2. La izquierda que fue pata del PSOE toleró estas cosas un puñado de veces, incluso las votó, cuando compartía cargos y puestos en ayuntamientos y diputaciones. De modo que el asunto no es nuevo. Pareciera aquí, por los ataques que ha recibido, que es Kichi un advenedizo de anticapitalistas que logró ganar Cádiz con un proyecto de cambio que no excluía a lo popular, y eso, como en su día se vio cuando apareció Podemos, molesta a cierta izquierda que se creía propietaria exclusiva de las esencias, o de la radicalidad laica.
3. Las manifestaciones y fiestas populares religiosas (católicas) en Andalucía, como en otros lugares mediterráneos y más allá, tienen raices antiguas, paganas y ancestrales relacionadas como bien sabéis con los ciclos naturales, la alegría de la vida y la tragedia de la muerte. En ningún sitio como en Andalucía el pueblo ha sido capaz de sacar de las sacristías, los faldones obispales y los cónclaves de sotana rancia, el sentido trascendente, comunitario y antiguo de esas celebraciones. Hay más subversión revolucionaria contra la jerarquía católica en la religiosidad popular andaluza que en alguna izquierda.
4. La disputa de la hegemonía social se ha de dar en todos los espacios de lo público. Y es innegable que los ritos y fiestas son masivos y públicos. Pelear y ganar el sentido del rito nos evitaría tener que dar larguísimas explicaciones que nadie entiende.
5. La medalla gaditana no tiene prestación económica, no es una subvención, y puede darse, si grupo, entidad o institución lo pide, y si el pleno lo aprueba, a cualquier otro símbolo, persona o lo que sea.
6. Interesa ganar, y para ganar se necesitan votos. Los votos, como las vírgenes, no caen del cielo.
7. No es lo mismo un ayuntamiento que una diputación que un ministerio del interior. La escala y la competencia, y la afección, significado, contexto y sentido de las decisiones importan y mucho. La energía nuclear es mala para la producción energética, pero la quimicafísica nuclear puede ser usada con éxito para tratar el cáncer.
Como véis no estoy de acuerdo en esa defensa cerrada de un estricto laicismo que no sólo defiende que la religión debe estar fuera de las instituciones (que comparto), sino que las instituciones y el pueblo, o la gente, no pueden interactuar contextualmente.
Imaginemos por ejemplo, en Granada (donde vivo), que el gobierno municipal con su alcalde al frente se le ocurriera la idea de no poner el 3 de mayo (fiesta local no festiva en el calendario) la cruz de claveles, flores, objetos simbólicos, de adorno y decorativos en la Plaza del Carmen, arguyendo que estamos en un estado constitucionalmente aconfesional y que la cruz es un símbolo religioso.
No tiene nada que ver el laicismo ni la aconfesionalidad con las relaciones cooperativas entre los deseos de ritos populares y las instituciones. Pensemos.
Termino de escribir este texto y me entero que el gobierno municipal de Almonte ha prohibido el reguetón en El Rocío, ya podéis imaginar cómo es la religiosidad popular andaluza. Qué las medidas coercitivas las tomen otros.4. La disputa de la hegemonía social se ha de dar en todos los espacios de lo público. Y es innegable que los ritos y fiestas son masivos y públicos. Pelear y ganar el sentido del rito nos evitaría tener que dar larguísimas explicaciones que nadie entiende.
5. La medalla gaditana no tiene prestación económica, no es una subvención, y puede darse, si grupo, entidad o institución lo pide, y si el pleno lo aprueba, a cualquier otro símbolo, persona o lo que sea.
6. Interesa ganar, y para ganar se necesitan votos. Los votos, como las vírgenes, no caen del cielo.
7. No es lo mismo un ayuntamiento que una diputación que un ministerio del interior. La escala y la competencia, y la afección, significado, contexto y sentido de las decisiones importan y mucho. La energía nuclear es mala para la producción energética, pero la quimicafísica nuclear puede ser usada con éxito para tratar el cáncer.
Como véis no estoy de acuerdo en esa defensa cerrada de un estricto laicismo que no sólo defiende que la religión debe estar fuera de las instituciones (que comparto), sino que las instituciones y el pueblo, o la gente, no pueden interactuar contextualmente.
Imaginemos por ejemplo, en Granada (donde vivo), que el gobierno municipal con su alcalde al frente se le ocurriera la idea de no poner el 3 de mayo (fiesta local no festiva en el calendario) la cruz de claveles, flores, objetos simbólicos, de adorno y decorativos en la Plaza del Carmen, arguyendo que estamos en un estado constitucionalmente aconfesional y que la cruz es un símbolo religioso.
No tiene nada que ver el laicismo ni la aconfesionalidad con las relaciones cooperativas entre los deseos de ritos populares y las instituciones. Pensemos.
@marioortega