martes, 14 de agosto de 2018

Al terror ahora lo llaman orden y seguridad


Todo fascismo llama seguridad a la construcción de terror. Sólo un gobierno que se tome en serio este asunto, actuando sobre las carencias sociales sobre las que nace y crece el huevo de la serpiente, puede frenar su crecimiento. El fascismo está aquí otra vez porque la socialdemocracia se entregó al neoliberalismo permitiendo, y actuando, desde dentro y fuera del poder que desapareciese toda seguridad vital. Llevamos años con el futuro robado. Millones de familias viven sobre el temblor de la incertidumbre ante el mañana. Y sí, nos gustaría que, quienes dicen ser de izquierdas y tienen ahora el poder del Estado, abandonasen la retórica del espectáculo para hacer que de verdad nos sintamos seguros.
Nos sentiríamos seguros sabiendo que en España no quedan, o no pueden quedar, militares para escribir manifiestos defendiendo a un dictador con cientos de miles de crímenes a sus espaldas, crímenes amparados y avalados por Hitler y Mussolini. Nos sentiríamos seguros sabiendo que en España ningún niño o niña que nazca tendrá que pasar jamás penurias debido a su condición de nacimiento. Nos sentiríamos seguros sabiendo que ninguna persona o familia se sentirá jamás desprotegida por el Estado teniendo garantizado los mínimos vitales, sanitarios, educativos y culturales para una vida digna.
Nos sentiríamos seguros si estuviésemos seguros de que al jubilarnos podremos vivir dignamente hasta la muerte. Seguros nos sentiríamos si cualquier joven pudiese estar seguro de que el Estado no lo abandonaría a su suerte o a la emigración. Nos sentiríamos seguros si al enfermar supiésemos que un sistema sanitario nos trataría igual que a todo el mundo con independencia de si podemos pagar o no. Nos sentiríamos seguros si el acceso a la educación superior y la cultura no entendiesen de clases sociales o estatus políticos.
Nos sentiríamos seguros si queriendo trabajar pudiésemos hacerlo en ausencia de explotación horaria y con un salario justo. Nos sentiríamos seguros si las mujeres pudieran sentirse libres y seguras. Nos sentiríamos seguros si tuviésemos una justicia que no dependiese ni de las particulares ideologías ni de las particulares economías.
Nos sentiríamos seguros si supiésemos que nunca careceríamos de un hogar. Seguros estaríamos si la corrupción fuera anécdota y no substancia de gobiernos. Si al respirar supiésemos que el aire es limpio estaríamos bastante seguros. Nos sentiríamos seguros sabiendo que la calle de nuestros vecindarios están sanas y vivas sin que el cáncer del consumo se acumule sobre los millones de metros cuadrados de megasuperficies comerciales en manos de cuatro gatos con exceso de capital y poder.
Y estaríamos aún más seguros sabiendo que las barreras que garantizan nuestra seguridad están situadas en la protección de las diferencias, la pluralidad, la creatividad artística, los animales y la naturaleza. Pero el fascismo que ha despertado por boca de los nuevos viejos que son Casado y Rivera quiere que nuestra seguridad dependa de que haya o no un mantero en la calle principal, un negro saltando una valla cuajada de bisturíes, una africana aplastada en el fondo de un cascarón de madera en el Mediterráneo, un niño muerto sobre la arena de un mar de Europa o, disculpen las molestias, un catalán que cuelgue un lazo amarillo de la solapa.

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martes, 7 de agosto de 2018

Apunte para una idea ecologista del concepto pueblo


Desvincular democracia de territorio es justo los que busca el neoliberalismo para liquidar el Estado social. Bien con las armas de guerra, bien con las armas económicas. Así, el neoliberalismo sería un estadio del capitalismo avanzado que tras desvincular la economía de la naturaleza creciendo contra sus límites pretende desvincularse también de cualquier límite democrático.

La globalización es pura libertad de capitales. Libre circulación de mercancías y capital en propiedad de un puñado de transnacionales, y reclusión dentro de muros y fronteras de las poblaciones mediante el fortalecimiento del Estado policial.

