domingo, 27 de septiembre de 2020

El dilema del rey

El navío gubernamental lleva el espíritu del rey Felipe VI en el castillo de proa. La orden de alojamiento espiritual de la corona española en Moncloa la dio el almirante Pedro Sánchez, una vez que el padre del rey, el emérito Juan Carlos I, no viese más salida a su situación procesal en Suiza y la apertura de investigación de la fiscalía española por cuestiones de ocultación de dineros a la hacienda pública, que poner tierra y agua de por medio volando hacia el país donde es más querido y protegido, Emiratos Árabes Unidos.

La decisión de albergue real sanchista se tomó sin siquiera comentarla con carácter previo con el capitán de navío Pablo Iglesias, el cual dirige parte importante de la tripulación gubernamental y es imprescindible en el manejo del velamen cuando los vientos de estribor azuzan con fuerza oleaje y tormentas contra amuras y costados.

La ocultación del almirantazgo de una actuación gubernamental en la que está concernida la Casa Real a la capitanía podemita se repitió la pasada semana. Como se deduce de las crónicas de la avezada periodista Esther Palomera y el fino analista Enric Juliana, el almirante Sánchez había acordado con el rey Felipe VI que, dada la jugada política que estaba preparando el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, de la que el ministro de Justicia tenía fidedigno conocimiento, era preferible que el rey no presidiese la entrega de despachos a los y las nuevas juezas en Barcelona, prevista para el viernes 25 de septiembre. Es imposible creer que un Pedro Sánchez, de hecho monárquico, con el espíritu real alojado en Moncloa, no pactase con el rey utilizar la facultad constitucional del gobierno para no autorizar su participación en el acto judicial protocolario de Barcelona. Imposible. Pablo Iglesias desconocía el “acuerdo”.

La jugada de Lesmes consistía en aproximar, o incluso hacer coincidir, la presencia del rey en Barcelona con la promulgación de la previsibilísima sentencia de inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, por poner lazos amarillos en balcones oficiales. El objetivo político no era otro que desestabilizar al gobierno, aumentando la victimización del independentismo catalán, generando discordia callejera, para dificultar las negociaciones de los PGE con ERC y otros agentes políticos catalanes como el PDCat liderado ya de facto por Artur Mas.

La única manera de impedir el uso político de la figura real que pretendía Lesmes, era impedir que este se encontrase en Barcelona en un acto judicial con la sentencia de inhabilitación de Quim Torra caliente. Así, el almirante Sánchez volvía a cargar sobre sus espaldas el peso de la corona poniéndola a resguardo en un momento en el que no le conviene para nada ser asimilada a la ultraderecha de la foto de Colón. Sánchez y Felipe VI parecen saber que su futuro está atado siempre que el segundo no haga política y el primero pueda aprobar los PGE. Ese es el lazo que Lesmes quiso romper, y que casi rompe in extremis, al hacer pública la llamada “de cortesía” que le hizo el rey para aplacar el frufrú de las togas y disculpar su inasistencia.

Si el capitán de navío Pablo Iglesias hubiese estado al tanto de la decisión del tándem Sánchez/Felipe VI y su porqué, las togas que hacen política hubiesen salido peor paradas en su credibilidad de lo que ya han salido. Lo fundamental que está en juego en lo inmediato es la aprobación de los PGE, condición necesaria para afrontar con garantías la crisis social y empresarial, con la consiguiente durabilidad de un gobierno progresista de izquierdas que fortalezca España fortaleciendo el estado, los servicios públicos, los derechos de la gente, el diálogo plurinacional que dé salida a la crisis territorial y nuestra posición en Europa. Justo lo que no quieren las egregias togas negras ni las derechas reunidas en el cementerio pandémico en el que han convertido Madrid.

El dilema del rey, su referéndum interior, es decidir si está con la democracia parlamentaria o con los obstruccionistas que diciendo defender la CE la destruyen a diario con los mismos martillos con los que destruyeron los ordenadores de Génova. Después de la trampa cepo que le tendieron la semana pasada debería ver que, cuanto más recurrentes y más altos son los ¡viva el rey!, viniendo de donde vienen, más daño hacen a la institución que ocupa.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Madrid, corazón de las tinieblas

“Madrid es de todos. Madrid es España dentro de España ¿Qué es Madrid si no es España? No es de nadie porque es de todos. Todo el mundo utiliza Madrid, todo el mundo pasa por aquí. Tratar a Madrid como al resto de comunidades es muy injusto a mi juicio”, palabras de su presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso para pedir policías y dinero al gobierno de España después de echar la culpa de la subida de contagios, ingresos en UCI y letalidad al “modo de vida” de los barrios obreros y la inmigración. Palabras pronunciadas con la protección de un muro de banderas de España y de Madrid para delegar en el gobierno de España la culpa de su incapacidad para proteger la vida de las gentes que viven en Madrid. Palabras para ocultar que, como anunció el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, Madrid es una bomba radiactiva vírica. Tras el muro de banderas nacionalistas Madrileñas el resto de España es para la presidenta Ayuso su patio trasero.

