miércoles, 24 de noviembre de 2021

La tanqueta

La tanqueta es propiedad del estado cedida a Fernando Grande-Marlaska, bilbaíno, juez, ministro del Interior nombrado por Pedro Sánchez, y diputado cunero por Cádiz. Wikipedia no da luz alguna sobre que haya residido alguna vez ni en Cádiz ni en Andalucía. La tanqueta es el “a por ellos”, ellos son ahora los gaditanos, los currantes de la murga de Carlos Cano, las y los andaluces de siempre.

La tanqueta ha salido a las calles de Cádiz, Puerto Real, barriada del Río San Pedro; “guardia no tires pelotas, que pa pelotas (y ovarios) Puerto Real”, cantaba también Carlos Cano. No pasa el tiempo, bueno sí, el tiempo pasa y Cádiz, Andalucía, destapa la podredumbre del España va bien, la Andalucía imparable y la Segunda modernización, operaciones de marketing político/electoral para ocultar que se nos vendía, regalaba y robaba delante de nuestras narices. Cádiz sigue ahí, nos recuerda su fuerza milenaria, su raíz liberal y republicana, su ¡viva la Pepa!, su carnavalería crítica con la que ni Franco pudo acabar. El pueblo de Cádiz, de la bahía, es hoy faro y guía del pueblo andaluz.

La tanqueta es la España que dispara contra la democracia, contra los derechos laborales, contra la justicia social. La tanqueta es asunto serio, la tanqueta en las calles de Cádiz se le ha atragantado a Pedro Sánchez, al PSOE andaluz, al presidente andaluz del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla y a su vicepresidente Juan Marín. La tanqueta muestra cuál es el verdadero signo de su “moderación”. La tanqueta es Vox. La tanqueta viene a mantener a raya a Andalucía, viene a disparar contra nuestro cerebro colectivo, contra nuestra memoria. ¡Viva Cai! ¡Viva Andalucía libre!

La tanqueta nos recuerda la desindustrialización de Linares, la caída de Abengoa, las decisiones para contener industria contaminante en Huelva o Algeciras, losrecortes en Airbus, los vertederos tóxicos y nucleares en Córdoba y Huelva, la catástrofe de Aznalcóllar. La tanqueta conmemora la desindustrialización de la Bahía, Solchaga, Gónzalez, Chaves.

La tanqueta ha de recordarnos que cuando se pudo invertir en industria de y para las energías renovables, no se hizo, que nos robaron todo lo que de banca pública tenía Andalucía, que se entregó el campo andaluz a multinacionales de la producción agraria y la alimentación, que se agredió a las pymes y se las puso al servicio de oligopolios de capital extranjero, que se elimino la vida de los centros históricos y el empleo en ellos y en los barrios con la aceptación masiva de grandes superficies comerciales.

Que se desmanteló nuestra red ferroviaria, sobre todo la de Andalucía oriental. Que se regaló el sol, la playa y la naturaleza a capital extranjero para convertirnos en esclavos y esclavas alimentadas por la precariedad, con nuestros hijos e hijas condenados una vez más a la emigración.

La tanqueta atravesada en el camino de las y los gaditanos es la viva imagen del peso muerto recaído sobre Andalucía. Juan Manuel Moreno Bonilla no va a sacar adelante sus presupuestos, o sea los presupuestos con los que entrega Andalucía a agentes externos a nuestra tierra, insiste en la destrucción de nuestro litoral, nuestra naturaleza, nuestro patrimonio agrario y urbano, y debilita los servicios públicos educativos y sanitarios. Presupuestos con mucho dinero para concentrar en pocas manos. Al presidente andaluz se le ha atragantado la tanqueta, no habla, regurgita silencio.

La tanqueta ha conseguido lo contrario de lo que pretendía, en vez de asustar a las y los gaditanos nos ha mostrado su ejemplo de dignidad, dándole un poco mas de conciencia al pueblo andaluz.



domingo, 21 de noviembre de 2021

A Andalucía que le den


Si para la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, la libertad era tomar cañas ocultando las muertes en las residencias, para el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, la libertad es poder convocar elecciones en Andalucía cuando le convenga a él y no a Pablo Casado, algo es algo. A Andalucía que le den.

El tema central del congreso andaluz del PP no ha sido el estado crítico de nuestra desigualdad estructural fruto del escaso peso industrial y tecnológico. No ha sido la precariedad laboral de hostelería y hotelería.No ha sido el paro, la pobreza laboral y infantil. No ha sido la mayor desigualdad salarial entre hombres y mujeres que en otros lugares.

