El Concejal de Economía de Granada, Baldomero Oliver, ha presentado el plan obligado de saneamiento económico de las arcas granadinas, a la vista de la pella de inmensa deuda que en los años de falta de compromiso ético con el dinero público de Granada amontonó el procesado gobierno municipal del PP.
Arguye el concejal, que o esto o Montoro interviniendo con cirugía invasiva. Esa sí es pinza, el PP por abajo, en lo municipal, chuleando con la deuda que nos dejó y el PP por arriba, en lo estatal, amenazando con estrangularnos si no nos estrangulamos solicos.
A lo que voy. En el plan de higiene económica la partida más polémica, punto central de habitual discordia entre los grupos municipales, es la subida del 12% del IBI en tres años para recaudar 2.700.000 de euros más. Dos millones setecientos mil euros que pueden salir de la implementación de políticas ecológicas.
Pongo aquí solo dos ideas:
1.- Euros por el medio ambiente. Implantación de una tasa ecológica de uso de los viales por vehículos con motor de combustión que no paguen el Impuesto de Vehículos de Transmisión Mecánica en la ciudad, con las exenciones pertinentes a vehículos públicos, laborales y de personas con discapacidad; y las modulaciones necesarias para uso anual, mensual o diario, o por razones de carácter socioeconómico o de cilindrada.
En una estimación personal la capacidad recaudatoria de este impuesto, podría alcanzar 3.000.000 de euros si la tasa de acceso anual media es de 20 euros por vehículo, en una estimación de un uso diario de 150.000 de vehículos ajenos a la ciudad, la mayor parte de ellos del entorno metropolitano. Más de lo que se pretende recaudar con el subidón del IBI que no pagarían las y los granadinos, si no quienes hacen uso de nuestras infraestructuras sin pagar impuestos en Granada.
El sistema podría controlarse en los accesos a los parking, en los parquímetros de zonas con colores y en los accesos a la ciudad con protocolos de la policía municipal.
Los beneficios ecológicos son inmensos. Pacificación de la ciudad, menor gasto sanitario en una ciudad que bate rércor de alergias y enfermedades crónicas cardiovasculares y respiratorias, incremento de la eficiencia y abaratamiento del coste por mayores ingresos del transporte público, mejora de la percepción turística, y lucha contra el cambio climático, entre otros muchos beneficios.
2.- Euro turístico. Una ciudad que acoje a más de 2 millones de turistas al año, alimentando al sector empresarial con más de 2.500 millones de euros puede permitirse gravar un euro por pernoctación con un potencial recaudatorio de más de 5.000.000 de euros.
El encarecimiento de los costes de recogida y tratamiento de residuos por las toneladas de basura que produce el sector hosteleroy la inversión y mantenimiento de infraestructuras turísticas, se verían compensados equitativamente con esta tasa.
Son sólo dos ideas entre muchas con un potencial directo tres veces superior a la pretendida subida del IBI,(y me quedo corto), que indirectamente reducen gastos y mejoran nuestra salud y el medioambiente de la ciudad.