Todo el mundo sabe que en Andalucía lo que no falta es sol. Sol hay, y si hay sol hay energía solar. Tampoco falta el viento. El viento también lo produce la radiación solar al generar corrientes de aire locales o globales por el calentamiento diferencial de las masas de aire. No, no faltan en Andalucía, en su litoral, montañas, planicies y valles ni viento ni sol. Aquí sí que fai un sol de carallo.
Por comparación con otros países y regiones europeas a Andalucía no le falta el viento, levantes y ponientes, ni le faltan horas de sol, mucho sol. no es necesario recurrir aquí a los datos meteorológicos de irradiación solar para saber que aquí pega fuerte el sol y, en algunas zonas, no pocas, el viento. Con estas evidencias, si no estamos a la vanguardia del aprovechamiento de las energías renovables en Europa es porque estamos en la retaguardia de la soberanía política en materia energética. Con nuestro sol y nuestro viento no podemos hacer nada sin que nos den permiso con legislación estatal. Una legislación que hace caso o no, más bien y casi siempre sí, de las empresas con alta densidad de puertas giratorias que dominan el sector de la energía en España.
Con motivo de la Cumbre de Acción Climática Mundial que se celebrará en California entre los días 12 y 14 de la próxima semana, para este día 8 de septiembre distintas organizaciones ecologistas representantes de la sociedad civil (Greenpeace, WWF, Ecologistas en acción, Apoyo Mutuo, la ONG de ingeniería Ongawa y Contra el Diluvio), han convocado una jornada reivindicativa de concienciación y movilización mundial, con el lema Ponte en pie por el clima, #RiseForClimate.
Como dice el manifiesto de la convocatoria, “un verdadero movimiento por el clima se construye desde abajo. Esto quiere decir que el poder debe estar en manos de la gente, no de las grandes empresas, que los trabajadores deben tener oportunidades económicas, y que se deben buscar soluciones justas y dignas para las comunidades más afectadas por los impactos de la industria de los combustibles fósiles y del calentamiento que están y seguirán provocando en todo el mundo”. Esto es una apelación al poder distribuido, democrático, frente al poder concentrado antidemocrático que promueve la estrategia capitalista neoliberal.
Pero el poder de la gente no existe si no hay una traducción institucional democrática con poder legislativo real en los ámbitos en los que la gente siente la vida. Aquí quería llegar.
Andalucía tiene un estatuto de autonomía desde el que perfectamente se puede legislar a favor de las energías renovables (véanse sus artículos 37.1.21º y 49.1 y 2) y para cuya producción, transporte y distribución, por ser autóctonas y en el ámbito de nuestro territorio, nuestro gobierno no debería tener que pedir permiso al gobierno de España. Si no se hace, si no se abre el frente renovable por nuestra soberanía energética, contra el cambio climático y por situarnos como referente industrial y de empleo en el pilar básico para el cambio de modelo productivo , que es el cambio de modelo energético, es porque siempre tuvimos un gobierno dócil con la imposición legislativa externa para frenar el desarrollo de las renovables y bloquear la implantación de instalaciones de autoconsumo y balance neto como hizo el gobierno de Rajoy.
Para que Andalucía se ponga en pie por el clima, para que se actúe desde lo local a lo global, es preciso legislación propia que no responda a intereses externos coloniales. Los gobiernos andaluces deben legislar y exigir, en su caso, transferencia de competencias en materia, como mínimo, de energías renovables para conectar Andalucía al sol.
Dos actuaciones considero urgentes para poner a Andalucía en pie por el clima. La creación por ley de une empresa pública de ámbito andaluz que integre producción y comercialización de energías renovables en nuestro territorio abierta a la participación de las entidades locales, las universidades y otras instituciones públicas andaluzas que lo deseen, y la regulación por ley del autoconsumo y el balance neto en el ámbito del territorio andaluz. Ejercer nuestra autonomía es ejercer nuestra soberanía en materia de energías renovables sin tener que pedir permiso a nadie.
PUBLICADO EN LAVOZDELSUR.ES
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