El sindicalismo de clase siempre ha sido necesario, pero hay momentos en que es más necesario que nunca. Estamos viviendo uno de esos momentos.
El deterioro de la imagen de los sindicatos no tiene una sola causa pero sí es fruto del mismo proceso que ha desactivado ideológicamente a la izquierda. Al igual que la socialdemocracia y la izquierda aceptaron las condiciones del modo de producción productivista (igual da que se sustancie bajo la forma de democracia liberal capitalista que bajo la forma de regímenes comunistas), y trabajaron para equilibrar o hacer más justo el reparto de la productividad. Después, los sindicatos de clase se encajaron en el sistema y fueron derivando hacia lo que se ha venido a llamar sindicatos de servicios (asesoría, gestoría, formación continua, centros de estudios, etc.). Nótese que la palabra servicios tiene una clara connotación conceptual en el marco de la ideología del consumo. Hemos insistido mucho en que una de las tácticas de la estrategia neoliberal para desactivar la conciencia colectiva de clase ha sido convertir a la ciudadanía en masa consumidora “con derechos.”