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viernes, 28 de febrero de 2014
El viento del sur
Hemos conocido esta semana, en la que celebramos el 28 de febrero, día de Andalucía, que nuestra tierra está a la cabeza mundial en trasplantes y donación de órganos. Esa mezcla entre la ciencia y la técnica avanzada de nuestras mejores cabezas y esa solidaridad popular de nuestros mejores corazones no puede por más que producirme mucha alegría.
Hemos conocido también estos días, que un equipo de investigadores y médicos granadinos han implantado por primera vez una córnea artificial producto de células madre, nanobiotecnología y donantes fallecidos. Antonio Campos, catedrático de histología en nuestra universidad, uno de los mejores, está en ello. Están para que la gente se cure y vea, rompiendo la barrera del desánimo y alcanzando el lugar de la esperanza.
Un caso concreto de la mezcla a la que aludo. Cabeza y corazón. Inteligencia y emoción. La ciencia misma. ¿Ven porqué estábamos a favor de la investigación con células madre en Andalucía? ¿Recuerdan a quienes se oponían y se oponen? Son los mismos a los que nuestra autonomía les importó y les importa un pito, y los mismos que no quieren que decidamos, que las mujeres decidan y que los pueblos decidan.
Esta mezcla nutricia de razón y pasión es un indicador de la calidad del pueblo andaluz. Un pueblo alumbrado para la igualdad, aquel 4 de diciembre de 1977 que se destetó el 28 de febrero de 1981 con nuestro primer Estatuto de Autonomía.
Mientras unos andan diciendo soy diferente y por eso merezco más y otros andan diciendo tos iguales y to pa mí, Andalucía unió su diferencia a la igualdad y la universalidad. Y por eso yo digo ¡viva Andalucía, muy verde y muy libre! No es menos autonomía la que necesitamos, es más. Es más para poder liberar todo nuestro potencial creativo, todo nuestro potencial de justicia, para que nadie tenga que irse otra vez como se están yendo.
La astronomía, la alquimia, la geometría, los números, la ingeniería, el regadío, la agricultura, la medicina, los aparatos de navegación marítima, el gusto por las artes, la vida, la filosofía y el clamor de la naturaleza entraron en Europa por Al-Andalus, es hora de que una vez más el viento del sur cambie el rumbo de Europa.