Quien no conozca el Sur que se levante. El pueblo andaluz os lo va a contar. Imaginaos que el mar, como un caballo blanco, se ha subido a la copa de los árboles.
Andalucía ha frenado a la derecha. Sí, eso es lo que ha hecho Andalucía frenarla y algo más. Exhalar un aliento de esperanza para todas esas gentes de España y Europa que daban a la izquierda por derrotada y resignada por muchos años futuros. Todo seguirá siendo muy difícil, pero ahora en el sur tenemos la palanca para reconstruir a la izquierda.
En Extremadura ya se lo están pensando, no será raro que en unas semanas caiga el gobierno del PP, el primero en caer en este ciclo de gobierno de la derecha española que aventuro algo menos largo gracias a Andalucía. Después vendrá Galicia en 2013. Y después las elecciones Europeas.
Algunos y algunas se empeñan en insistir en que, como siempre, ha funcionado el voto útil en Andalucía, un viejo argumento para ocultar las debilidades propias, el voto útil es esencialmente bipartidista. El voto útil para poner al PSOE donde se merecía hubiese otorgado esta vez todo el poder al PP, o a la inversa.
No, el electorado andaluz, mayoritariamente de valores progresistas, no ha votado útil. Ha votado valiéndose de una de las grandes virtudes de la política, el pragmatismo, opuesto al vicio del utilitarismo. Andalucía no ha querido que “cuanto peor mejor”, no le bastaba la palabra cambio, ha marcado con toda claridad la dirección del cambio y las líneas rojas sobre las que se van a construir las trincheras políticas.
El PP ha perdido en Andalucía desde las pasadas elecciones generales 418.000 votos. Parte del electorado que estaba consolidando con mentiras y ocultismos se ha desmovilizado. De los nueve puntos porcentuales que pierde el PSOE Andaluz, el 4,28% se van a IU, el 2% al PP y el 2,73% a UPyD. Todo indica que la abstención en este caso ha sido una abstención activa, al menos en un porcentaje significativo. Esto es lo que podía pensar un elector o electora de entre ese núcleo de abstención respecto de 2008: “voté al PP en noviembre, no quiero que gobierne Andalucía, luego no voy a votar.”
En esta ocasión no han sido los partidos (IU y PSOE) los que se han aprovechado del electorado para ganar o mantenerse en el poder. Ha sido el electorado de izquierdas el que ha recurrido a su única arma disponible, fundamentalmente Izquierda Unidad. En una inversión del sentido de la utilidad, Andalucía no ha marcado quien debe gobernar si no cuales son las políticas de gobierno que desea mayoritariamente.
El miedo a la derecha (que lo había) no se tradujo el 25M en resignación, se tradujo en acción. Se ha hecho lo único que se podía hacer para intentar parar el alud de políticas que promueven la injusticia social, no es voto útil, es el triunfo de la inteligencia colectiva.
* El párrafo inicial es una recreación de unos versos de Juan Carlos Mestre.