martes, 9 de febrero de 2021

Cataluña, seny, coherencia y honestidad


En PSOE de Sánchez, al igual que en el PSC de Iceta que representa electoralmente el exministro Illa, aún habita, esperando una nueva oportunidad el PSOE que dejó gobernar a Rajoy hasta la sentencia de la Gurtel,
 el mismo PSOE que asintió dócil cuando Zapatero modificó con Rajoy el artículo 135 de la CE para primar los intereses de la banca frente a los de la gente, y el que se sumó al toque de corneta de Felipe VI para consumar la aplicación de artículo 155 de la CE en Cataluña.

Al igual que las bases orgánicas del PSOE y el electorado más comprometido electoralmente con el PSOE y el PSC son más de Sánchez e Illa que de Susana Díaz, García Page, Lambán o Fernández Vara, dentro del consejo de gobierno de España hay una serie de ministros y ministras más proclives al cumplimiento del pacto del gobierno de coalición con Unidas Podemos frente a otros ministerios que parecen añorar al viejo PSOE de González, Guerra, Ibarra o Borrell.

Hay un PSOE/PSC que va a las elecciones por la izquierda, hablando de diálogo y consenso con sinceridad, pero luego hay otro que, si no tiene contrapeso en la sociedad civil o incluso dentro de un posible gobierno de coalición, se olvida del proyecto con el que se presenta a las elecciones y se deja llevar por los poderes económicos o, en Cataluña, por los poderes guardianes del centralismo radicado en Madrid.

Si no fuese porque Unidas Podemos está en el gobierno de España los ERTES por la pandemia no hubiesen sido masivos, el IMV, aún con su problemática, no se hubiese aprobado, las pensiones no se habrían indexado al IPC y el riesgo de que para calcularlas se utilizaran 35 años de cotización sería inminente, el SMI seguiría siendo muy miserables, la deconstrucción de la reforma laboral del PP, prometida por el PSOE en campaña, no se haría, los desahucios sin alternativa habitacional no estarían prohibidos, los cortes de suministro durante el estado de alarma tampoco, y así muchas cosas más que tienen que ver con derechos económicos, sociales, ambientales y de los consumidores. Tampoco la superación del problema político territorial catalán mediante el diálogo frente a la represión o la imposición seria una alternativa real a la vista de los vetos cruzados del PSC y ERC.

Sánchez e Illa tienen que entenderse internamente con el PSOE de Borrell, Calviño, Robles, Calvo o Marlaska. Por eso si no tienen una buena tensión por la izquierda, ni habrá diálogo serio en Cataluña para salir del callejón sin salida de la vía unilateral, ni el dinero de next generation europeo llegaría a las PYMES, autónomos y mundo del trabajo como deberá llegar, ni se actuaría legislativamente contra las cloacas, ni se avanzaría en leyes de igualdad y trans, ni se acabaría con la ley mordaza, ni iría en serio la modificación del código penal para eliminar o reformular los delitos de rebelión y sedición para que no puedan ser utilizados contra actos políticos, sin valor jurídico, bien de autoridades o bien de la sociedad civil, ni estaría sobre la mesa la posibilidad real del indulto a los presos políticos catalanes. Basta ver los debates y tensiones para que se cumpla el acuerdo de gobierno de coalición en España, para hacerse una idea de quienes quieren cumplir de verdad y quienes andan, unas veces por A y otras por B, frenando la acción de gobierno para que se cumpla el pacto.

Las elecciones catalanas son clave para España, y la fortaleza con la que salga En Comú Podem aún más relevante para Cataluña. En Comú Podem es la única fuerza política que no ha ocultado nunca sus cartas, al igual que Unidas Podemos, la única que es capaz de impulsar un acuerdo político que supere la unilaterialidad del independentismo y el españolismo irredento del que también ha formado parte el PSC junto con PP, Ciudadanos y Vox. Todas las demás fuerzas que se dicen, y se reconocen como progresistas por el electorado catalán, han actuado sin coherencia, más en función del momento y de intereses partidistas que de lo que conviene al pueblo catalán. ERC ha obstruido en más de una ocasión la salida dialogada, igual que el PSOE/PSC de Illa, Calvo y Robles; la CUP ha preferido a la derecha catalana partícipe de la corrupción del 78 antes que un consenso político de izquierdas para el diálogo territorial sin que pierdan las mayorías sociales del pueblo catalán al que dicen defender.

Si los parámetros para decidir el voto en Cataluña del votante progresista y de izquierdas, catalanista a tope o con matices, fuesen la solidaridad, la libertad, la coherencia y la honestidad discursiva, nos cabe duda que En Comú Podem sería la opción. La campaña sensata, el seny catalán que está defendiendo Jessica Albiach cuadra con el comportamiento histórico de Ada Colau en Barcelona y con las posiciones absolutamente democráticas de Pablo Iglesias en el estado y en el gobierno de España. Yo no lo dudaría, Albiach está haciendo una gran y sincera campaña electoral.