Ayer gentes movilizadas, granadinas y andaluzas de corazón, llenamos el recinto Manuel de Falla del Palacio de Congresos de Granada y una sala aneja para el streaming a gente que no tuvo sitio dentro.
La comitiva con Teresa y Antonio al frente llegaba de Almería, donde el sol nace generoso, cargada de sal, luz y esperanza. En Motril primero y luego aquílos esperábamos guardando miles de abrazos hermanos para fundirlos con ellos.
Convocar en el Palacio de Congresos de Granada es una osadía, sólo lo hacían hasta ahora partidos con una inmensa red de sueldos, cargos y favores. La osadía se hizo reto, y el reto se hizo nombre, GRANADA, la más sultana de todas las andaluzas, llenóde pueblo el palacio vedado al pueblo.
Qué alegría recordar aquella primera vez que escuché la verdiblanca en Jerez de la Frontera contando, tal vez, con quince o dieciséis años. Qué alegría cantar a coro con la gente la versión de Patricia Lázaro. Qué alegría ver y sentir cómo todas y todos los intervinientes, terminaban sus discursos con un exultante ¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!
Qué Alegría Teresa Rodríguez, llena de vida, qué alegría Carmen Lizárraga, llena de sueños, qué alegría Antonio Maíllo, lleno de esperanza, qué alegría Chus Fernández, lleno de proyectos, qué alegría Ana Villaverde, llena de fuerza, qué alegría Ángel de la Cruz, lleno de Andalucía.
¡Qué alegría la esperanza!