De este modo, las consecuencias directas del neoliberalismo son las demandas democráticas de soberanía por un lado, y el repliegue fronterizo fascista por el otro. Esta es la polarización de los tiempos que ya están aquí. Así, la forma más radical de defender la democracia en la actualidad es la de construir vínculos de proximidad entre entidades político/culturales autoreconocidas y reconocibles, ya municipales, ya comarcales, ya nacionales/regionales con Estado o sin Estado.

Quienes arguyen contra las demandas de soberanía de los pueblos y ciudades que no quieren más fronteras dicen la verdad, no quieren fronteras para la fuerza bélica del capital, pero las adoran, como se está demostrando estos días para liquidar la democracia. Ese es el sentido del discurso fascistoide de Ribera & Casado cuando hablan de reforzar y proteger las fronteras externas. Son iguales que Trump, que el sionismo del estado israelí o que Salvini. Nos quieren recluidos y desvinculados, nos quieren en la dialéctica dentro/fuera en lugar de en la dialéctica fascismo/democracia.

La noción de la ecología más próxima a la noción pueblo que se me ocurre es la de ecosistema. Así un pueblo político/cultural no sería un conjunto mayor o menor de personas que han nacido o viven en un lugar y comparten costumbre y cultura (con lengua o sin lengua propia), si no, al igual que un ecosistema, un conjunto de relaciones que lo autosustentan y que permiten los intercambios de materia, energía y (en el caso de pueblo) cultura con el medio ambiente externo.

De este modo podríamos concebir la noción de pueblo no como la de algo que se sostiene sobre fronteras, si no, como en la naturaleza, la que se sostiene sobre vínculos de supervivencia, de solidaridad. Por tanto, la soberanía no habría de construirse sobre reforzamiento alguno de fronteras, si no sobre el afianzamiento de los vínculos teniendo en cuenta los límites biofísicos (en la naturaleza solo biofísicos o, si se quiere, quimicofísicos) y las imposiciones de equidad de la justicia democrática.


viernes, 3 de agosto de 2018

¿Para cuándo la activación de la bilateralidad entre el Gobierno de España y Andalucía?


