Uno sabe que Durán i Lleida es como ese personaje catalán de La Escopeta Nacional que pagaba la cacería para que el ministro pusiera en el BOE la obligación de instalar porteros automáticos (que se fabricaban en Cataluña).
Uno sabe eso y sabe cómo y para qué se ha construido la mitología de la hacendosa Cataluña y la vaga Andalucía, y uno sabe que Durán i Lleida ha sido uno de los sañudos propaladores de esas mentiras tópicas.
La presidenta de la Junta de Andalucía se ha hecho una foto institucional con Durán i Lleida, ese Catalán que se afincó en el Ritz frente al Congreso de los Diputados para estar más cerca de donde las papas queman.
Uno sólo acierta a pensar mal, muy mal. Durán i Lleida busca la alianza necesaria para poder defender el privilegio fiscal para Cataluña al igual que lo tienen constitucionalmente Euskadi y Navarra. Ha venido a sondear a la presidenta andaluza que más ha mentado Andalucía en vano para ver a cambio de qué puede conformarse cuando se intente fraguar un pacto de reforma constitucional entre PP - C`s y PSOE con otros agentes catalanes que reconozca la especificidad fiscal catalana.
Habremos de estar muy al loro aquí en el Sur, pues van a intentar dárnola con queso como lo intentaron allá por la segunda restauración borbónica de la transición. No los dejamos entonces, no los dejemos ahora.
No consintamos tener en Andalucía ninguna quinta columna que se reúne con quien acusó a las y los jornaleros de andar bebiéndose en las tabernas la miseria del subsidio agrario.
Alerta.
