domingo, 25 de febrero de 2024

Pedro Sánchez en el catillo del 78

 

Pedro Sánchez envía señales de que su gobierno durará toda la legislatura pase lo que pase con Junts. Lo cuenta el editorial de Diario Red de ayer jueves 21 de febrero. Puede legalmente encastillarse sin legislar o legislando puntualmente con el PP. Encastillarse en el gobierno es continuar sin asumir la crisis de régimen del 78, destapada por la crisis del capitalismo global de 2008, cuya traducción en España la representó el 15M traducido en Podemos y la deriva independentista del nacionalismo catalán traducida en el procés.

La no asunción de la crisis de régimen es la razón por la que el PSOE pactó con el PP en agosto de 2011 la modificación del artículo 135 de la CE. La misma razón por la que tras el referéndum alegal de 1 de octubre de 2017, apoyo la aplicación del 155 que suspendía la autonomía catalana. La razón por la que Sánchez forzó la repetición de las elecciones generales de abril de 2019 en noviembre del mismo año. La misma razón por la que se empeña en negociar con el Partido Popular la renovación del CGPJ. La razón por la que se plegó a reformar con el PP la ley del solo sí es sí de Irene Montero. La misma razón por la que mantiene RTVE entregada al bloque reaccionario. La razón por la que se niega a acabar con la ley mordaza. 

En tanto que con Podemos dentro del gobierno se visibilizaba un horizonte legislativo gracias al motor que exigía el cumplimiento de los acuerdos de gobierno. Con Sumar en proceso de deconstrucción, el gobierno carece de impulso legislativo. Ese el problema del encastillamiento, sin horizonte de transformación, tendremos un gobierno que acabará entregando el poder en las urnas al proyecto reaccionario y recentralizador que la derecha española tiene perfectamente dibujado.

Sorprende que los partidos del bloque democrático, con una crisis de régimen deviniendo en crisis del Estado, sigan jugando en corto sin levantar la mirada al mundo. Sorprende que no se defienda una alianza estratégica por la profundización democrática. Sorprende que, subsumido Sumar en la dinámica sanchista, mientras el bloque reaccionario (medios, judicatura, fiscalía, PP y Vox) empuja al PSOE fuera del 78 y alimenta su fractura con las voces de las viejas glorias (González, Guerra o Ibarra) y las de García Page o Susana Díaz, no se plantee abiertamente una alianza plurinacional, que no tiene que ser electoral, para forzar a Sánchez a decidir entre encastillarse o reforzar la democracia.

Esa alianza, con una horquilla parlamentaria de entre 18 y 30 diputados y diputadas, podría actuar conjuntamente para conseguir que la RTVE preste un servicio democrático y público, para que el CGPJ sea renovado con el consenso del bloque democrático aquí y no en Bruselas con el PP, para que se acabe de una vez por todas con la ley mordaza o para revertir a su forma original le ley del solo sí es sí. ¿Acaso creen las fuerzas soberanistas que mirando solo el suelo que pisan pueden consolidar sus posiciones, sin tener en cuenta los límites que marca el contexto global, el europeo y el del actual estado español? Hay que sacar a Sánchez del castillo del 78.

Publicado en Diario Red