domingo, 5 de octubre de 2025

Árboles, vial y política en la avenida de Cervantes

Una de las protestas vecinales contra el proyecto del PP.

La Avenida de Cervantes es el eje central de un barrio de todas todas. Cervantes tiene vida propia. Está cuajado de pequeño y variado comercio. Ferreterías, fruterías, peluquerías, carpinterías, bares, cafeterías, churrerías y restaurantes. Carnicerías, charcuterías, supermercados, pastelerías, panaderías, estanco, reparación de calzado, librerías, papelerías, óptica, farmacia, taller de lavado y reparación de vehículos. Hasta gimnasio y centro de yoga tiene el barrio. Tiene la iglesia de Monserrat, el colegio del Ave María, el colegio público Sancho Panza, varios institutos a cinco o diez minutos, escuelas infantiles, asociación de vecinos, academias de enseñanza y muchas cosas más.

Lo que une toda esa vida comercial y social al vecindario es una identidad labrada por el tiempo. Una identidad cultural vinculada al paisaje urbano del barrio de Cervantes. Un paisaje urbano en el que el vial de servicios, el arbolado y la vegetación funcionan como nexos de unión emocionales entre las generaciones que habitan el barrio y quienes lo visitan o transitan.

El proyecto de remodelación de la avenida de Cervantes es un exceso que solo busca expoliar dinero público, un atentado a la vida del barrio a su identidad cultural. Un atentado que dañará al medio ambiente y al comercio, un atentado que, de ejecutarse, será irreversible para las generaciones vivas e indignante para las generaciones futuras.

El atentado contra Cervantes hará el barrio igual a otros barrios heridos por el granito. Acérquense por las remodelaciones de la calle Primavera, la calle Alhamar, la calle Arabial, la avenida de la constitución o, ahora en ejecución, la aberrante y granítica remodelación de la calle Emperatriz Eugenia. Todas esas remodelaciones son atentados contra la Granada eterna. Ejecuciones a favor del cambio climático y la contaminación atmosférica. Quienes permiten empecinados la aberración que se va a acometer en el barrio de Cervantes son políticos y políticas adscritas a un partido concreto, y no a otros.

Siempre hay un vínculo entre política y partido político. Un partido político, no es otra cosa que una institución que defiende organizadamente un tipo de políticas. Es normal que muchos y muchas vecinos de Cervantes hablen de que la movilización en favor del barrio, simbolizada en la defensa de los árboles y el vial, no es asunto político. En realidad, quieren decir que la defensa del barrio no es asunto partidista porque no les cabe en la cabeza que el partido al que votaron sea el mismo que les va a destruir el barrio sin conmiseración y sin tener encuesta su opinión.

Decía Voltaire, en tono de plegaria, que la palabra político significaba, en su origen primitivo, ciudadano, y hoy, gracias a nuestra perversidad, ha llegado a significar el que engaña a los ciudadanos. ¡Devolvedle, Señor, su antiguo significado!

No es el Señor el que va a intervenir en el significado de la palabra político. Solo podemos hacerlo la generación viva enfrentando lo irracional con movilización colectiva, defendiendo el barrio, sus árboles y su vial, y, en su momento, actuando con nuestro voto.

Publicado en El Independiente de Granada