lunes, 29 de enero de 2024

Sumar camino de IU

Con la que está cayendo en el mundo, con la tensión geopolítica fomentada por EE.UU, con la lucha feroz por el control de recursos y los flujos de materia y energía para dirimir quién manda bajo cementerios de vidas inocentes, con la Unión Europea en el papel de capitán chusquero de la Sexta Flota, con las ultraderechas fascistas creciendo a velocidad cuántica, con el estado de Israel gozando infame el genocidio palestino, resulta indecente que en España la izquierda rediviva por Podemos se haya dedicado, desde que la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asumiera la misión de hacerla crecer, a destrozar las condiciones que le permitieron gobernar, que no es lo mismo que estar en el gobierno.

Si algo sabemos a estas alturas de la vida de Sumar, es que ni sirvió para cohesionar estratégicamente a la izquierda plurinacional y las izquierdas territoriales en las elecciones municipales de mayo de 2023, más bien contribuyó a la discordia, ni sumó en las elecciones generales del 23 de julio pasado, ni ha trabajado para generar condiciones de alianza estructural interna en el grupo parlamentario, ni persigue una organización democrática propia, si quiera laxa, con el reconocimiento de las distintas realidades partidistas y territoriales que lo compusieron en su origen, ni tiene pretensión alguna de romper los límites de lo posible que le marca Pedro Sánchez. Todo lo contrario que hizo Podemos. Sumar es la subalternidad creada para complementar la ausencia de proyecto emancipador del PSOE.

Lo que unía a los distintos partidos que apoyaron a Yolanda Díaz en Magariños, con la inocente excepción de Alianza Verde, no eran objetivos ideológicos propios de una izquierda del siglo XXI. Lo que los unía era liquidar a Podemos. Casi lo consiguen. La función de Sumar no era sumar, era servir al mantenimiento de un modelo de izquierda fabuloso en sus propuestas, pero inútil en la consecución de las mismas. El creador de esa función fue Pedro Sánchez, sus facilitadores él mismo, el PSOE, los medios de derechas y los de la progresía con su batallón de analistas.

En España existe una izquierda incapaz de situar los intereses de las mayorías por encima del mantenimiento de estructuras y sueldos dependientes de su posición en las instituciones. Sumar ha actuado respecto de la repolitización surgida con el 15M como Brutus respecto de César. Una izquierda capaz de ofrecer la embajada en Chile, para quitarla de enmedio tras haberla vetado, a Irene Montero, la exministra de Igualdad más reconocida globalmente que haya tenido España jamás.

Si algo deberíamos saber ya es que aliarse con la indecencia solo conduce al fracaso y el desencanto. Si Pedro Sánchez hace de sus incoherencias y contradicciones un valor pragmático para mantenerse en el poder, Yolanda Díaz convierte las suyas en dinamita bajo los pies de la izquierda, justo cuando más necesitamos una izquierda legitimada por sus objetivos y sus acciones. Con la que está cayendo en el mundo, en lugar de levantar la cabeza y mirar la paronámica, como hace Podemos, hay una izquierda en España que la baja interesada solo en la loseta que pisa. Sumar va camino de IU.

Publicado en Diario Red

miércoles, 24 de enero de 2024

El Mar Rojo en el parlamento de España

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, interviene durante la sesión extraordinaria del Congreso, en el Palacio del Senado, a 18 de enero de 2024, en Madrid (España). El Congreso de los Diputados aprueba hoy la iniciativa impulsada por el PP y el PSOE para reformar el artículo 49 de la Constitución y eliminar el término "disminuido" para sustituirlo por "persona con discapacidad". La tramitación del texto se ha llevado a cabo por el procedimiento de lectura única, sin pasar por ponencia ni comisión, y sin que se acepten cambios en otros artículos de la Constitución. Esta modificación es la primera de contenido social desde la entrada en vigor del texto constitucional, elimina el término "disminuido".,Image: 838352305, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Pictured: PEDRO SÁNCHEZ, Credit line: Eduardo Parra / Europa Press / ContactoPhoto

