miércoles, 19 de junio de 2024

Taquigrafía de la financiación autonómica, una perspectiva andaluza

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, interviene en la segunda jornada del Pleno del Parlamento andaluz. A 13 de junio de  2024, en Sevilla (Andalucía, España). Segunda jornada de Pleno, con Sesión de Control al Gobierno y preguntas de los grupos parlamentarios al presidente de la Junta de Andalucía.
Francisco J. Olmo / Europa Press
13/6/2024

La izquierda plurinacional republicana no debe eludir el debate sobre financiación autonómica. Se está recrudeciendo para la formación de gobierno en Cataluña y para el sostenimiento del gobierno de Pedro Sánchez en el estado. Las comunidades autónomas gestionan la mayoría de competencias relacionadas con los servicios públicos, como educación, salud, dependencia o servicios sociales, además de otras relacionadas con infraestructuras y derechos que se incardinan en sus territorios. Su capacidad política depende de su capacidad económica.

La deriva neoliberal ha tenido como consecuencia la centralización de la política fiscal e inversora en el Gobierno del Estado. La misma deriva ha hecho que los estados de la UE regalen a la Comisión Europea competencias en materia de política fiscal y financiera que reducen su capacidad de maniobra. Este es el sentido del tratado de Maastricht, de lo que se llamó troika (CE, BCE y FMI) tras la crisis de 2008, y de la reforma bipartidista del artículo 135 de la CE en el año 2011. Los capitalistas, unas centenas en el mundo, limitan la capacidad de los estados y, a su vez, reducen la complejidad de interlocuciones para imponer sus intereses a la acción legislativa.

La herramienta política territorial del neoliberalismo es el centralismo. La herramienta de la izquierda debe ser el federalismo, llámenla confederalismo si lo prefieren. Esto es, la distribución territorial y democrática del poder. Sin esa distribución, la desigualdad social, de clase y de género y la destrucción ambiental seguirá campando a sus anchas. La Europa bélica, el régimen de guerra, es la última forma de forzar la centralización del poder.

Entregada ya la ley de amnistía al partido de los jueces, se viene con fuerza el debate sobre financiación autonómica. Un debate que puede coger en una pinza entre el bipartidismo y los soberanismos vasco y catalán a la izquierda plurinacional. Un debate que no se puede eludir, primero porque es de justicia abordarlo para abordar las evidentes desigualdades territoriales interautonómicas (también las de las haciendas municipales y de la España vaciada), que actúan de manera sinérgica incrementando en las comunidades pobres la desigualdad de clase y la de género, y segundo porque hay que luchar contra el bloque reaccionario planteando un modelo de estado sin centralismo monárquico.

Fuera de Madrid, la comunidad autónoma que es usada por la derecha con más fuerza contra los intereses de mejora financiera de Cataluña es Andalucía. El presidente andaluz se pone a la vanguardia de “la igualdad de todos los españoles”, cuando es él el que aplica políticas en Andalucía que impiden romper nuestra desigualdad estructural, tanto interna como en relación a otras comunidades.

Que haya comunidades ricas y comunidades pobres, no implica que en el interior de las comunidades ricas no exista fuerte desigualdad de clase y de género, es el caso de Madrid. La desigualdad no es solo una cuestión de territorialidad, también lo es de políticas concretas. Nadie, de momento, en la izquierda, está diciendo que la clave para abordar el problema de la infrafinanciación autonómica no es la balanza fiscal entre comunidades autónomas, sino la balanza fiscal entre ricos y pobres. En España ni los ricos ni las grandes empresas, pagan impuestos como debieran. Por tanto, abordar el tema de la financiación autonómica ha de hacerse abordando a un tiempo el tema de la estructura fiscal de estado.

En España, en términos relativos, todas las comunidades autónomas están infrafinanciadas, salvo Madrid, Euskadi y Navarra. La primera porque disfruta del efecto capitalidad, las segundas porque disfrutan de un régimen foral reconocido en la CE. La primera se imputa la recaudación de las de consecuencia del IRPF de todo el funcionariado del Estado, del IVA y del impuesto de sociedades de las grandes empresas o entes propiedad total o parcial del Estado, y de la mayoría de los grandes operadores e que tienen su sede social en la capital del reino. Las segundas porque negocian a posteriori con el Gobierno del Estado el llamado cupo, la cantidad que aportan por los servicios que les presta estado junto con la llamada solidaridad interterritorial.

