Si existe mucho paro en España, un 35% más en Andalucía, si existe precariedad laboral en España en Andalucía es el doble, si existe pobreza en España, casi el doble en Andalucía. Si la sanidad se ha deteriorado en España, más se ha deteriorado en Andalucía. Si las aulas están masificadas, nuestras niñas y niños pasan frío y calor y faltan docentes y maestras, más en Andalucía. Si las mujeres están en peor situación, en peor situación están en Andalucía cuando son kellys, monitoras escolares o trabajadoras de la hostelería. Si las y los jubilados están mal, peor están en Andalucía.
Si la política industrial es escasa, en Andalucía es nula. Si la transición energética o el cambio de modelo productivo o los autónomos importan poco, al gobierno andaluz le importan un cero patatero. Si las ciudades están contaminadas, tienen barrios con pobreza extrema e indices de sostenibilidad bajos, en Andalucía son bajísimos.
Este es el retrato real, por eso las elecciones andaluzas tienen que tener acento andaluz. No de Madrid, de Barcelona o de Bilbao, acento andaluz no solo de boquilla. Este es el retrato real en Andalucía después de cinco años de gobiernos de Susana Díaz aplicando recortes, siendo leal a Montoro, dejando gobernar a Rajoy, impidiendo que Sánchez acordarse con Podemos políticas progresistas, convirtiendo a la Junta de Andalucía en un ente colonial del gobierno central y permitiendo a Ciudadanos taladrar las cuentas públicas para destruir inversiones y servicios sociales. Este es el real retrato de cinco años de la presidenta Díaz dedicada a dar el salto a Madrid, sin plantear ninguna ofensiva seria para defender fuera de Andalucía los derechos de las y los andaluces. El retrato real de una Andalucía cuya presidenta ocultó la bandera andaluza hasta que fue derrotada por su enemigo Pedro Sánchez en unas primarias en las que no fue apoyada por el 30% de la militancia de su propio partido en Andalucía.
En este contexto, alimentada España desde Andalucía por la presidenta Díaz, intentando enfrentar al pueblo andaluz con el pueblo catalán, llegan Casados y Riveras, Juanmas y Teos, Arrimadas y Marines a las elecciones del 2 de diciembre para enseñarnos a pescar o para decirle a Donald Trump que instale la sexta flota en territorio y aguas andaluzas, para que les pongamos cervecitas y tapas a sus soldados cuando descansen un rato antes de bombardear el mundo. Así es como vienen a pescar nuestros votos, utilizando la bandera de España como una red para atrapar pequeñines, y lanzando granadas de odio sobre la existencia siempre pacífica del pueblo andaluz.
Pues no, no debemos consentirlo, no lo consintamos, ante la dicotomía España-Cataluña en la que ganan quienes nos quieren atrapar en un bucle de banderas para que no seamos conscientes de que son culpables de nuestra actual realidad socioeconómica y ambiental, hemos de responder en las urnas con una sola palabra ¡Andalucía!