No. No ha sido el malvivir de las personas que trabajan en los servicios de atención a la dependencia, no ha sido el estado crítico de la atención primaria y hospitalaria, ni los despidos masivos de personal sanitario gracias a la bajada masiva de impuestos a las grandes rentas. No ha sido el máximo deterioro de la educación pública, sus aulas saturadas, su liquidación de unidades y cierre de centros educativos en zonas rurales. No ha sido el abandono de la atención al alumnado con NEE y la precariedad y falta de contratación del personal que lo cuida, ni, por supuesto, sus bajos salarios.

No, en el congreso andaluz del PP tampoco ha interesado el campo andaluz, la degradación ambiental y las situaciones críticas fruto del cambio climático y un modelo intensivo atrapado por la plusvalía crediticia bancaria, cuyo valor añadido se basa en la explotación laboral. No ha sido la degradación urbana, la gentrificación, la carestía de la vivienda, o los problemas endémicos del sector turístico.

No ha sido la desarticulación de Andalucía en materia ferroviaria. No ha sido el gran problema de la contaminación en las áreas metropolitanas. No ha sido la ausencia de movilidad sostenible, la necesidad de la transición energéticahacia las renovables, la apuesta por el potencial de la agroecología, la ecoindustria o la industria rural. No han sido las causas de la huelga del metal en Cádiz; eso ni mencionarlo.

No ha sido el abandono generalizado de todos los servicios públicos, la financiación municipal o la escasez de una necesaria oferta potente de trabajo público. No ha sido el olvido del patrimonio cultural, no ha sido la desidia ante el mundo y las gentes del flamenco, del cine, del teatro o del arte en general.

No, no se ha hablado de empresariado andaluz, de autónomos, de potencial productivo y creativo, de raíces productivas atrapadas por la banca con domicilios fiscales lejanos. No se ha hablado de la necesaria imbricación de la universidad andaluza en la economía productiva y del conocimiento. Bueno, es que lo de la universidad es ajeno a un partido cuyo jefe obtuvo 12 asignaturas en cuatro meses.

No, de nada de eso se ha hablado en el congreso del PP andaluz. El elefante en la sala ha sido la convocatoria de elecciones en Andalucía. Unelefante que ha barritado el tema central del evento Popular, celebrado este pasado finde en el Palacio de Congresos de Granada, camuflado en el debate sobre la libertad del presidente andaluz. El viernes, Doña Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña y reina colonial de Andalucía, le pidió a Moreno Bonilla que fuese libre: “Juanma, te recomiendo que vueles libre. Aquí solo se desgasta quien actúa como una marioneta”. El sábado el presidente andaluz dijo que él siempre se había sentido libre, y Don Teodoro García Egea, al que solo le falta la canana, que “no tenemos que venir de fuera a decirle a Moreno lo que hacer”. La guinda la puso Pablo Casado el domingo: “Juanma y yo nunca hemos hablado de la fecha de las elecciones andaluzas”. Ya se sabe, excusatio non petita, accusatio manifesta.

Así que el congreso del PP andaluz ha sido un debate sobre la libertad de Juan Manuel Moreno Bonilla, en función de los intereses personales de cada quien, y no sobre los problemas y el futuro de Andalucía. Porque los problemas de las y los andaluces les importan un pimiento. El lema del congreso bien podía haber sido “A Andalucía que le den”, al menos sería cierto, y no esa cosa de “Andalucía, el cambio funciona”, porque funcionar, es evidente, no funciona.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Elecciones en Andalucía


Los suyos de Génova en Madrid, le han hecho la pirula al presidente andaluz, Ciudadanos mediante. Juan Manuel Moreno Bonilla puede perfectamente decir en el congreso que el Partido Popular andaluz celebrará este sábado entrante en Granada, “al suelo que vienen los nuestros.”

La filtración de un audio del vicepresidente andaluz, Juan Marín, diciéndole al grupo parlamentario de Ciudadanos que en año electoral presupuestos andaluces con recortes para qué, desmonta cualquier relato que justifique echarle la culpa a la oposición o a Vox, sobre el adelanto electoral en Andalucía.

Todo se ha pergeñado, según insiste Marín, en un despacho de la obrada sede central del Partido Popular, ocupado por uno de sus hasta no hace mucho camaradas. Concretamente Fran Hervías, que fuese responsable de organización de su partido, cooptado por su homólogo del PP, Teodoro García Egea, consecuencia de lo de Murcia. Desde entonces Hervías, a modo de espía pasado al enemigo, colabora en el desguace de Ciudadanos.

La pregunta que nos permite entender la filtración y su momento es ¿a quién beneficia el destape del audio? Beneficia al poder del PP concentrado en la región de Madrid y a Pablo Casado en particular. Este PP afincado en el centralismo sobradamente reaccionario, no puede consentir que las negociaciones para la aprobación del presupuesto andaluz con el PSOE de Juan Espadas pudiesen tener éxito. Algo sabían de la intención real del PSOE andaluz de facilitar los presupuestos a Moreno y Marín para ganar tiempo, y por eso la han reventado.

