miércoles, 4 de marzo de 2015

Un atrio de espaldas a la gente




El asunto del atrio de la Alhambra es uno de esos que suelen saltar en Granada en periodo electoral.

Uno de esos que tanto gustan al PP y que el PSOE, en este caso a través del Patronato del monumento, sirve en bandeja para delicia del primero.

Hemos vivido situaciones de este tipo (conceptualmente hablando) con carriles bici, el metro y su soterramiento interminablemente faraónico, caballos sobre fachada del Carmen, etc., etc., etc.

La viva muestra de dos partidos que han gobernado la ciudad (el último como una apisonadora literalmente hablando) ajenos a los verdaderos problemas de la gente que la habita. De espaldas el uno y de perfil el otro.

45 millones para el atrio, afirman que de fondos europeos, que los unos dicen imprescindible y los otros dicen que sobre su cadáver modificarán el PGOU.

¿Y la gente qué?

Tenemos que tragarnos este debate que, ni al modo de los unos, ni al modo de los otros, mejorará alguno de los problemas que sufrimos: Empleo y exclusión, desahucios e infravivienda, carencias en servicios sociales, movilidad fatídica, contaminación enfermante, espacios y zonas verdes escasas, entrega al capital y encarecimiento de los servicios públicos, basura, aguas, limpieza, y a saber qué más, la ciudad histórica entregada a la envoltura temática de celofán, la cultura de base y diversa abandonada, las escuelas infantiles escasas. ¿Sigo?

Haré un resumen: Si Granada resiste no es por ellos, los que gobiernan, es por el tesón que a diario ponen sus gentes para sortear la inacción de tan interesados gobernantes.