Veo como concejales de oposición amplifican la petición del defensor para que el consistorio baje la presión punitiva sobre el automóvil.
Me quedo perplejo con que el asunto de las multas sea relevante. Pero no, este asunto demuestra que Granada vive bajo parámetros de tráfico, parámetros del siglo pasado, que aquí lo de la movilidad sostenible importa bien poco, y muchísimo menos durante estos ya casi doce años de absolutismo del Partido Popular.
Pero no voy a criticar al Partido Popular por su desastroso legado en materia de movilidad. Legado que incluye todas las trabas que ha puesto para que el metro se implante antes y con obra más económica, o que el autobús no llegue al PTS, o que la bicicleta y la peatonalización real no encuentren hueco estratégico en sus planes. Por no hablar del desastre del LAC.
No. Voy a criticar a cierta oposición que parece no comprender Granada cuando se alinea con la petición del Defensor del Pueblo en materia de multas. Si para la oposición las multas son el problema de quienes vivimos en la ciudad en materia de accesibilidad y movilidad nunca avanzaremos hacia una ciudad menos ruidosa, menos contaminada, más justa con quienes no usan o no tiene coche, la mayoría. Sí, la inmensa mayoría de quienes vivimos aquí no usamos el coche a diario, y en esta inmensa mayoría son más las personas mayores, las más jóvenes y las mujeres.
Al Defensor del Pueblo y a nuestra oposición deberían importarle más esa inmensa mayoría que eso de las multas por aparcar en prohibidos, invadir las aceras o poner los coches en doble fila. Preocupaciones reales son las multas por manifestarse, el paro, la vivienda o la desigualdad.
Los coches no son lo importante, son las personas.