miércoles, 14 de noviembre de 2018

Forjar la esperanza


El lunes por la tarde, en una desbordada de asistentes facultad de Ciencias Políticas de Granada, Carmen Lizarraga, cabeza de lista de Adelante Andalucía por Granada, hizo un "elogio de la esperanza". La esperanza como fuerza motor de todo lo mejor que tiene la humanidad. Lo contrapuso con un "reproche al miedo". El miedo como paralizante, el miedo como inductor del conformismo.

El resto de participantes, Alberto Garzón, Íñigo Errejón, Antonio Maillo y Teresa Rodríguez, brillantes como siempre y como Carmen, instigaron a construir una alianza intergeneracional para construir el futuro. Una alianza en una Andalucía que es mucho mejor que la indolencia que nos gobierna y muchísimo mejor que quienes vienen a esparcir el odio y la corrupción que les sobra.

Yo me acordaba de la primera vez que voté, recién cumplidos los 18 años, fue el 28 de febrero de 1980. Quedamos tempranito un puñado de colegas en el barrio del Zaidín. Mi memoria de aquella mañana soleada es fotográfica. En el muslo de mi pantalón vaquero gastado lucía una pequeña bandera andaluza.

Mi madre que pertenece a una generación que vivió el yugo y el desprecio de las y los andaluces durante la dictadura franquista, mientras se utilizaba nuestra cultura, lo andaluz, las más de las veces caricaturalizándola, para llenar el vacío cultural de aquella España oscura, me preguntó "¿dónde vas niño tan temprano?, a votar respondí, rápida respondió "niño, no te equivoques".

Aquella alianza intergeneracional forjó la esperanza de un pueblo que ganó para sí y para España.

Ha pasado mucho tiempo, contamos con un gobierno andaluz bloqueado que mantiene Andalucía entregada y dócil a intereses externos porque solo tiene intereses de supervivencia de un partido que no es socialista sino susanista. Esa sumisión y dependencia ha provocado que tengamos los peores indicadores sociales y económicos de Europa.

No nos lo merecemos, mi madre no se lo merece. Por eso yo también clamo por una nueva alianza intergeneracional que fragüe este próximo dos de diciembre de 2018.

En la foto estoy a la derecha de Íñigo Errejón. Él sostiene la bandera de Andalucía y yo tengo la mano abierta. Mi mano abierta es memoria y es esperanza, es recuerdo de mi madre, es recuerdo de José Luis Serrano que en los actos de Podemos de las elecciones andaluzas de 2015 levantaba la mano abierta, y es recuerdo del mejor andalucismo político y cultural, el de izquierdas que defiende Primavera Andaluza y que es ahora, no podría ser de otra manera, feminista y ecoandalucista.

Como repite Pilar González Modino en esta alianza andaluza: ¡Vámonos que nos vamos! Estamos forjando la esperanza, cuando Andalucía la forja, su fuerza es telúrica. Ocurrió dos veces, hagamos que vuelva a ocurrir.