Mientras los ricos capitalistas del mundo se coordinan en Davos para seguir enriqueciéndose con la economía del expolio, mientras los fondos buitre afinan sus relaciones con los poderes políticos de los estados occidentales para mantener su dominio sobre los recursos planetarios y los bienes de primera necesidad, mientras la Sexta Flota y la OTAN despliegan su fuerza en el mundo para controlar los flujos de materias primas y mercancías, mientras la Reserva Federal, el FMI, y el Banco Central Europeo condicionan la vida de los pueblos con la financiarización de la economía, mientras los EE.UU y la UE fomentan la guerra de Ucrania y consienten el genocidio del pueblo palestino a manos del gobierno de Israel, mientras el calentamiento global avanza hacia la irreversibilidad y el planeta se convierte en un estercolero invivible, mientras todo eso ocurre, no surge por la izquierda a nivel global un movimiento coordinado que se enfrente, si quiera ideológicamente, a los poderes referidos.

En España, lo más grave que se viene encima, con consecuencias imprevisibles, es la voluntad del gobierno de Pedro Sánchez de meter a España en el bloque militar de apoyo a Israel. Un bloque militar liderado por el gobierno estadounidense de Joe Biden, patrocinado por el gobierno británico ultraliberal de Rishi Sunak, junto al gobierno alemán del SPD y Los Verdes (Die Grunen). La “excusa” será la previsible afección económica en términos de crecimiento e inflación en Europa y, consiguientemente, la crisis económica que puede desatarse en el continente con graves derivadas sociales. Una excusa farsa cuando no se defienden y aplican políticas de izquierdas.

La falta de coordinación a nivel global de las izquierdas, es también descoordinación en el conjunto de la izquierda plurinacional que invistió a Pedro Sánchez para afrontar los debates clave con una mínima cohesión estratégica. Lo hemos visto en la ratificación o no de los reales decreto ley ómnibus, anticrisis y de protección del desempleo de la pasada semana. Una estrategia coordinada entre BNG, EH Bildu, ERC y Podemos, pactando previamente los límites y los avances para los que se van a usar los diecinueve votos del conjunto, mejoraría mucho los resultados y limitaría el campo de acción de Pedro Sánchez por el flanco derecho.

Esa estrategia coordinada es imprescindible para evitar que España se integre militarmente en la operación “Guardián de la Prosperidad” promovida por el gobierno de Joe Biden. No valen los eufemismos ni la ocultación de la verdad mediante trucos nominativos como el de enviar al Mar Rojo “oficiales de enlace”. El PSOE ya dijo “OTAN de entrada no” e introdujo a España en la estructura militar de la OTAN, a pesar de que la propia pregunta del referéndum celebrado en 1986 lo prohibía expresamente. Participar de manera activa en la guerra declarada en el estrecho de Bad-el-Manded para proteger los intereses genocidas de Israel y el tráfico de mercancías y graneles fósiles por el Mar Rojo y el Canal de Suez, es participar en el genocidio del pueblo palestino.

José María Aznar nos metió en la guerra de Irak, en contra de la opinión de más del 90% del electorado. Pedro Sánchez no puede meternos en una guerra de mayor impacto global sin la aprobación del parlamento. El bloque de izquierdas debe exigir la aplicación del artículo 4.2 de la Ley Orgánica 5/2005 de 17 de noviembre de la Defensa Nacional, promovida por José Luis Rodríguez Zapatero poco después de ganar sus primeras elecciones y formar gobierno tras el atentado terrorista en Madrid del 11 de marzo de 2004. Para evitarlo, al menos intentarlo, es preciso que el bloque de izquierdas con representación parlamentaria actúe coordinadamente y advierta de los límites legislativos que impondrá al gobierno de Pedro Sánchez si no lleva al parlamento la decisión sobre la participación de España en la operación “Guardián de la prosperidad”.

El asunto es muy serio, el más serio de todos los que estamos viviendo, Sánchez no puede meter a España en una guerra que se construye sobre el genocidio del pueblo palestino. El bloque de izquierdas debe dejar muy claras sus posiciones pacifistas y contra el imperialismo de los EE.UU en una acción estratégica de conjunto, llevar el Mar Rojo al lugar de la soberanía popular, sin miedos y sin admitir chantaje alguno. Forzar a Pedro Sánchez a votar en el parlamento sobre participación de España en la fuerza militar desplegada en el Mar Rojo es un determinante de legislatura del tamaño de la ley de amnistía.