Un presupuesto con los fondos Next Generation, el mayor con diferencia de la historia de Andalucía, 43.000 millones de euros, aprobado por una especie de nuevo monopartidismo andaluz, PP más PSOE, beneficiaría la estrategia de apariencia moderada de Moreno Bonilla, y la intención del nuevo viejo PSOE andaluz, dirigido por Pedro Sánchez, de volver a medio plazo al gobierno sin necesitar apoyo verdaderamente progresista en lo estructural, ya sea económico, fiscal, feminista, andalucista o ecologista. Los grandes perjudicados serían Vox y la estrategia radical extrema del PP de la capital de España, ya de Ayuso ya de Casado.

La filtración viene de Génova porque Pablo Casado tiene una posición de extrema debilidad. Está cogido en una pinza entre el tándem que forma Ayuso con la marquesa de Casa Fuerte, Cayetana Álvarez de Toledo, y la intención de Moreno Bonilla de representar una derecha más centrada para crecer en Andalucía por el espacio que el PSOE le cultiva.

Las elecciones andaluzas abrirán un nuevo ciclo electoral. Si había alguna posibilidad de que no se adelantasen como interesaba a Espadas (PSOE-A) y a Marín (C´s), ésta ha quedado reducida a escombros. La filtración va contra el presidente andaluz para laminar toda posibilidad de terminar la legislatura sin adelanto electoral tras un acuerdo presupuestario con el PSOE, lo que claramente le beneficiaría aumentando su espacio, con Ciudadanos en vía muerta y Vox reduciendo su capacidad de influencia.

Así son las cosas en Andalucía, un juego de intereses personales por parte de los líderes de las derechas y un juego de interés partidista por parte del PSOE andaluz. Todos al servicio de su ombligo, olvidan los intereses de las y los andaluces en un momento político tan determinante, que bien podría servir para que Andalucía liderase un proyecto de transformación productiva, que erradicara las causas estructurales de nuestra dependencia de poderes lejanos y de nuestro diferencial persistente de desigualdad.

martes, 16 de noviembre de 2021

Los pocos y los mejores


Los pocos y los mejores. Localización y crítica del fetichismo político, es el último ensayo de José Luis Moreno Pestaña, profesor de filosofía moral en la Universidad de Granada. Su escritura ágil permite la comprensión fácil del sentido del texto incluso a quienes carecemos de suficiente erudición filosófica. Un libro erudito para no eruditos en defensa de la democracia debería llegar a ser un libro popular. Esa es la verdadera intención de este artículo, poner un granito de arena para popularizar un texto que da mucho qué pensar.


Los pocos y los mejores se asienta en una milenaria historia de pensamiento sobre el poder y la democracia que arranca desde la Grecia clásica. Lo cual no impide, más al contrario es condición de posibilidad, comprender el sentido de los acontecimientos políticos del último decenio, sobre todo las acciones en el lado de los buenos. Ese lugar de quienes no quieren que nadie quede desvalido, el medio ambiente destrozado o las mujeres inhabilitadas para ejercer derechos y poder en pie de igualdad.


En los primeros compases de lectura de Los pocos y los mejores, comprendí el sentido del principio antioligárquico. El autor nos previene de aquello que los domingueros de los setenta y setenta del siglo pasado colgaban en la ventanilla trasera del coche: “To er mundo es güeno”. El principio antioligárquico es un principio de precaución dedicado al poder político, todo el mundo es bueno pero cuidado, si accede a algún tipo de poder democrático es preciso normatividad para que siga siéndolo.


Un refrán conocido condensa esa idea: “Si quieres saber cómo es Juanillo, dale un carguillo”. A partir de esa demostrada premisa, el poder subyuga incluso a quienes lo poseen, el poder corrompe, puede deducirse el malestar con la política reflejado en las mayorías estadísticas que así lo reflejan. No hay democracia sin garantías democráticas. Los pocos son pocos (o pocas si nos fijamos en el acto Otras Políticas, celebrado en el Teatro Olympia de Valencia), pero los y las mejores son muchas, cuantas más mejor. Cuantos más seres humanos pensemos y actuemos políticamente (la inteligencia de las multitudes) más difícil lo tendrán los pocos para subvertir la democracia. En este sentido el libro no solo es un llamamiento a la política, es también un elogio de la persistencia de quienes sintiéndose concernidos por la realidad social actúan para mejorarla.


La insistente lectura en el texto de la palabra fetichismo respecto de la política, amparada y soportada por la idea de fetichismo de la mercancía de Marx, me llevó a consultar la etimología de fetiche. Google me devolvió la idea de fetiche como algo que hechiza. Fetiche del portugués “feitiço”, que significa “hechizo”. Ese rayo de luz etimológico me hechizó de tal modo que de repente se me reveló el porqué de la importancia del símbolo en política, y en la vida; sea el símbolo bandera, líder, himno o lema está en su naturaleza la capacidad de hechizar. Para lo bueno y para lo malo, la política es hechizo, y los hechizos como en los cuentos, pueden ser buenos o malos.