El artículo 183 del Estatut de Cataluña es literalmente idéntico al artículo 220 de Estatuto de Andalucía. Los dos artículos crean y regulan la Comisión Bilateral entre el Estado y el Gobierno de las respectivas comunidades Autónomas.
El miércoles se reunió la comisión bilateral Estado-Generalitat, hacía siete años desde su última cita, en julio de 2011. Tras la reunión que intentaba deshelar las relaciones Generalita–Gobierno de España, la noticia de alcance es la absoluta falta de acuerdo (aparente) en relación al derecho a decidir que demanda el 80% del electorado catalán y en relación a la situación los presos catalanes en virtud de sus encarcelamientos jurídico/político.
Los temas tratados fueron muchos más: inversiones del Estado, fiscalidad, transferencias, infraestructuras, asuntos en el Tribunal Constitucional que bloquean la autonomía catalana, creación de todas las subcomisiones previstas en las competencias que el artículo 183 determina y que alcanzan la práctica totalidad de los temas que conciernen a la ciudadanía catalana.
El artículo 220 del Estatuto de Andalucía es el mismo que artículo 183 del Estatut catalán. La comisión bilateral Gobierno de España – Gobierno de Andalucía igualmente no se reúne desde septiembre de 2011. Tampoco ha sido demandada nunca desde entonces por los sucesivos gobiernos de la Junta de Andalucía, ni de Griñán ni de Díaz.
Es verdad que la etapa Rajoy ha sido una etapa negra en la que se ha tratado de acumular poder en el gobierno central para entregarlo a la Europa neoliberal o al capital que domina la economía global, especulativa o no. Se promulgaban leyes centralizantes enarbolando el patriotismo de bandera para entregar la soberanía de las comunidades autónomas al neoliberalismo europeo capitaneado por Merkel o al capitalismo global representado en el FMI de Lagarde.
La centralización del poder de la etapa Rajoy perseguía ahondar en el expolio de servicios públicos, de rentas de trabajo y de recursos financieros públicos entregando el dinero de la patria al poder del dinero sin patria. Esa es ahora la verdadera y única intención de los patriotas españoles Rivera & Casado.
Los problemas visibles de la ciudadanía andaluza son el paro, la precariedad laboral, la nueva emigración de decenas de miles de jóvenes cualificados y la pobreza extendida, todo ello aderezado con el deterioro galopante de los servicios públicos, desde la sanidad y la educación pasando por los servicios sociales y la dependencia, hasta el transporte público o los problemas ambientales con incidencia en la salud y el territorio. La cuantificación de los indicadores de estos problemas sitúan a Andalucía como uno de los territorios con más desigualdad y desequlibrios de Europa.
Ante esta situación, el gobierno de la Junta de Andalucía se ha conformado durante la etapa Rajoy, al que ha sostenido a través de la posición de la presidenta Díaz contraria a sacarlo de la Moncloa hasta que la sentencia Gürtel lo hizo inevitable, con ser una oficina del gobierno central sin presentar batalla política real para mejorar la vida de las y los andaluces durante todos estos años de calvario.
Más al contrario, el PSOE andaluz y la presidenta Díaz se convirtieron en baluarte defensivo contra las legítimas demandas soberanistas de Catalúña después de que en 2010 el Constitucional liquidara de facto el Estatut que había sido consensuado en el Parlament, aprobado en el Congreso y refrendado por el pueblo catalán.
Sólo en los últimos meses tras lograr un acuerdo de propuesta de financiación con todos los grupos políticos menos Ciudadanos, en el que tuvo mucho que ver Podemos Andalucía, planteó la exigencia de convocar al órgano multilateral Consejo de Política Fiscal y Financiera para abordar un cambio en el modelo de financiación del que Andalucía podría mejorar en 4.500 millones de euros.
Este acuerdo y esta exigencia, con Sánchez en Moncloa y la exconsejera de Hacienda de la Junta, María Jesús Montero, ahora ministra de Hacienda del gobierno de España, ha decaído hasta extremos rotundos. La presidenta Díaz se reunió con el presidente Sánchez y volvió a Andalucia con promesas vagas y unas manos vacía llamadas 500 millones de euros que, en realidad, ya estaban comprometidos desde el Gobierno Rajoy. Miseria para Andalucía a cambio de una subordinación institucional a la que quieren llamar lealtad una y otra vez.
En Moncloa ya no está Rajoy, Sánchez comienza a hablar bilateralmente con Cataluña. ¿Por qué no se exige ya la activación de la Comisión Bilateral que establece nuestro Estatuto? ¿Acaso los problemas de la ciudadanía andaluza son menores que los de la catalana? Infraestructuras pendientes, inversiones pendientes, defensa de intereses del campo andaluz ante Europa y el mundo, legislación estatal que mantiene al mundo del trabajo andaluz en paro, en precario o en la pobreza, infraestructuras energéticas, impuesto al sol y balance neto, recursos ante el TC, déficit de financiación, deuda del la hacienda pública estatal por incumplimiento histórico de la Disposición Adicional Tercera del Estatuto y un largo etcétera de razones para que un gobierno andaluz decida de verdad defender la vida y la felicidad de la ciudadanía andaluza.
Necesitamos un gobierno andaluz que se plantee como objetivo sacarnos de la condición de sirvienta de España, tierra de expolio de capital, recursos humanos y materiales. Para ello debe dejar de ser un departamento del gobierno central al servicio de intereses ajenos y plantar cara políticamente para que Andalucía sea como la que más.

