jueves, 31 de marzo de 2016

Andrés Bódalo es como Miguel Hernández


Andrés-Bódalo

No conozco personalmente a Andrés Bódalo, tampoco a Miguel Hernández; para saber quienes son no es preciso haber mantenido una conversación con ellos. Ellos, los sensibles, los que son parte de la parte solidaria que nos acompaña, los hambrientos de amparo y sedientos de justicia, hablan por sus actos.

 No conozco personalmente a toda esa caterva de infamia que alienta el odio contra Andrés Bódalo y se apunta a heredera de Miguel Hernández; para saber quienes son no es preciso haberlos rozado, basta sufrir sus obras en la tierra. Ellos, los dueños del cinismo, los ayunos de dignidad, se acompañan a diario del olor a náusea de la impostura y de las cámaras de televisión que pagan nuestras carencias.

martes, 15 de marzo de 2016

Un AVE sin prisas para que Granada y la vega sean amantes


La ecología es la ciencia del vínculo. La política la actividad pública que conforma lo colectivo. En la ciudad nació la política, la naturaleza dio a luz a la ecología. Así, cuando se unen ecología y política tenemos la ecología política, una forma de discurrir, actuar y proponer pensando en la complejidad de las relaciones entre lo vivo, lo humano, lo tópico y sus condiciones biofísicas de posibilidad.

Si la historia de la humanidad es la historia de la huida de la intemperie hasta chocar contra los límites físicos del planeta, la historia que nos queda debería ser la de la reconstrucción de la convivencia entre ciudad y naturaleza. Habremos de hacer que el campo y la ciudad sean amantes. Se puede.

En Granada, hace más de doce años propuse, propusimos, un gran parque en los terrenos de RENFE, años después revitalicé la idea coordinando la Plataforma por un Gran Parque Central al que le dimos el nombre de “del Milenio”, porque se construiría para conmemorar los mil años de vida de la Granada Zirí. En aquel entonces de mayo de 2009 le dije al alcalde una frase que le sonó a chino, “si usted hace esto pasará a la historia de la ciudad”, puso la misma cara de flipe que los diputados del PP cuando ven rastas, bebés y besos en el Congreso.