domingo, 13 de enero de 2019

Vox sale del redil del PP en el que el régimen del 78 lo encerró

Intento construir un relato que explique lo que ocurrió el 2D. Desde ese día he escrito varios artículos publicados en primicia en lavozdelsur.es. Los he centrado en Andalucía. Hacia afuera, a lo sumo, en el vínculo de conflicto entre Susana Díaz y Pedro Sánchez que otorgó a Rajoy dos años más de gobierno de España. En éste, añado una aportación más para intentar comprender porqué Vox ha irrumpido aquí con fuerza tal que va a condicionar extremadamente el gobierno PP-Ciudadanos y toda la política en España.

El “a por ellos” de Mariano Rajoy, alentado por Albert Rivera y Susana Díaz, abrió la jaula del PP en la que el electorado potencial de Vox estaba recluido. Con la puerta abierta para huir, mientras Rajoy dirigía el PP, el voto ultra español se mantuvo dentro del redil ante la duda de si en el exterior haría más frío (así lo indicaban las encuestas). Pero en la calle se hacían visibles acciones duras de lo faccioso cambiando la bandera de la España franquista con el águila por la constitucional. En Cataluña hubo multitud de ejemplos que se amplificaron en las manifestaciones convocaba por Sociedad Civil Catalana y que encabezaban Borreles y Llosas junto con Albioles, Riveras, Arrimadas y gentes de Vox. Pero no solo en Cataluña. La virulencia de banderazo y brazo en alto salía a la calle con “normalidad” para amedrentar la democracia.

La caída de Rajoy el 1 de junio de 2018 precipita su sucesión. El control del partido lo gana la facción más ultra representada por Casado y apoyada por Aznar. El duro discurso ideológico ultra de Casado otorga sentido a la huida de electorado del PP hacia Vox por la puerta abierta del “a por ellos”. Casado lo percibe y vira aún más hacia la ultra derecha para intentar devolverlo al cercado. Endurece no solo su discurso sino su acción, visita insistentemente los afilados muros africanos, Rivera también. Las elecciones andaluzas empiezan a ser parte del marco de la escena.




Toda esa historia se sumó a la relevancia que Susana Díaz le otorgó a Vox en la última semana de campaña andaluza, en un momento en que la gran pulsión del electorado era hacerla desaparecer del gobierno andaluz (el electorado de izquierdas por la destrucción sistemática de los servicios públicos educativos, sanitarios y sociales que ha dejado en los huesos, y el de derechas por las ganas históricas que le tenía al PSOE). De modo que se crearon unas condiciones idóneas en las que se liberó al monstruo franquista que condensó Vox sobre Andalucía e incrementó dramáticamente su expresión en las urnas.

El horror estaba ahí, en las habitaciones de palacio del PP. El régimen bipartidista (monopartidista en Andalucía) lo quiso siempre conservar por si venían tiempos revueltos. Tal vez para que cumpla, ahora que el régimen del 78 ha sido deformado por el efecto del 15M, dejando de ser monopartidista en Andalucía (su forma específica consumada 37 años en el sur), la función que otrora, hace unos cuarenta años, cumplieron las sotanas obispales y los sables militares, como amenaza de que todo puede ir a peor.

De momento el gran baluarte frente a lo reaccionario es el feminismo, habrá que ir sumando fuerzas frente a la involución democrática que acecha en el marco de una crisis ecosistémica colosal del capitalismo mundial.