Si Yolanda Díaz buscase la unidad estratégica de la izquierda, hubiese trabajado desde el minuto cero por mantener unido lo preexistente, Unidas Podemos, y ampliarlo intensificando la acogida de espacios de representación ideológica, como el federalismo, el socialismo, el feminismo y la ecología política, y entablando conversaciones amistosas con partidos de implantación territorial autonómica.
Me pregunto, como Enric Juliana en Televisión Española en prime time, “¿cuál es el genio, el sagaz estratega que ha diseñado todo esto?” ¿Qué inteligencia está detrás de los planes de Sumar? ¿Quién calcula los tiempos y las fotos? ¿Cómo es posible que los partidos no importen pero se hable con 15 partidos menos con Podemos? ¿Qué induce a la vicepresidenta sergunda a decir Sumar sin Podemos no sería un fracaso? ¿Quién cree que debilitar a Podemos es útil para mantener el Gobierno de coalición en la próxima legislatura? ¿Quién ha decidido que postularse como candidata a la presidencia del Gobierno antes de las elecciones municipales y autonómicas era el momento en que empieza todo, cuando ni Más Madrid ni Compromís han facilitado pacto alguno?
Sumar sin Podemos no es nada. Hasta un demócrata que defiende los intereses de la burguesía catalana, y que por eso no está interesado en un Gobierno del PP con Vox, como Enric Juliana, lo sabe. La vieja esencia de la izquierda española es capaz de elegir ser nada antes que admitir que necesita a Podemos. Quienes batallan por reducir el espacio electoral de Podemos tiran piedras sobre su propio tejado. Acometer contra Podemos conduce a perder poder político tras las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Los socios de Sumar pueden perder las alcaldías de Barcelona y Valencia. Los auténticos debilitados serían los Comunes y Compromís. Por su parte el PSOE, que instiga la maniobra contra Podemos, podría perder cuatro de las seis diputaciones andaluzas que gobierna.
Sin embargo Podemos no tiene por qué salir debilitado. En la mayor parte de los territorios se presentan en alianza con IU, con un flotador para cambiar de barco, siendo Podemos la fuerza hegemónica, y allí donde se presenta con otras alianzas también es la fuerza hegemónica. Además, al contrario que Juliana, creo que el Gobierno del Botánic en la Comunitat Valenciana puede mantenerse, porque Podem, con Héctor Illueca al frente, compensaría la bajada de Compromís con Joan Baldoví. Lo más parecido a la frescura y potencia política de Mónica Oltra, víctima de lawfare, está en Podem. Además, en la comunidad de Madrid, si no hay vuelco, todo seguirá tal cual y si lo hay habrá Gobierno de coalición con Podemos dentro.
Visto así, es inexplicable que Yolanda Díaz desprecie a Podemos. Tal vez la inteligencia artificial nos lo explique, porque parece inexplicable. No es lo mismo perseguir un sueño que caminar hacia un espejismo. El sueño, con voluntad, puede hacerse realidad, el espejismo no existe, es una ilusión óptica provocada por la necesidad y las condiciones ambientales. Cuanto antes nos demos cuenta mejor.
Publicado en La Voz del Sur