Publicado en Diario Red

domingo, 14 de enero de 2024

Aquí no hemos venido a rogar

(I-D) El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia, Félix Bolaños; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el pleno del Congreso de los Diputados, en el Palacio del Senado, a 10 de enero de 2024, en Madrid (España). El Pleno del Congreso, en su primera reunión del año, debate y vota los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de las administraciones, un primer paso en la tramitación de los Presupuestos Generales de 2024. El Gobierno de coalición cuenta con apoyos,Image: 835806927, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Pictured: MARIA JESÚS MONTERO,YOLANDA DÍAZ,FÉLIX BOLAÑOS, Credit line: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press / ContactoPhoto

Ayer de los tres reales decreto ley que el gobierno estaba obligado a llevar a la cámara baja para su aprobación o devolución, se aprobaron dos de ellos, el ómnibus de funcionamiento de la justicia, al que Junts se oponía duramente pero que in extremis, fruto de un acuerdo relevante, dejó pasar retirándose de la votación, y el decreto ley de medidas anticrisis, negociado sobre la bocina al alza con Podemos, al ceder el PSOE prohibir los desahucios hipotecarios hasta 2028 y convertirlo en proyecto de ley enmendable en el plazo de seis meses para intentar introducir mejoras como la limitación de la subida de los alquileres.

Por contra, el real decreto ley sobre los subsidios que abanderaba la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, salió derrotado con el voto en contra de Podemos, ante la incapacidad de la titular del ministerio de reconocer que contenía el recorte de las cotizaciones a la seguridad social de los parados de larga duración mayores de 52 años.

Para alguna izquierda es más importante la sacrosanta unidad que la consecución efectiva de derechos para las mayorías. El paño de la mesa camilla de la unidad se teje con el candor de la ingenuidad de muchos y el interés del braserito de pocos. Ni ingenuidad ni intereses personales sirven para defender la democracia. La sacrosanta unidad de la izquierda opera en sinergia con las posiciones reaccionarias de quienes rezan a la sacrosanta unidad de España, y se alía con el freno del motor del progreso para desgastar las zapatas y que del metal de los discos salten chispas de rabia.

La izquierda que irrumpió como partido en las europeas de 2014 no vino a rogar. Contra la tempestad de las togas y las tertulias bien pagadas, Podemos dejó cultivado un territorio fértil para seguir avanzando. Con generosidad, en la primavera de 2021, entregó los aperos, la cosecha y el predio a la voz gubernamental que creía que más podía hacer para dar continuidad y éxito a la empresa. Ese era el cometido de Yolanda Díaz. Lo incumplió. La generosidad se achicharró bajo una mesa camilla de partidos.

El gobierno aprobó en noviembre tres reales decreto ley con una baraja de medidas de afección social, económica y jurídica. Una técnica legislativa de urgencia que ha de ser ratificada en el pleno del Congreso. Lo hizo sin conversaciones previas con las fuerzas políticas que lo sustentan. Como si los últimos resultados electorales no existiesen. Como si el gobierno no necesitase energía democrática para moverse.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se equivoca, como le demostraron ayer Junts y Podemos, si cree que tras su investidura no va a precisar apoyos parlamentarios del conjunto del bloque democrático. El presidente del gobierno se equivoca si cree que la geometría variable va a ser útil con un PP trumpificado a la espera de elecciones en Galicia, Euskadi, Europa y, quién sabe, Cataluña. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se han equivocado a lo grande al llamar a las puertas del Partido Popular para suplir la necesidad de los apoyos de Junts y Podemos, no solo entregando a Feijóo y Ayuso armas para atizar al gobierno, también poniendo en riesgo los apoyos de ERC y EH Bildu que hubiesen visto sus votos alineados con la mayor porción alícuota del bloque reaccionario españolista.

