domingo, 3 de febrero de 2013

Moción de censura


Con altísima probabilidad Rajoy, su gobierno y la cúpula del PP, se enrocarán para esperar que el huracán Gurtel-Bárcenas amaine. No está en el ADN del actual sistema institucional y del biparidismo español la secuencia de nucleótidos que provea el antídoto de la corrupción. Por contra la historia nos demuestra que el sistema inmune de esta democracia está preparado para neutralizar la indignación. Teniendo en cuenta esto, la transformación de la democracia se va a producir por un fallo multiorgánico irreversible.


ICV, Iniciativa per Cataluña Verds, ha anunciado, a propuesta del presidente de su grupo parlamentario en les Corts, Joan Herrera, que si Rajoy no dimite y consiguientemente no se convocan elecciones anticipadas, es necesario llevar una moción de censura al Congreso con una propuesta de elecciones constituyentes. Una moción que tenga el apoyo de la calle fruto de la colaboración social, que tenga un candidato o candidata alternativo que no sea de ningún partido.Porque como dice Herrera, “esto no aguanta más.” La izquierda debe pasar a la acción, y la acción humana, como describiera Hannah Arendt, es siempre acción política. Es la representación y la interacción directa con el entorno. Cuando la velocidad aumenta el tiempo se reduce, nos enseñó Einstein. Mientras la velocidad de los acontecimientos externos al gobierno es de vértigo, éste actúa como si no pasara nada, quiere dejar que el tiempo pase. No hemos sido, nos sabemos, no nos consta, son las letanías de la liturgia del Partido Popular.

El caso Gurtel-Bárcenas, cierra el ciclo del modelo desarrollista, crediticio, consumista y depredador, amparado en España por el sector de la construcción que se ha hecho con todo el poder. Las empresas mencionadas en los papeles de Bárcenas, la mayoría grandes constructoras, guardan un sospechoso silencio. ¿Quienes aportaban el dinero de los sobres? En la sentina de escombros que es ya España, estas empresas y la banca esperan que el único damnificado sea el Partido Popular. Esperan que si todo tiene que cambiar que sea para que todo siga igual, que las fuentes de su abundancia vuelva a brotar. No va a ocurrir.

En las propuestas de cambio, de esperanza, es donde la izquierda, una vez más en la historia, se la juega. Por eso la propuesta de ICV es el primer instrumento político para la regeneración de la izquierda. Un instrumento que favorecería en paralelo la regeneración de la democracia. El bipartidismo se desmorona en las encuestas. El bipartidismo es el último baluarte sostén del sistema, e intentará resistir. Las sucesivas llamadas a los pactos de Rubalcaba a Rajoy, y menos a la inversa, serán los últimos puntales para un edificio en ruinas.

Pero, si queremos justicia social, económica, ambiental; justicia, libertad, equidad y solidaridad, ya no vale apuntalar la ruina, es necesaria una nueva cimentación. Una propuesta constituyente para una democracia social, de derecho y avanzada.

La llamada de ICV es generosa, juega en el marco Catalán, también altamente dañado por la corrupción, y en el marco del Estado. Permite sacar del debate la cuestión soberanista, en la que las derechas, y las identidades electivas, se crecen y retroalimentan, y centrar el debate en el avance hacia un modelo federal simétrico que garantice los derechos sociales y rompa con el absolutismo del poder centralista.

Esperamos que esta llamada a la presentación de la moción de censura se convierta en una acción colectiva de toda la izquierda plural parlamentaria, IU, Compromis-EQUO, Cha, y extraparlamentaria, ANOVA, PSM-IV, Primavera Andaluza…, que sea apoyada por la sociedad civil organizada y que tense el debate interno en el PSOE para lograr el apoyo de 35 parlamentarios y parlamentarias, el mínimo legal para llevarla a cabo.


La importancia de esta moción de censura, no es ganarla o perderla. Con el rodillo del PP se perderá. La importancia es vincular la institución parlamentaria a la demanda social de transparencia, regeneración y cambio democrático, a la presentación de un primer programa político de la izquierda amplia, social, federalista y verde que recupere la esperanza. Enfrente estará, la derecha, el populismo y el sálvese el que pueda. El PSOE tendrá que definirse con claridad, o visiviliza una propuesta de concentración con el PP, para esperar a que la crisis escampe, que no escampará, o visibiliza una estrategia de ruptura con el pasado, que es también, esencialmente, su pasado.

@marioortega