El juicio contra Juantxo López de Uralde y diez activistas contra el cambio climático está visto para sentencia (se espera hoy). En este caso todo han sido excesos por parte de las autoridades danesas. En un texo leido durante el jucio, Juantxo se preguntaba si tal vez el crimen real no será que los gobiernos hagan caso omiso de las consecuencias dramáticas del cambio climático y no actúen para pararlo y mitigarlo.
Unos dos meses antes de la cumbre del clima que se celebró en Copenhage en diciembre de 2009 escribí el texto que redifundo a continuación.
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Hoy 24 de octubre se celebra el Día Internacional de Acción Climática. El símbolo elegido para este evento es 350.org.
En la era preindustrial la atmósfera terrestre tenía una concentración de dióxido de carbono de 280 ppm (partes por millón = miligramos por litro.) Tras la primera revolución industrial, impulsada por las tecnologías del carbón, llegó el fuel y los derivados del petróleo, más tarde entró en juego el gas natural. En menos de 200 años se han devuelto a la atmósfera ingentes cantidades del CO2 retenido en el subsuelo terrestre en forma de carbón y compuestos orgánicos. La humanidad apostó por los combustibles fósiles como fuente masiva de energía ignorando un posible futuro renovable. Cientos de ingenios renovables desaparecieron y con ellos un vasto conocimiento acumulado.
En la actualidad la concentración de CO2 atmosférico es de 390 ppm, lo que supone un 40% mas que en la era preindustrial, la actividad humana está en el origen de este incremento de concentración. Esta es la causa antrópica del calentamiento global. El cambio climático se debe a la modificación del flujo de intercambio de energía radiante entre la tierra y el espacio exterior. Los gases de efecto invernadero apantallan la radiación calórica infrarroja que la tierra emite para buscar su equilibrio térmico con el entorno. La energía radiante queda atrapada elevando la temperatura media de la biosfera. Todos los procesos fisicoquímicos de nuestra atmósfera, y nuestra biosfera, se ven afectados por este hecho. Somos termodinámica.
Es necesario remachar que esto es una evidencia científica, porque el hecho de que el clima de la tierra esté cambiando vertiginosamente, teniendo en cuenta sus 450 millones de años de existencia y la lentísima velocidad con la que han evolucionado en ese periodo las condiciones fisicoquímicas atmosféricas, no es una cuestión de fe. Los repetidos informes del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, en el que se integran científicos de primera talla internacional, vienen corroborando las pruebas y realizando predicciones cada vez mas certeras sobre el futuro convulso que espera a nuestro entorno próximo si seguimos saturando nuestra atmósfera con gases de efecto invernadero, como consecuencia del modelo energético y de una economía sustentada sobre patrones capitalistas.
El climatólogo de la NASA James Hansen escribió en diciembre de 2007 en The Washintong Post un artículo titulado Remember This: 350 Parts Per Million (Recuerda Esto: 350 Partes Por Millón), posteriormente junto con otros ocho científicos publicó en Open Atmospheric Science Journal el artículo Target Atmospheric CO2: Where Should Humanity Aim? (objetivo CO2 atmosférico: ¿A dónde debería apuntar la humanidad? Basándose en datos paleontológicos determina que el límite máximo de CO2 atmosférico para mantener las actuales condiciones climáticas en el planeta es de 350 ppm y que si se superan las 450 ppm la situación será irreversible.
Esta es la clave del título de este texto y del símbolo del Día Internacional de Acción Climática, 350.org.
Nos sumamos hoy día 24 a la petición a los gobiernos para que actúen decididamente con políticas que devuelvan a la atmósfera al valor de 350. Está en juego la civilización y la condición de posibilidad de millones de especies. Del 7 al 15 de diciembre se celebrará en Copenhage la Cumbre del Clima 2009 (COP 15), en ella se negociará un nuevo protocolo que sustituya al de Kyoto en 2012. Una oportunidad para evitar un cambio climático que se nos vaya de las manos. Decrecer en emisiones significa transferir capital acumulado en el sistema económico (capital de los capitalistas) a la biosfera (capital natural y capital humano), una línea de apoyo a la teoría del decrecimiento.