Andalucía: XII tesis, una propuesta de unidad popular y una especulación municipalista: el caso de Granada
Tras ver la película Interestelar, en la que la la relatividad de Einstein se vuelca a modo de ciencia ficción, filosofía y acción, me acordé que en diciembre del pasado año (2013) participé en un acto en Sevilla para rememorar el 4 de diciembre de 1977.
Ese día Andalucía se echó a la calle para constituirse como pueblo; una movilización masiva que condujo al primer Estatuto de Autonomía y consiguientemente a la articulación institucional de nuestra comunidad política.
El intento de crear un Estado (España) asimétrico y desigual, auspiciado por las élites económicas y políticas de la época, principalmente herederas del franquismo, se frustró mediante un movimiento gravitacional masivo que desplazó el punto del debate andaluz (la centralizad del tablero) hacia la lucha por la igualdad territorial.
Me acordé de eso que cuento porque uno de los símiles que utilicé para defender la necesaria confluencia política para romper con la hegemonía bipartidista y neoliberal, fue el de la deformación relativista del espacio producida como efecto de la masa.
El mismo símil sirve ahora para explicar el efecto podemos sobre el espacio político y su traducción al espacio electoral.
Imaginemos el sistema espacio político como un plano (una sábana bidimensional extendida), sobre esa sábana en dos puntos distintos se encuentran dos grandes astros atractores (PP y PSOE), dos masas gravitacionales, dos pelotas pesadas que deforman la sábana provocando curvaturas espaciales. Hay otras masas más pequeñas, otros partidos que también producen deformaciones en el espacio, pero son menores y dependientes en su órbita de desplazamiento de las dos masas principales.