Hoy he votado al equipo que presenta Pablo Iglesias para organizar la asamblea ciudadana que Podemos celebrará en octubre. Lo he hecho porque tengo ilusión y confianza. Eso es lo que tengo, mucha ilusión y mucha confianza.
Las responsabilidad y los retos de todas y cada una de las personas que se implican en Podemos, de una manera u de otra, es tremenda.
Por primera vez en muchos, muchísimos años de complacencia e indiferencia democrática, vemos la posibilidad de tumbar la desidia y empoderarnos conjuntamente para hacernos dueñas y dueños de nuestro futuro en común.
Yo no desprecio a quienes en el pasado se han dejado el pellejo en la política honradamente desde posiciones de izquierdas luchando por los derechos, la igualdad, el feminismo o el medioambiente, creo que son la mayoría.
Que ahora haya quienes han sabido entender la época y conectar con la sociedad generando un nuevo movimiento de masas me produce admiración. Era bien difícil.
Aprovecho esta perorata para agradecer a mi padre (80 años) y a mi hija (21 años) porque en el entorno familiar establecieron una alianza tácita que nos abrió los ojos a quienes creíamos saber más de lo que realmente sabíamos, y aún así andábamos con la duda en el cuerpo. ¡Olé por los dos!
Además, hoy he decidido hacer una pequeña contribución mensual a Podemos.
Además, hoy he decidido hacer una pequeña contribución mensual a Podemos.
Creo que hay que generar espacios de convivencia y confluencia con todas las personas, asociaciones y organizaciones políticas que con democracia radical estén dispuestas a provocar un cambio emancipatorio profundo.
No basta que tengamos razón, que los hechos y la ciencia avalen nuestras propuestas para vivir mejor en común, es necesario el éxito.