El agravio en la financiación autonómica que deben compartir Andalucía y Cataluña, Andalucía la más agraviada, se llama Madrid. La mayor parte de los ricos están concentrados en Madrid. Más del 52% de las 200 empresas con más facturación tiene su sede social en Madrid, esto sin contar a la banca. Por tanto cualquier política autonómica de financiación por parte del estado no debe ser ni bilateral ni multilateral, ha de ser plurilateral. Pedro Sánchez y Salvador Illa van a negociar con ERC una financiación singular para Cataluña, están en su derecho democrático en función de su representatividad electoral. Es lo que haría Feijóo si pudiera. Esa singularidad no puede ser a costa del resto de comunidades autónomas, cada comunidad autónoma, mientras no exista un foro —¿el Senado? — federal/confederal, ha de ser tratada singularmente.

La base andaluza de esa singularidad no puede ser otra que la que los datos numéricos de desigualdad socioeconómica estructural, de desigualdad histórica en inversiones de infraestructuras del estado e industria, la poblacional, la emigración histórica, la diversidad geográfica y distribución territorial poblacional y la carencia de sedes sociales de grandes empresas que extraen recursos andaluces haciendo negocio aquí e imputan su beneficio fuera.

Si aspiramos a fortalecer un bloque democrático con ambición de dirección de estado, en el que participen las izquierdas soberanistas gallega, vasca y catalana, la izquierda de estado plurinacional ha de entrar al debate sobre financiación autonómica traduciendo la plurinacionalidad en plurilateralidad. No podemos ayudar a que las condiciones de privilegio que demandan las elites catalana y vasca, y ahora ERC para compensar la negociación de la ley de amnistía entre Sánchez y Puigdemont, sigan incrementando la desigualdad de clase inter e intra autonómica. Necesitamos un pacto entre pueblos, por supuesto en materia de financiación autonómica también.

Publicado en Diario Red

 

jueves, 13 de junio de 2024

Dejen la unidad, no toca

sumar

Los resultados de las elecciones europeas ha dibujado el estado electoral izquierda no independentista. Tres representantes en el parlamento europeo para la coalición Sumar, y dos para Podemos, indican un punto de inflexión en la hegemonía del espacio. Descuenten al PSOE del calificativo izquierda, Pedro Sánchez es zurdo solo por comparación con las fuerzas a su derecha. Sumar es un muerto viviente y Podemos un muerto redivivo. No es que lo diga la gente de Podemos, es que lo dice el mismo clamor mediático y tertuliano que hasta hace un mes lo daba por muerto.

Pedro Sánchez ha demostrado ser un maestro de las cuatro palabritas finas. Si sigue con las cartas pronto podrá publicar en Planeta, prologado por Antonio García Ferreras, un compendio de misivas titulado Epistolario de supervivencia. La primera nos cogió por sorpresa. Incautos, algunos creímos que el presidente del Manual de resistencia tenía humanidad. La segunda trajo la chanza. La intención bipartidista del ecosistema mediático con sede en Madrid DF, con la ayuda del juez Peinado, convirtió la campaña electoral en Begoña sí o Begoña no. Eso permitió a Sánchez deslizar sobrevolar por encima de los tanques apostados en el jardín de Borrell y de la ignominia del genocidio contra el pueblo palestino.

Las elecciones europeas han debilitado a la socialdemócratas, liberales y Verdes. El grupo Socialistas y Demócratas ha perdido diecinueve escaños de los ciento treinta y cinco que tenía, los liberales veintinueve de ciento ocho, y el grupo Verdes/ALE, el más damnificado, veintiuno de setenta y cuatro. Fiel reflejo del entreguismo del gobierno Alemán, formado por esas tres fuerzas políticas, al imperio americano y la infamia sionista.

Verdes/Alianza Libre Europea incluye a partidos ecologistas y a partidos de corte soberanista, como ERC, Bildu o BNG, o de corte territorial como Compromís o Els Comuns. El batacazo electoral de este grupo, que en tiempos de guerra, genocidio  y grave calentamiento global tiene importantes componentes que han traicionado al pacifismo y la ecología política, debería hacer pensar a los partidos nacionalistas de izquierdas del estado español en abandonar su compañía y unirse al grupo de la izquierda europea, The Left, en el que se integra Podemos.

Cuando la guerra entra por la puerta, la justicia social, la territorial y la ambiental saltan por la ventana. El consenso bélico ha arrojado al pacto verde europeo a las aguas del mar del norte. Alemania, con la Unión Europea, arrodillada ante el complejo militar industrial y fósil estadounidense, no chistó con el reventón de los Nord Stream. Con este escenario, la izquierda que ha fracasado en Sumar parece empeñada en el erre que erre de la unidad, un debate cómodo que, a más de dos años vista de un nuevo ciclo electoral, no tiene sentido ni táctico ni estratégico. Un debate que es cortina de humo para abordar lo importante, la oposición al régimen de guerra y la arquitectura de cimientos y ferralla para sostener un cambio cultural republicano y plurinacional.