Por otro lado, la beligerancia de Sumar contra las posiciones negociadoras de Podemos, ha demostrado que el PSOE usa la coalición de la vicepresidenta Díaz como avanzadilla mercenaria de las intenciones de Pedro Sánchez. Los liderazgos de Sumar, apoyados por cohortes tertulianas, han protagonizado los mayores ataques a Podemos por querer negociar su sí a los reales decretos ley, denunciando la existencia en los mismos de recortes, retrocesos y riesgos. Las tres erres que alimentan la política del desencanto

Lo que se ha demostrado en las votaciones de los reales decreto ley es que hay una izquierda que no ha venido a rogar, que Pedro Sánchez ha de tejer los pactos con sus apoyos de investidura sin soberbia y que Sumar, la gran derrotada de ayer, ha venido para acoplarse, si es preciso, al lado derecho del PSOE, queriendo o sin querer.

Publicado en Diario Red

 

viernes, 12 de enero de 2024

El muñeco apaleado

 Decenas de personas celebran la entrada del año nuevo en la calle Ferraz, a 1 de enero de 2024, en Madrid (España). Revuelta, la organización juvenil de la órbita de Vox convocante de las concentraciones en Ferraz, ha llamado a tomar las uvas esta Nochevieja frente a la sede federal del PSOE, siguiendo la estela de las manifestaciones contra la amnistía que se suceden allí desde hace semanas.,Image: 833493668, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Credit line: Diego Radamés / Europa Press / ContactoPhoto

El vilipendio, apaleo y destrucción del muñeco de Pedro Sánchez en la puerta de la sede del PSOE en Ferraz concuerda con la rabia de la derecha tras perder la posibilidad de formar gobierno con los resultados electorales del 23J de 2023. Los sectores franquistas y fascistas representados por Vox muestran su cólera salvaje, los sectores antidemocráticos aglutinados en el PP la muestran no condenando sin excusas la violencia de consignas y golpes contra la piñata. Repugna.

El bloque reaccionario, tolerante con la violencia política ejercida contra el independentismo, Podemos y, especialmente, Pablo Iglesias e Irene Montero, lo forman la derecha judicial, la derecha mediática, el Partido Popular, Vox y el rey Felipe VI. La estrategia de acoso que el bloque reaccionario mantiene contra el gobierno de Pedro Sánchez, expulsa del consenso del 78 al propio PSOE, a más de hacer muy difícil un entendimiento de Feijóo con las burguesías vasca y catalana representadas por PNV y Junts.

El Partido Socialista Obrero Español es el pilar de la España monárquica. Felipe VI y su bloque reaccionario no reconocen esta obviedad. Los resultados electorales del 23J y la violencia política del bloque reaccionario, sitúan al pilar del 78 en el pliegue político en el que nunca quiso estar. El PSOE desea seguir siendo un partido pactista con el PP, tanto para reducir la fuerza de la izquierda, por eso potenció Sumar e instigó la operación derribar a Irene Montero, como en asuntos de estado para fortalecer la monarquía, sostener los privilegios del Ibex 35, pertenecer a la OTAN y aliarse con las políticas restrictivas de derechos patrocinadas por el BCE.

El problema del bloque de investidura es la hegemonía cuantitativa en el mismo de un PSOE que, para no ser expulsado del territorio monárquico, busca denodadamente el retorno al bipartidismo con PNV y Junts, sin las izquierdas plurinacionales y sin Podemos. Esa fuerza hegemónica solo puede ser compensada con alianzas estratégicas transversales dentro del propio bloque democrático. Al tiempo que demandar políticas de izquierdas hay que centrar la presión sobre la democratización del estado. La tolerancia con la violencia política escenificada en el ahorcamiento y destrucción del muñeco de Pedro Sánchez significa que la derecha va a por todas.

Tras la investidura no están todos dentro como afirmó en La Vanguardia Enric Juliana, queriendo que su deseo, el deseo de la burguesía y cierta clase media catalana, sea realidad. En España se libra también el combate entre fascismo neoliberal -iliberal le llaman para simplificar- y democracia. Ese combate se dará cada vez con más crudeza porque el capitalismo occidental, en choque contra la geopolítica del dominio de los recursos y los mercados, y contra los efectos de su modelo de producción y consumo sobre las condiciones biofísicas terrestres que hacen posible la vida tal y como la conocemos, no tiene más salida que la coerción mediante el control totalitario de los estados.