Lo más grave está en Madrid, no por los madrileños y madrileñas que al fin y acabo son víctimas ideológicamente ignorantes o impotentemente lúcidas del centralismo capitalino, sino porque allí está el epicentro de la corrupción de la derecha española, la capitalidad regia del rey huido a Emiratos Árabes y la trama de relaciones de poder subterráneo que han conformado la herencia del franquismo, amparadas por el viejo bipartidismo monárquico que defiende personajes tan esperpénticamente desfasados como Alfonso Guerra, Felipe González o José María Aznar.

No es el único Madrid que existe, otro fue posible, lo añoramos, ayudaremos a que emerja. Las croquetas de Manuela Carmena y los nublos juveniles de Íñigo Errejón envueltos en la idiosincrasia de los susurros de poder de la capital del reino, lo enterraron por un tiempo. Un tiempo que ha resultado ser precioso. Cuán diferente sería la historia de la pandemia si Madrid no estuviese en manos de la infamia.

Lo más grave está en Madrid. Pedro Sánchez cayó la semana pasada en la trampa que le tendieron en la sede del gobierno autonómico en la Puerta del sol y, desde entonces, pagan los barrios trabajadores del sur a base de hostias policiales, la incapacidad del gobierno madrileño con la represión policial dependiente del ministerio del Interior.

Lo más grave está en Madrid. A fecha 21 de septiembre, datos del ministerio de Sanidad, de las 30.663 muertes por covid-19 desde el inicio de la pandemia, 9.023 se han producido en Madrid. Una región con el 14% de la población española produce el 29,5% de la letalidad de la pandemia en España. En modo grueso, si España estuviese gobernada por quienes gobiernan Madrid las muertes totales serían 64.015, más del doble de las actuales; si fuese al revés, si Madrid hubiese estado gobernada por un gobierno progresista de izquierdas las muertes en Madrid no hubiesen alcanzado la 3.600, aproximadamente dos terceras partes menos. Si la tasa de letalidad española del virus está entre las más altas de la UE y del mundo es por culpa de los recortes en salud pública forzados por los gobiernos Rajoy, amplificados por la destrucción y privatización de los servicios públicos de la comunidad de Madrid y, definitivamente, por la gestión de la pandemia que ha realizado el gobierno de la comunidad autónoma en manos del PP, Ciudadanos y Vox.

Es muy importante, en solidaridad con las y los madrileños, que advirtamos desde todas partes que lo grave está en Madrid, y los más grave se llama Isabel Díaz Ayuso, con apoyo directo de Ignacio Aguado e indirecto de Vox. No es policía y ejercito en las calles lo que necesita Madrid, es inversión en sanidad, educación y transporte público. Eso es lo que debía haber anunciado Pedro Sánchez en la cita de las banderas del nuevo nacionalismo mortal Madrileño, no comisiones de coordinación, que ya han saltado por los aires, ni silencio ante las palabras xenófobas, neofascistas y coloniales de la cara visible, Isabel Díaz Ayuso, de los dueños del corazón de las tinieblas en el que se ha convertido Madrid.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Madrid, problema de todas las Españas


Región de Madrid llaman a la provincia llamada Madrid quienes son incapaces de gestionar sus competencias, sus responsabilidades constitucionales, desde el poder en el gobierno de la comunidad autónoma o la alcaldía. Ayuso, Aguado, Almeida, Villacís, con el apoyo intendente de Vox, son en la ciudad estado de Madrid pajes de su corte y caras visibles de la villa, representantes de la mayor bomba coronavírica de Europa. Estos pajes con aire petulante principesco, que se desvanecen en cuanto abren la boca, están más preocupados por atacar al gobierno de España y por los dineros y propiedades de las clases altas y los ricos con residencia fiscal en la capital, que por la pandemia.

En pleno crecimiento de la segunda ola, Isabel Díaz Ayuso, presidenta, ocultó la gravedad del número de contagios y anunció una nueva bajada de impuestos que solo afectará de verdad a las rentas altas y los ricos en el debate sobre el estado de la región, provincia, comunidad autónoma, capital constitucional de España.