Publicado en Diario Red

sábado, 1 de junio de 2024

Lo quieren todo todo el tiempo – 3 de 3

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (i), y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski (d), se saludan a su llegada al Palacio Mariinski, a 23 de febrero de 2023, en Kiev (Ucrania). Pedro Sánchez ha visitado hoy las huellas que ha dejado la guerra en las localidades de Bucha e Irpin, situadas en las afueras de Kiev, durante el viaje que ha llevado a cabo hoy a Ucrania. Este es su segundo viaje a Ucrania en menos de un año y justo el día previo a que se cumpla el primer aniversario del comienzo de la invasión rusa, iniciada el 24 de febrero de 2022.
23 FEBRERO 2023;KIEV;UCRANIA;INVASIÓN RUSA
David Melero / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
23/2/2023

Tras la primera fase de financiarización, privatizaciones y desindustrialización, la segunda de acumulación de poder en el gobierno central, concentración bancaria, precarización laboral, privatizaciones e irrupción de los fondos buitres apropiándose del mercado de la vivienda y los servicios públicos, estamos en la tercera. El sistema capitalista lo quiere todo todo el tiempo. El capitalismo occidental necesita apropiarse por completo del estado, de todo los social, porque ya no puede competir con China o los BRICS en el modelo que el mismo a propiciado.

Su manijero en España, el bloque reaccionario, ya no puede permitir que el PSOE ocupe el poder siquiera por tiempos cortos, pretenden expulsarlo del consenso de régimen, dejarlo al margen solo para que esté en la oposición de manera permanente. Ayuso es Milei, Feijóo su consorte. El PSOE es Sergio Massa, ni puedo ni quiero. La violencia política, toda vez que Podemos ha sido expulsado del gobierno queda dirigida contra Pedro Sánchez enviando la señal de que el PSOE puede ser oposición, pero nunca a partir de ahora ejercer el gobierno. Lo quieren todo todo el tiempo. El bloque reaccionario necesita el miedo para poder cumplir con la necesidad neoliberal de expropiar derechos públicos a las clases medias y populares, también los del pequeño y mediano empresariado. Por eso ya no oculta su brutalidad contra todo, incluida la socialdemocracia liberal que ha actuado de máscara democrática.

Lo quieren todo todo el tiempo. El régimen de guerra, que alimenta el propio Pedro Sánchez con su posición otanista y sin atreverse a actuar contra el estado genocida de Israel, es el medio ambiente en el que el bloque reaccionario actúa contra la democracia. En esta tercera fase del neoliberalismo las socialdemocracias liberales son prescindibles, por eso Ursula von der Leyen echa el guiño a la ultraderecha en Europa, por eso Joe Biden ya no puede ni siquiera parecer progresista, por eso el PSOE está siendo expulsado del consenso de régimen del 78 aunque se resista a ser expulsado y siga pidiendo al PP pactos de estado.

Sorprende que los sindicatos CC.OO y UGT, Sumar y lo que se ha dado en llamar mundo de la cultura, junto con la línea editorial de algunos medios de la progresía rogara a Pedro Sánchez que no se fuese sin pedirle nada a cambio. Añoran un pasado que no va a volver. Sostener la farsa de un presidente del Gobierno que, tras denunciar la existencia de la máquina del fango en la democracia española, vuelva para quedarse diciendo que quiere abrir un debate público para liderar un proceso de regeneración democrática, sin proponer una sola medida para hacerlo no puede durar mucho tiempo. El neoliberalismo, en España el bloque reaccionario, lo quiere todo todo el tiempo.

El bloque reaccionario, agente español de la tercera fase del capitalismo neoliberal, no va a parar. El PSOE no podrá sostener la farsa de su papel desde la transición. Para evitarlo no tiene más remedio que asumir su expulsión del consenso de régimen del 78 y actuar legislativamente con el bloque democrático, el de investidura. No quiere hacerlo. Hay una batería de medidas que el bloque de investidura, que es el que tiene el apoyo electoral, debe forzarlo a afrontar. La renovación urgente del cinco años caducado CGPJ sin la participación del Partido Popular, la derogación de la Ley Mordaza, una ley de medios que garantice el derecho constitucional a una información veraz, la persecución penal de las cloacas, la prevaricación judicial y el lawfare mediático, la reducción del tiempo de la Ley de Secretos Oficiales, el acceso sin sesgo de clase a la carrera judicial, por ejemplo, además de afrontar de una vez por todas la garantía del derecho básico a una vivienda digna. Sí que se puede.

Publicado en Diario Red

¡Dejad las armas y regresad a la ciudadela!