Defender la democracia es la prioridad, sin democracia no hay derechos. Arrastrar a esa posición al PSOE es aprovechar, como en el judo, la fuerza que el enemigo ejerce para expulsarlo del régimen del 78, en favor de reformas que fortalezcan la calidad democrática. En lo concreto, los 19 votos que suman Podemos, BNG, EH Bildu y ERC que sirven conjuntamente para defender políticas de izquierdas, si se unen a los 12 que tienen PNV y Junts son 31. Treinta y un votos para buscar la democratización seria de RTVE, para acabar con la ley mordaza, para eliminar del código penal los artículos que limitan la libertad de expresión y, lo más relevante, para advertir al PSOE que no tendrá presupuestos si pacta con el PP en Europa la renovación del CGPJ, en vez de hacerlo dentro del bloque democrático cambiando la ley.

Conseguir que la violencia política sea inútil no pasa por usar el apaleamiento del muñeco de Pedro Sánchez para instigar un debate sobre la libertad de expresión y los delitos de odio. Por ese camino, por la regulación de los límites a los derechos democráticos, acaba siempre ganando la derecha reaccionaria. Defender la democracia es crear las condiciones para que la violencia política sea inútil. El muñeco apaleado es la democracia. Se necesitan reformas legales que construyan empalizadas en su defensa. Hay treinta y un votos en el Congreso para enviar ese mensaje a Pedro Sánchez.

Publicado en Diario Red

 

jueves, 4 de enero de 2024

El clavo ardiendo

El discurso de Nochebuena del Rey certificó dos cosas. Es un rey que toma partido por las ultraderechas españolistas y su discurso es la continuación del que hizo el 3 de octubre de 2017 cuando legitimó el “a por ellos” contra el independentismo catalán. Felipe VI se aferra a la constitución monárquica como principal representante político de una España que solo puede existir utilizando la fuerza. La fuerza represiva, la fuerza centralista del BOE y la fuerza puñetera de la corte togada.

Felipe VI al pronunciar doce veces la palabra Constitución marcó al gobierno de Sánchez los límites de lo posible. Un rey metido a político, que no se presenta a las elecciones, que desconoce la España real situada fuera de los límites de la M30. Felipe VI hizo el discurso que le hubiesen redactado Feijóo o Abascal de ser estos presidente y vicepresidente del gobierno. Todos los medios de derechas y de ultraderecha, incluido PRISA, auténtico pilar mediático del sistema centralista del 78, han elogiado el discurso del Rey. El Partido Popular y Vox se alineaban perfectamente con las palabras reales. Dime quien te elogia y te diré quien eres.

Con retraso, porque es imposible ocultar lo evidente, el PSOE lanzó a Cristina Narbona, que hace tiempo se mueve en la tercera posición de visibilidad política, para elogiar un discurso que marcaba a las claras los límites permisibles de la acción de Pedro Sánchez. El PSOE lo sabe, al rey solo le interesa el vínculo entre la España una, la monarquía hereditaria y la bolsa del dinero de los ricos, da igual españoles que extranjeros. Narbona camufló al rey de ultraderecha diciendo que estápreocupado por las cuestiones sociales y por la igualdad de las mujeres, cuando las alusiones a la desigualdad social o de género, que preocupan a buena parte de la ciudadanía, fueron nulas o banales. Además de ignorar la crisis ecológica planetaria, el Rey silenció los temas centrales de la geopolítica que condicionan todos los gobiernos, cero empatía con el pueblo palestino y cero pacifismo en relación a la guerra de Ucrania. Un rey que toma partido no es un rey para una democracia parlamentaria. El PSOE lo sabe.

La torpeza del Rey, como la torpeza del bloque monárquico reaccionario, es limitar el campo de maniobra de Pedro Sánchez, del PSOE. Se ha visto estos días también en los ataques recibidos por la ministra más querida por Vox, Margarita Robles, desde el flanco mediático reaccionario, cuando ha defendido no participar junto con la VI flota en la operación “Guardián de la Prosperidad” en el mar Rojo, si no existe un mandato específico de la Unión Europea. El sostén político del régimen monárquico, bipartidista y centralista del 78 es el PSOE. Todo lo que ha hecho Pedro Sánchez, desde que se dispuso a recorrer España para batir en primarias a Susana Díaz, es para recuperar el bipartidismo imperfecto con PNV y Junts. Sumarse a la expulsión del PSOE del consenso de régimen del 78, como hace Felipe VI desde Zarzuela, es como participar en las manifestaciones fachas ante Ferraz, juega en su contra. La Constitución para el Rey es un clavo ardiendo.