El fondo covid que el gobierno de España entregó a las comunidades autónomas a finales de julio fue de 6.000 millones de euros, la cuarta parte se quedó en Madrid, 1500 millones, el triple de los recibió Andalucía con más población y más extensión.

Un gobierno que influye en la vida de un octavo de la población española recibió un cuarto de los fondos estatales inmediatos para afrontar inversiones contra la pandemia. Andalucía, donde tampoco sabemos en qué se han gastado, recibió un sexto para un quinto de la población española. Madrid siempre más es España siempre menos.

¿Qué ha hecho el gobierno de Ayuso y Aguado con esos 1.500 millones de euros? Sabemos que no los ha dedicado ni a inversión sanitaria, ni a medicalización de residencias, ni a reforzar la atención primaria, ni a contratar docentes y reforzar los servicios educativos, ni a garantizar el distanciamiento en el transporte público. He ahí, junto con la ignorancia, la incompetencia y la protección de intereses económicos de cortesanos de renombre, las causas de la feroz segunda ola madrileña.

El gobierno de Madrid no ha hecho nada verdaderamente relacionado con la prevención para afrontar la gran segunda ola que sufre la capital de reino. En Madrid, la zona cero actual de la pandemia en el continente europeo, su gobierno se dedica a culpabilizar la entrada de extranjeros por el aeropuerto y la vida estrecha y difícil de la gente trabajadora y la inmigración, al tiempo que establece un confinamiento selectivo, de clase social con rentas medias o bajas, y pide al gobierno central que la policía vigile. Una trampa para el gobierno progresista de izquierdas que algo habrá de decir y cuidar al respecto.

Madrid, agujero negro de recursos ambientales, energéticos, sociales, humanos, culturales y económicos de todas las regiones, provincias, comunidades autónomas, nacionalidades y naciones de España. También agujero negro de esos recursos de su mismo sur. Esos barrios del sur, donde vive la dignidad de clase trabajadora que durante el confinamiento sostuvo el hilo de la vida en la gran urbe, acusados por los pajes de la corte de propalar la covid-19 por llevar mala vida, en lugar de ser protegidos para curar su vida mala. Indignante.

Madrid, criadero de desigualdad y racismo abonado por sus derechas ultras todas. Las que alentaron y gustaron de las manifestaciones con autos deportivos, palos de golf y señoronas con criada en el barrio de Salamanca, después de acusar a las mujeres con su feminismo de ser culpables de la pandemia.

Madrid paraíso fiscal de ricos y rentas muy altas con nombres y apellidos importantes. Madrid, que con un octavo de población española produce un tercio del daño humano por la pandemia en España.

Madrid, concentración de cloacas y estulticia de poderes e instituciones. Madrid, capital de España, concentración de ignorancia y maldad moral en sus derechas dirigentes, buena parte imputadas. Madrid, donde otras mascarillas habitan en los juzgados de la Gürtel, la Púnica o la Kitchen (pueden aumentar la lista) para bloquear el olor de la podredumbre.

Madrid, qué bien nos vendría, qué bien les vendría a las y los madrileños de buena fe que Madrid dejase de ser capital de España al menos por un tiempo. Qué bien nos vendría una moción de censura que sacase a Ayuso de la presidencia. Qué bien nos vendría que cuando las y los madrileños voten otra vez se hagan un favor a sí mismos y le hagan un favor a España.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Derrotada la ministra María Jesús Montero


La ministra de hacienda María Jesús Montero condujo la pasada semana al gobierno a una estrepitosa derrota. La convalidación del real decreto ley que inyectaba en los municipios 5.000 millones de euros, a cambio de que estos entregasen a hacienda su superávit presupuestario durante 15 años, fracasó. La derrota llegó a manos de un muncipalismo ideológicamente inconexo que no quiere dejar al gobierno la sartén de sus cuentas por el mango, tal y como permite la ley Montoro de estabilidad presupuestaria. Una ley que fue más allá de los límites que estableció el reformado artículo 135 de la CE contra lo que dice la propia ministra.

La derrota por 193 noes contra 156 síes fue aplastante. Sorprende que una ministra con la inteligencia de María Jesús Montero no emule la capacidad negociadora de la ministra Yolanda Díaz. Esta última ha sabido avanzar promoviendo difíciles acuerdos entre patronal, pymes, autónomos y sindicatos. Basta entregar los 5.000 millones a los municipios sin más condiciones que dedicarlos a cuidados, políticas sociales, movilidad, protección ambiental y gastos derivados de la pandemia, para aislar en el no a las derechas y reforzar la mayoría de investidura.