El libro de Moreno Pestaña anima a hacer política a quien no siente la necesidad de la política, en este sentido el autor se manifiesta como un promotor de la democracia. La antipolítica es lo contrario de la democracia. Por eso los poderes económicos, los poderes ideológicos y los poderes oligárquicos se empeñan en que no nos apasione. Al tiempo, aporta ideas para construir la práctica, a modo de principio de precaución, de la prevención para que los hechizados acabemos verdaderamente ciegos. Esa ceguera que hace que un trabajador, una joven, un inmigrante o una mujer actúe (y vote) en contra de sus intereses.


Los pocos y los mejores ha sido Premio Internacional de Pensamiento 2030 del Institutu Asturies, puede encontrase en Akal pensamiento crítico.

lunes, 15 de noviembre de 2021

Agua de Valencia


Agua de Valencia es un famoso cóctel fresco, vitamínico y vivaracho nacido en la ciudad que le da nombre. No sé si es lo más apropiado para titular este artículo, me lo recuerda el acto Otras Políticas del pasado sábado, celebrado en el Teatro Olympia de la capital del País Valencià. El acto resultó fresco, vivaracho y vitamínico como el cóctel, un verdadero aquelarre de alegría política.

Viento de levante o Aquelarre son expresiones que también podían haber titulado este texto. Agua de Valencia evoca dinamismo, viento de levante fuerza y potencia, y aquelarre capacidad de transgresión que atemoriza a los poderes establecidos. El camino de diálogo, escucha y encuentro iniciado por Mónica Oltra, Fátima Hamed, Mónica García, Ada Colau y Yolanda Díaz puede tener un final feliz; como dijo el poeta, caminante no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca, se ha de volver a pisar, golpe a golpe, verso a verso. Dejando los egos y con ese estilo, estas mujeres feministas y muchas más, demostrarán lo poco que separa a las gentes progresistas de izquierdas.

El feminismo nos enseñó la palabra empoderar, construir poder y tener voluntad de poder. Las cinco de Valencia han simbolizado esa necesaria voluntad de construir poder, poder popular, poder de clase, poder de género, poder ligado a las identidades culturales y territoriales. Construir poder para cuidar la humanidad, cuidar la tierra, cuidar la naturaleza y la vida, cuidarnos es, en tiempos de cambio climático y casi postpandémicos, la tarea más imponente que debemos acometer colectivamente.

Primero construir poder con voluntad de poder, después, la política también es eso, vendrá la voluntad de ganar, después. Tras la emergencia provocada por la crisis económica de 2008 y el plegamiento definitivo de los partidos socialdemócratas europeos a las imposiciones neoliberales, dejando escuálidos a los estados para impedir intervenir sobre la desigualdad y los derechos humanos, los tiempos políticos se aceleraron. El 15M fertilizó el terreno para que pocos años después se abriera la primera ventana de oportunidad del siglo XXI.

El balance, con Unidas Podemos en el gobierno, es indudablemente positivo. Lo hemos repasado en otros textos. La voluntad de poder se tradujo en voluntad de ganar, pero nunca se puede todo ni nunca se gana todo. Poco ha sido mucho. Las victorias han nacido sobre profundas raíces democráticas. Muy difíciles porque no solo se actúa contra fuerzas retrógradas y reaccionarias, también el PSOE ha alimentado permanentemente el quintacolumnismo contra los acuerdos de gobierno. Lo vemos desde el origen del gobierno de coalición, lo vimos hace una semana con el asunto de la derogación de la reforma laboral, y lo volvemos a ver ahora con el asunto del cálculo de las pensiones. Se avanza a pesar del freno de mano echado por Pedro Sánchez. Queremos avanzar más.


En plena primera ola de la pandemia, mayo de 2020, el virus nos hacía sufrir en carne propia, otra vez en apenas un decenio, años de ausencia o retrocesos en políticas de estado dirigidas a la sanidad, la educación, los cuidados, la industrialización, los desfavorecidos, la investigación, el medio ambiente y la igualdad de género. Al igual que la catástrofe social provocada por la crisis del capitalismo financiero especulativo creó las condiciones para una repolitización como antídoto al soma neoliberal, la pandemia las ha creado para revelar que no podemos vivir dignamente sin estado y sin democracia. Se abre una nueva ventana de oportunidad.

Reguemos con agua de Valencia los territorios plurales, provinciales, comarcarles y municipales, compongamos velas para que recojan el viento de levante y vivamos con la esperanza de que llegará el día de un mayoritario aquelarre social y ecofeminista, lleno de alegría y ayuno de intolerancia.