Lo dramático de este artículo es que estaba escrito hace una semana. No lo publiqué para no meter distorsión en una campaña de la izquierda que ya venía cuesta arriba desde las fotos de la feria de abril.
Queda demostrado que tratar Andalucía como colonia cuando se viene por la izquierda no produce resultados. Los mejores resultados de Julio Anguita, andaluz de Córdoba, llevaban el marco “Convocatoria por Andalucía”. Nadie vino de Madrid tocando la gaita a decir lo que teníamos que hacer sin saber bailar sevillanas, mucho menos sin querer aprender a bailarlas. La foto de la feria de Sevilla lo dejó claro. Canjear Andalucía por Madrid se paga. Cuando el referéndum del 28F de 1980 la derecha ucedista pagó con 37 años aquello de “Andaluz este no es tu referéndum”.
Desde la foto de la feria de abril hasta el acto de Por Andalucía en Málaga el día 12 de junio, pasaron semanas sin que se viesen banderas de Andalucía de forma relevante, ni en el escenario ni entre el público. Las banderas no son trapos, como las palabras no son letras, son símbolos, tienen semántica y etimología. En Andalucía, la bandera republicana es la verdiblanca. La que Abu Asbag iben Arqam, poeta andalusí de la cora de Guadix, describe sobre la alcazaba de Almería en el siglo XI: Una verde bandera, que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón, despliega sobre ti un ala de delicia, que ella te asegure la felicidad al concederte un espíritu triunfante. La primera referencia escrita a una bandera europea. En Andalucía, desde 1977, la bandera de la libertad es la arbonaida. Por lo que significa: escuelas gratis medicina y hospital, que vuelvan pronto los emigrantes, haya cultura y prosperidad. La murga de los currelantes no se canta con gaitas ni con eses silbantes.
Andalucía es la clave de bóveda de un proyecto posible plurinacional para España. Que la haya tomado la derecha va a obstaculizar ese proyecto. Tamaño, población e identidad fuerte, tan fuerte como que no necesitamos idioma propio para sentir Andalucía en las venas. Nuestros acentos, diversos y del sur, y nuestro flamenco universal son nuestro idioma. Oír a Rigoberta Bandini, a la que podemos admirar, en los actos de Por Andalucía, da una idea de cómo se ignoraba nuestra fuerza cultural. Esa que hay que poner al servicio de un proyecto andaluz y de estado de profundización democrática, un proyecto plurinacional con Andalucía como la que más. Esa que es el imprescindible sostén para luchar contra las causas estructurales de nuestra desigualdad. Otra vez será para la izquierda andaluza, en Andalucía el andalucismo es pan de futuro.
En Andalucía, la bandera republicana es la verdiblanca
El punto virtuoso del papel de Andalucía por sí, por los pueblos, por España, por la humanidad es el cruce entre la defensa de nuestros intereses y la voluntad de poder andaluz y poder en el estado, voluntad de gobierno y voluntad de sumar a un bloque de dirección histórica confederal capaz de defender un proyecto de ruptura con el régimen del 78. Como Melenchón en Francia pero a la española, es decir, a la andaluza.
Lo ha escrito Ivan Redondo, proyecto Yolanda Díaz sí, pero con el motor Podemos y creyéndose de verdad la plurinacionalidad en Andalucía. Veremos próximamente si la conductora ha gripado su futuro en la feria de abril. No porque Podemos sea lo más de lo más, sino porque es símbolo, como la bandera de Andalucía, de proyecto de voluntad de poder. No solo de voluntad de hacer el papel de una izquierda del PSOE dócil. Efectivamente los partidos no son lo relevante, lo relevante son los proyectos políticos que defienden. La suma no es más, ha quedado demostrado, la suma es tener un proyecto de estado que no sea un PSOE Bis, con el que parecen estar encantadas las baronías del PSOE, los poderes mediáticos madrileños y hasta las derechas centralistas. La suma no es tener un proyecto sin verdadera voluntad de poder, la suma no puede ser la construcción de un nuevo Ciudadanos con apariencia de PSOE por la izquierda, la suma no es afirmar la plurinacionalidad y bloquear el poder andaluz con alianzas forjadas en Madrid.
Publicado en La Voz del Sur y en La Última Hora Noticias