Publicado en Diario Red

lunes, 1 de enero de 2024

La izquierda que nos queda


La defensa de la democracia hoy se significa obligatoriamente en la oposición al genocidio que el estado de Israel ejerce sobre el pueblo palestino. La defensa de la democracia se significa hoy en las posiciones pacifistas que abogan por un alto el fuego en Ucrania. Defender la democracia significa estar radicalmente en contra del alineamiento de la Unión Europea con los intereses geoestratégicos del imperio belicista de los Estados Unidos de América. La dinámica de guerra conduce a la destrucción de la democracia en la UE y, consiguientemente a la destrucción de los valores éticos y políticos con los que nació y viste su imagen en el mundo.

Las consecuencias políticas de la economía de guerra son la aniquilación progresiva de los derechos humanos, los primeros los de la inmigración, como estamos viendo en Francia y en Bruselas. La economía de guerra, la extracción del poder de los estados y su concentración en la OTAN, dirigida por Jens Stoltenberg, o en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, presidido por Josep Borrell, conduce irremediablemente al avance electoral de posiciones de ultraderecha. Las próximas elecciones europeas pueden debilitar enormemente al grupo que concentra los partidos socialdemócratas y al de Los Verdes/ALV, al tiempo que desplazar hacia la extrema derecha todo el arco parlamentario.

Las consecuencias del desplazamiento al negro en todos los niveles institucionales no se harán esperar. Serán las mismas que afectan en España a ayuntamientos y comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular en solitario o acompañado de Vox. La destrucción y retroceso de la políticas de igualdad de género, cuidados y derechos LGTBI, la aniquilación sistemática de las políticas de protección ambiental, que no son otras que las que protegen las condiciones biofísicas de posibilidad de la vida digna sobre la tierra, el desprecio de las políticas sociales y de los servicios públicos, educación, salud y cuidados, y la consolidación de desigualdades territoriales estructurales, serán líneas directivas de una UE desplazada al negro.

En este contexto de “régimen de guerra”, como lo llama Raúl Sánchez Cedillo, es imposible la rehabilitación de la social democracia como principal sostén de la UE democrática. El enfrentamiento en el parlamento europeo de Estrasburgo entre Pedro Sánchez, presidente actual de la UE, y Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, es señal de las preferencias de las derechas europeas por una alianza con la extrema derecha. El desplazamiento al negro fascista es evidente.

Del mismo modo, el papel democrático e impulsor de políticas duras contra los efectos del cambio climático y contra los efectos destructivos del capitalismo, que habría de haber jugado el grupo europeo de Los Verdes/ALE, liderado por los alemanes Die Grunen, se ha revelado imposible, toda vez que están alineados con la OTAN y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Para Los Verdes es antes el jardín europeo de ultraderecha, que la madre tierra.

Visto lo anterior, solo las posiciones de izquierdas no condescendientes con el “régimen de guerra”, pueden erigirse en defensoras de la democracia en la Unión Europea. En España, esas posiciones las mantienen las izquierdas soberanistas y la izquierda plurinacional, BNG, EH Bildu, ERC y Podemos. Sí, como busca el PP, ha de votarse en el congreso la participación de España en la flota promovida por EEUU e Israel, para proteger el tráfico de mercancías en el mar Rojo y el estrecho de Bab-el-Mandeb, las contradicciones de Sumar se verán amplificadas y el PSOE se fotografiará con el PP, como lo hizo para cargarse el consentimiento de la ley del Solo sí es sí de Irene Montero.

Si eso ocurre, y pude ocurrir porque la OTAN o la UE no puedan asumir la operación “Guardián de la Prosperidad” como suya, por no tener unanimidad para apoyarla, será aún más evidente que, de cara a las próximas elecciones europeas, la candidatura de Irene Montero será, junto con las candidaturas de BNG, EH Bildu y ERC las que se muestren como defensoras de la democracia. Es la izquierda que nos queda.

Publicado en Diario Red