Cuenta Nuncio Ordine en su best-seller La utilidad de la inútil, que dos peces jovencitos nadaban sumergidos en el mar cuando, en dirección contraria, un viejo pez, al cruzarse con ellos, les profesó un saludo del tipo: “buenos días, ¿qué tal está hoy el agua?” A lo que uno de los jóvenes preguntó: ¿el agua, qué es el agua?
El profesor Ordine de
la universidad de Calabria, fundamenta la tesis de que hay cosas en el
mundo que desconocemos o nos las pintan como inútiles que son las que
nos hacen la vida, no solo digna y feliz, si no posible. ¿Qué sería de
las ciencias sin las humanidades? Podría ser la pregunta que condujo a
elaborar la tesis descrita. ¿Qué sería de la vida de los pececillos sin
el agua que ignoraban? ¿Qué sería de la vida humana en un medio ambiente
irrespirable, seco y climáticamente truculento?
¿Qué sería de la
vida de las mujeres de derechas sin los avances logrados por el
feminismo? ¿Qué sería de nuestras niñas y niños sin la educación
pública? ¿Qué sería las personas mayores sin las pensiones? ¿Qué sería
de nuestra salud sin un sistema sanitario público? El temor al futuro,
la inseguridad. El miedo de verdad, no el que quieren que tengas para
engordar sus bolsillos.
Toda campaña electoral de la derecha es una campaña de ocultación. La derecha oculta la utilidad de lo inútil haciéndonos creer que lo importante no es el agua, que te atiendan en tu centro de salud, que tu hija pueda ir a una escuela pública sin sesgo reaccionario, que tu madre cobre una pensión digna o que si tu padre está viejo y enfermo no le nieguen el derecho a la asistencia sanitaria, condenándolo a muerte, como hizo Isabel Díaz Ayuso con miles de personas mayores en las residencias de Madrid. Para la derecha lo útil es lo que no existe: ETA. Lo inútil el IMV, la subida del SMI y las pensiones, los ERTES que sostuvieron trabajo y empresas, los derechos de las mujeres y de las y los trabajadores.
Toda campaña electoral para el PSOE es una campaña de promesas, de jurar y perjurar que son de izquierdas. Es así como una y otra vez oculta su inútil utilidad. Luego, si gobierna, olvida sus promesas. Hasta su propia militancia lo sabe, recordemos aquel “con Rivera no” que coreaban a Sánchez.
Votar como el viejo pez que sabe lo que es el agua es la condición de posibilidad de una vida digna para la mayoría de la gente, trabajadora o empresaria, autónoma o jubilada, parada o estudiante. Nos conviene votar por aquellos y aquellas de los que tenemos la certeza de que si gobiernan cumplen y hacen cumplir lo que otras fuerzas de izquierdas, o que dicen ser de izquierdas, ponen blanco sobre negro. Conviene votar como pez en el agua.