March 8, 2024, Madrid, Madrid, Spain: On International Women's Day, the 8M Commission of the Spanish capital has called for a macro demonstration that has toured the streets of the city center, from Atocha to Plaza de Colón, under the slogan ''It's over.'' "Patriarchy, genocides, privileges... Feminists shout: It's over. Our world is another.".According to the organization, half a million people have participated in the protest.,Image: 855100234, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Credit line: Victoria Herranz / Zuma Press / ContactoPhoto

El bipartidismo monárquico representado por Koldo, el compadre de Ábalos, y Alberto, el novio de Ayuso, que no son iguales pero son los mismo, expele a diario el hedor de los pantanos, mezcla explosiva y corrosiva, compuesta de gas metano y ácido sulfhídrico. Se produce en ausencia de oxígeno. Las voces de los dos partidos, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo de tenores protagonistas, teatralizan sin sonrojo la política del “y tu más” sin importarle en absoluto las vidas de la gente. El Congreso, el Senado, sus ruedas de prensa y su prensa carecen de sistemas de ventilación.

El PSOE, mientras arremete contra la corrupción sistémica del Partido Popular, ha decidido alistarnos a la guerra en Europa, en contra de la opinión mayoritaria del electorado español, direccionando los recursos públicos hacia una economía de y para la muerte. Miente y engaña, el Ministerio de Defensa ha vuelto a aprobar una compra de armamento a Israel, acusado de genocidio ante el Tribunal Internacional de Justicia, de sistemas de misiles “probados en combate”, como informa El Salto, por valor de 207 millones. Repugnante.

El PP, mientras debilita los servicios públicos y liquida derechos de ciudadanía en las comunidades autónomas donde gobierna, está obsesionado en tomar el poder del estado violentando la ley y el sistema judicial que domina, para ampliar el espacio en el que practicar el latrocinio, seguir robando, recortando, regalando lo público a los suyos, los dueños del capital, y seguir apoyando el genocidio del pueblo palestino como hace Pedro Sánchez.

La casa roja es un poemario de Juan Carlos Mestre, premio nacional de poesía a la mejor obra publicada en 2008. En él hay un poema hermoso y triste, dice así:

Queridos compañeros carpinteros y ebanistas,

yo les traigo el saludo solidario de los metafísicos.

También para nosotros la situación se ha hecho insostenible,

los afiliados se niegan a seguir pagando cuotas.

A partir de este momento la lírica no existe,

con el permiso de ustedes la poesía

ha decidido dar por terminadas sus funciones este invierno.

No lo tomen a mal,

pero aún quisiéramos pedirles una cosa,

mis viejos camaradas amigos de los árboles

acuérdense de nosotros cuando canten La Internacional.

También hay un poema simpático y esperanzado, se titula Lysístrata en Copenhague:

Hace por lo menos dos mil años que ocurrió la guerra del Peloponeso.

Una tristeza como otra cualquiera que dejó a Atenas sin hombres.

Sólo se veían mujeres por las calles, mujeres en el teatro, mujeres en el supermercado.

Una de ellas se llamaba Lysístrata, algo melancólica y propicia al escándalo.

El caso es que estaba hasta la coronilla, rodeada de perrillos y ancianos.

Los atletas caían en el combate, los amantes no regresaban de la oscura batalla.

La muerte, sollozaba Lysístrata, no es la mejor ocurrencia de los ciudadanos clásicos.

Una noche tuvo un sueño y se lo contó a las viudas de Atenas.

Se enfrentó a los arqueros, se enfrentó a los magistrados, se enfrentaron a los cobardes.

¡Por Diana de Táuride! ¡Dejad las armas y regresad a la ciudadela!

Los hombres hicieron caso por la cuenta que les corría, y triunfaron las asambleístas.

¡Venus nos asista! Exclamaban al arrojarse en sus brazos los de la opción a, que representa a la juventud.

¡Por todas las diosas! Invocaban por un asunto de método los de la opción b, al contemplar la desnudez de su amor.

Hace por lo menos dos mil años que ocurrió la guerra del Peloponeso.

Como ya suponía Lysístrata, a falta de un buen final,

hoy concluye en Copenhague esta historia.

En Copenhague se proclamó durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de 1910 el Día internacional de la Mujer en homenaje a los movimientos por los derechos de la mujer, y para tratar de lograr el sufragio femenino universal. A eso alude el poeta. Una historia concluye y otra comienza.

La casa roja, que un día fue patria, está llamada a ser matria. Mientras carpinteros y ebanistas han desvencijado la casa roja del socialismo, una ideología llamada feminismo, aglutina todas las luchas por la libertad para rehabilitarla. El feminismo está dando cobijo al pacifismo, al socialismo, al ecologismo y, en España, debería integrar al federalismo plurinacional, las desigualdades no son solo de clase y de género, también son territoriales. La Lysístrata que estamos llamados a apoyar nos está gritando: ¡Dejad las armas y regresad a la ciudadela!

Publicado en Diario Red