Mientras los ricos capitalistas del mundo se coordinan en Davos para seguir enriqueciéndose con la economía del expolio, mientras los fondos buitre afinan sus relaciones con los poderes políticos de los estados occidentales para mantener su dominio sobre los recursos planetarios y los bienes de primera necesidad, mientras la Sexta Flota y la OTAN despliegan su fuerza en el mundo para controlar los flujos de materias primas y mercancías, mientras la Reserva Federal, el FMI, y el Banco Central Europeo condicionan la vida de los pueblos con la financiarización de la economía, mientras los EE.UU y la UE fomentan la guerra de Ucrania y consienten el genocidio del pueblo palestino a manos del gobierno de Israel, mientras el calentamiento global avanza hacia la irreversibilidad y el planeta se convierte en un estercolero invivible, mientras todo eso ocurre, no surge por la izquierda a nivel global un movimiento coordinado que se enfrente, si quiera ideológicamente, a los poderes referidos.
En España, lo más grave que se viene encima, con consecuencias imprevisibles, es la voluntad del gobierno de Pedro Sánchez de meter a España en el bloque militar de apoyo a Israel. Un bloque militar liderado por el gobierno estadounidense de Joe Biden, patrocinado por el gobierno británico ultraliberal de Rishi Sunak, junto al gobierno alemán del SPD y Los Verdes (Die Grunen). La “excusa” será la previsible afección económica en términos de crecimiento e inflación en Europa y, consiguientemente, la crisis económica que puede desatarse en el continente con graves derivadas sociales. Una excusa farsa cuando no se defienden y aplican políticas de izquierdas.
La falta de coordinación a nivel global de las izquierdas, es también descoordinación en el conjunto de la izquierda plurinacional que invistió a Pedro Sánchez para afrontar los debates clave con una mínima cohesión estratégica. Lo hemos visto en la ratificación o no de los reales decreto ley ómnibus, anticrisis y de protección del desempleo de la pasada semana. Una estrategia coordinada entre BNG, EH Bildu, ERC y Podemos, pactando previamente los límites y los avances para los que se van a usar los diecinueve votos del conjunto, mejoraría mucho los resultados y limitaría el campo de acción de Pedro Sánchez por el flanco derecho.
Esa estrategia coordinada es imprescindible para evitar que España se integre militarmente en la operación “Guardián de la Prosperidad” promovida por el gobierno de Joe Biden. No valen los eufemismos ni la ocultación de la verdad mediante trucos nominativos como el de enviar al Mar Rojo “oficiales de enlace”. El PSOE ya dijo “OTAN de entrada no” e introdujo a España en la estructura militar de la OTAN, a pesar de que la propia pregunta del referéndum celebrado en 1986 lo prohibía expresamente. Participar de manera activa en la guerra declarada en el estrecho de Bad-el-Manded para proteger los intereses genocidas de Israel y el tráfico de mercancías y graneles fósiles por el Mar Rojo y el Canal de Suez, es participar en el genocidio del pueblo palestino.
José María Aznar nos metió en la guerra de Irak, en contra de la opinión de más del 90% del electorado. Pedro Sánchez no puede meternos en una guerra de mayor impacto global sin la aprobación del parlamento. El bloque de izquierdas debe exigir la aplicación del artículo 4.2 de la Ley Orgánica 5/2005 de 17 de noviembre de la Defensa Nacional, promovida por José Luis Rodríguez Zapatero poco después de ganar sus primeras elecciones y formar gobierno tras el atentado terrorista en Madrid del 11 de marzo de 2004. Para evitarlo, al menos intentarlo, es preciso que el bloque de izquierdas con representación parlamentaria actúe coordinadamente y advierta de los límites legislativos que impondrá al gobierno de Pedro Sánchez si no lleva al parlamento la decisión sobre la participación de España en la operación “Guardián de la prosperidad”.
El asunto es muy serio, el más serio de todos los que estamos viviendo, Sánchez no puede meter a España en una guerra que se construye sobre el genocidio del pueblo palestino. El bloque de izquierdas debe dejar muy claras sus posiciones pacifistas y contra el imperialismo de los EE.UU en una acción estratégica de conjunto, llevar el Mar Rojo al lugar de la soberanía popular, sin miedos y sin admitir chantaje alguno. Forzar a Pedro Sánchez a votar en el parlamento sobre participación de España en la fuerza militar desplegada en el Mar Rojo es un determinante de legislatura del tamaño de la ley de amnistía.