en una pizarra negra según la teoría de los orbitales moleculares.
Los pájaros que vuelan en bandadas organizados en punta de flecha. Las mariposas que se parecen al espíritu de los ángeles. El rumor del agua cristalina sobre los cantos rodados. El olor de los pucheros de barro cociendo a fuego lento. El loco que llevamos dentro. El color azul de las sales de cobre. El experimento de Michelson-Morley. Un tablero de ajedrez donde las negras han sacrificado un caballo para ganar en cuatro jugadas dando jaque mate con un peón mientras el alfil lo envidia desde la otra esquina del tablero.
Un caballo blanco que galopa sobre la espuma del mar. El cero y el infinito. Un delfín. La Garotta de Ipanema en la versión de Stan Getz. El fulgor de la nieve que arde al atardecer. La jauría de las estrellas. La cal anaranjada de los cortijos andaluces al sol de poniente. El olor de la tierra llovida. La danza del trigo bajo la melodía del viento. La gramática que nos une cuando las palabras son diestras. La dignidad de los perdedores. La maternidad. La risa y el llanto. Las palabras con las que escribo. El ser derrotado por el sueño.
Los barcos de vela. La aerodinámica del tiburón. Los sonidos negros del flamenco. La memoria arcaica de los cuentos infantiles. La sorpresa de una estrella fugaz. La piel del melocotón. Los ojos de mi niña que parecen dos cristales. La estrecha colaboración de las abejas y las flores. La danza del ADN cromosómico durante la división mitótica. Una hoja que cae dulcemente desgajada por el tiempo. Einstein jugando como un niño. La sombra de los árboles sobre los bancos de una plazoleta donde una joven solitaria tiene un libro abierto entre las manos.
El grillo del atardecer y el gallo en la madrugada. La seda y el lino que vaporizan el aire. Un piano de cola abierto por el costado mostrando las entrañas de la música que alberga en la sala inmensa de un museo vacío. La luz solar que atraviesa las acacias en verano. El caribe imaginario de Gabriel García Márquez. La estructura tridimensional compleja de la hemoglobina. Los acantilados. La dinámica imprecisa de la llama y sus colores. El frescor de los zaguanes a las cinco de la tarde. La curvatura de la hipérbola en la página 115 de un libro de matemáticas con las hojas amarillentas. El miedo de los valientes y la valentía de los cobardes.
La evocación que nos asalta como perfume de la memoria...