jueves, 6 de diciembre de 2018

El susanismo hunde el Titanic


El susanismo era el partido socialista obrero español de Andalucía en su evolución desde el felipismo hacia la degeneración ideológica. El susanismo lo componían una segunda generación de cargos de la etapa democrática que arranca en la transición acostumbrada al poder y el coche oficial, “la autoridad soy yo”. Una generación para la que el partido, al igual que para las y los andaluces, era la Junta de Andalucía. La identidad Junta = PSOEA era exacta. Una generación que aspiró al gobierno de España hasta que el sanchismo los derrotó contra pronóstico.

La fuerza del partido socialista en Andalucía surgió de la asunción de la demanda de autonomía para Andalucía como instrumento para sacarnos del atraso extremo en que nos había sumido el franquismo, y de su identificación durante decenios con toda mejora en los servicios públicos, derechos básicos e infraestructuras. Por aquel entonces del 4D de 1977 decenas de miles de calles de los barrios andaluces eran polvo en verano y barro en invierno. La España negra era en Andalucía la España negra de los señoritos con piso en la Castellana.

El susanismo era un partido sin memoria entregado al poder y el fasto. Gestor leal de recortes ordenados por Bruselas y Madrid. El susanismo era la derecha andaluza del feminismo para ricas, del andalucismo de feria con banderita española y toros para niños en Canal Sur, de la ecología green wash de Gas Natural en Doñana, del Andalucía es la España del “a por ellos” contra Cataluña, del, tras darle un patadón en el culo a IU, “he parado a los populistas de Podemos”.

El susanismo era la obediencia al IBEX35 para deteriorar de manera implacable la sanidad, la educación, los servicios sociales, la calidad en el empleo público. El susanismo era la docilidad y la connivencia con todos los poderes del capital que se instalaban en Andalucía para actuar como colonia de expolio. El susanismo era el heredero de los ERES, del Griñanismo y el Chavismo que entregaron las bancas andaluzas al capital madrileño, catalán y vasco. El susanismo era el sostén de Rajoy y el alimento de Ciudadanos. El susanimo era el creador de las condiciones de desigualdad para la irrupción de VOX.

No me gusta nada que el susanismo sea expulsado por un desplazamiento espectral del voto hacia la derecha, lo hubiese preferido hacia Adelante Andalucía. Concretamente, comparando con los resultados electorales de 2015, son 350.000 los votos desplazados desde la base social de izquierdas hacia los tres partidos de derechas, muy de derechas y totalitarios (PP, C`s y VOX), lo que sumado a los 330.000 que se han ido a la abstención, explican la debacle susanista. El hundimiento del Titanic felipista por una tripulación hinchada de soberbia.

El electorado andaluz, incluso el de izquierdas que se quedó en casa y no creyó en la opción Adelante Andalucía, votó mayoritariamente contra el susanismo, votó a la desesperada. Es lo que explica el desplazamiento del voto del PP a VOX, del PSOE a C´s y el anti voto que supone el crecimiento de la abstención. El movimiento tectónico, que todo apunta que se fraguó durante la campaña electoral, consiguió lo inesperado. Sacar al susanismo del poder en el momento en que Andalucía volvía a estar en el vagón de cola de las regiones europeas con un PIB inferior al 75% de la media.

El Titanic construido por el felipismo quebrándose lleno de botanas y hundiéndose en el mar electoral del dos de diciembre ha arrastrado el voto de sus proximidades, Adelante Andalucía no era el 2D suficientemente grande o suficientemente creíble para aguantar el efecto arrastre, solo ha resistido bien allí donde ya era grande, por ejemplo el 30% de voto en Cádiz capital manteniendo la posición de primera fuerza política. Si la alternativa Adelante Andalucía hubiese concurrido partida en alternativas, barcos, barcas o barquillas más pequeñas, la catástrofe para el voto progresista hubiese sido mucho mayor.

No, no me gusta que la Junta vaya a ser gobernada desde Madrid, de hecho las negociaciones se están produciendo allí. No, no es bueno para Andalucía que VOX sea decisivo en lo que se avecina. Pero reconozco que tal vez el pueblo andaluz, después de que el sorpaso de Podemos al PSOE, todavía felipista aún con Sánchez al frente, en 2015 no fuese posible, después de que el susanismo consintiese dos años y medio más a Rajoy (los números dieron en 2015 y en 2016 como se demostró en la moción de censura), reconozco, digo, que tal vez el pueblo andaluz no ha encontrado otra forma de expulsarlo de Andalucía.

El Titanic que supuso el socialismo andaluz ha sido hundido por quien siempre dijo, y aún estos días sigue diciéndolo, que era una ganadora cuando no ha hecho más que perder y perder hasta entregar Andalucía a los bárbaros.