¿Por qué Montero se muestra Montoro? Porque obedece a la parte conservadora del gobierno. Montero se pliega a las vicepresidentas primera y tercera, Calvo y Calviño que forman el ala derecha del consejo de ministros. Cuando la ministra de hacienda fue mano ejecutora de la alianza de la expresidenta andaluza Susana Díaz con Ciudadanos y de las políticas del gobierno Rajoy en Andalucía, la autonomía andaluza se redujo a una oficina de gestión centralista de recortes bajo el epigrama de la lealtad institucional. Conocemos las consecuencias. Maria Jesús Montero debe superar la herencia Montoro de grilletes puestos a los ayuntamientos.

Sin distribución cooperativa de soberanías no hay democracia. El municipalismo necesita capacidad fiscal y de gasto. No toda demanda de soberanía es nacionalismo. De hecho, la mayoría de las demandas actuales de soberanía no tiene nada que ver con identidades nacionales. Los poderes económicos subyugan la democracia concentrando el poder político para concentrar el poder económico. La función del centralismo con la cesión por arriba de soberanía monetaria es limitar la democracia.

Imposible comprender la derrota de la ministra Maria Jesús Montero sin percibir que puesta a las órdenes de las tendencias ciudadanistas del gobierno, como en su día se puso a las de la expresidenta andaluza Susana Díaz, acaba provocando un daño en el al gobierno, su presidente Pedro Sánchez y al país. Está a tiempo de arreglar el roto y olvidarse definitivamente de Montoro. Europa ya se olvidó, estamos en fase expansiva. Los ayuntamientos importan, son la expresión originaria de la ciudadanía, la polis y la democracia. Rectifique señora ministra, cuanto antes. Deje de alimentar el único frente político creíble que le queda al PP.

lunes, 7 de septiembre de 2020

¡BANKIA pública ya!


Un estado sin control de su política monetaria, es un estado alicorto. El tratado de Mastrich supuso una entrega de soberanía monetaria tan substancial como antidemocrática. El BCE actúa como instrumento de defensa de los intereses del capital frente a los intereses de las mayorías sociales, incluidos los de PYMES y personas autónomas. La crisis de 2008 mostró descarnada esta realidad. El PSOE de Zapatero se plegó entonces a reformar el artículo 135 de la Constitución Española para consagrar la entrega de soberanía democrática a los grandes capitales privados.

La crisis del COVID-19 evidencia que sin estado somos como sociedad muerte andante, zombis. El estado democrático de derecho es el único refugio de los débiles frente a los fuertes. El COVID-19 certifica que el espectro de los débiles es realmente mucho más amplio de lo que parece ser en tiempos normales.

La calidad democrática del estado español no solo está limitada por lo que son algo mas que residuos franquistas en las estructuras moleculares del poder. El histórico de privatizaciones de los grandes sectores públicos, como el energético o el de la telefonía, la desindustrialización sistemática y la liquidación de cualquier atisbo de banca pública, desde nuestra entrada en la UE, dan significado a la palabra 'patria' pronunciada por labios bipartidistas desde Felipe González hasta Mariano Rajoy.

Sin control de la política monetaria, sin banca pública y sin tejido empresarial industrial que responda a los intereses de la comunidad democrática, el estado está maniatadoen su capacidad de dirección de la política económica, cualquiera que sean sus objetivos. Un estado reducido a la súplica a los poderosos y la coerción a los débiles no es un estado auténticamente democrático.

Si el PSOE en el Gobierno de coalición fuerza la aprobación de la absorción de Bankia por CaixaBank, limitará su capacidad para afrontar los grandes problemas del país. Si decide que Bankia sea banco público, la democracia española se fortalecerá, se podrán afrontar desde el interés común los problemas del tejido empresarial, el cambio del modelo productivo y energético, el fortalecimiento de los servicios públicos y, como derivadas esenciales, la reducción de la precariedad, la pobreza laboral, el desempleo, la desigualdad y el cambio climático.

No es verdad que en Europa no haya bancas públicas, pueden comprobarlo en este artículo de Bruno Estrada de 2015 publicado en el blog Economistas frente a la crisis: “La banca pública que no existe en Europa”. El estado alemán es el paradigma de las bancas públicas.

Agentes sociales, sindicatos, organizaciones de autónomos y PYMES deberían generar un frente común contra la absorción CaixaBank/Bankia y exigir un instrumento financiero público de carácter estatal. El dinero es la sangre de la economía, el oligopolio financiero un vampiro dispuesto a chupar la vida en común. Bankia debe ser banca pública. Se puede.