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martes, 31 de julio de 2018

El patriarcado judicial español se llama nacionalcatolicismo


En la raíz nacionalcatólica de la justicia española está su imponente sesgo patriarcal. La connivencia ideológica de demasiados sermones y demasiadas sentencias que atentan contra los derechos de las mujeres, estén protegidos por leyes o no, es en España demasiado aplastante. La justicia española pareciera que es la tesorera del franquismo en lo que a las mujeres se refiere, pero no sólo. Si no se percibe esto es imposible actuar en defensa de la razón democrática, en defensa de los derechos de las mujeres.
El Estado español parece intervenido por el pilar ideológico nacionalcatólico que sustenta el particular patriarcado español. El asunto, grave, no es ni circunstancial ni superficial. Son demasiadas sentencias contra las mujeres, son demasiados sermones judiciales justificándolas. Consiguientemente no se puede afrontar con exclusivas medidas educativas a los jueces y fiscales, ni mucho menos sólo con modificaciones restrictivas de leyes y penas por determinados delitos.
No es con cursillos y retórica legal como se saldrá de esta situación. Sabido es que muchos jueces hacen lo que les parece y siempre encuentran un argumento para justificar lo que han decidido hacer. Los espeluznantes ejemplo recientes como el de la manada lo demuestran.
A menos que se democratice la forma de acceso a la carrera judicial y la forma en que actúa el poder judicial, a menos que cada juez o jueza sienta que existe un control democrático con consecuencias sobre su carrera o salario, en sus dilaciones, acelerones, actos de escamoteo, trato desigual, ignorancia de preceptos o procedimientos legales y resoluciones, no habrá forma de que esto cambie.
No es, insistiré, una cuestión de formación en perspectiva de género, que también, no se trata de ensanchar penas. No es la pintura del edificio del poder judicial lo que hay que cambiar, son sus cimientos y sus estructuras de poder bunkerizadas desde hace decenios.
Hay una conexión fuerte entre la sentencia de la manada, la de Juana Rivas y la de tantas otras sentencias y actuaciones judiciales, incluidos los procesos a titiriteros, sindicalistas, músicos, actores, cantantes, raperos, periodistas, jóvenes vascos, independentistas catalanes y, en general, delincuentes pobres.
Esa conexión ideológica en España se llama nacionalcatolicismo. Es la forma particular del patriarcado judicial español. Es esa ideología extendida en el mundo de la judicatura y la fiscalía, aunque lo nieguen, que trata con dureza a los débiles y con consideración a los fuertes. Es la causa de que el trato judicial sea exquisito con todo lo que tenga que ver con el núcleo duro del poder en España.
Eso que algunos y algunas están llamando Brigada Aranzadi es algo más que una brigada, es un sistema dispuesto a impedir el progreso y a dificultar la aplicación de los derechos humanos en España. Las sentencias sañudas como la de Juana Rivas no pueden comprenderse exclusivamente como un caso aislado de un juez especialmente insensible, claramente beligerante con el feminismo, y con una trayectoria de sentencias extrañas; es un problema relacionado con la intensa adscripción ideológica ultra de la judicatura y la fiscalía españolas.
El machismo quiere desviar el centro del debate sobre la infamia cometida contra Juan Rivas a aspectos de asesoría jurídica y legalidad vigente, hacia la necesidad de cursillos a jueces. Es una trampa. El asunto es una cuestión esencialmente política. El asunto es que la justicia española hoy se ensaña contra Juana Rivas, antesdeayer desprecia a la chica víctima de la manada y antes comprende, exonera, dilata o no abre causas contra una infinidad de infamias que se están cometiendo contra lo público o contra la humanidad por el guante blanco.
No, no es una nueva capa de pintura lo que se necesita en la justicia y el poder judicial español. Es preciso que, como para el ejercicio de la medicina ocurre con el MIR, cualquier estudiante de derecho pueda llegar a ser juez en igualdad de oportunidades que los ricos, los poderosos o los pertenecientes a familias de ralea judicial.
Es preciso que sobre el poder judicial, y éste sobre los jueces, se ejerza un verdadero control democrático social que impida actuaciones como las de los jueces de la manada o de Juana Rivas o que actuaciones de ese tipo tengan consecuencias sobre su carrera profesional. El juez de Juana Rivas no debería jamás volver a juzgar asuntos de mujeres, eso como mínimo.

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viernes, 27 de julio de 2018

Centralismo echeniquista frente a la inteligencia colectiva andaluza


El debate nominal sobre Adelante Andalucía no es baladí, esconde un diálogo clave sobre quién manda aquí y sobre si Andalucía toma una posición de vanguardia o subalterna en los grandes debates del Estado. Si es subalterna ya sabemos lo que nos toca, seguir con los diferenciales de paro, pobreca, precariedad y desigualdad más altos.
El hecho de que el debate trascienda Andalucía y esté presente en todos los medios de comunicación, andaluces y españoles, y que al opositor al nombre, Pablo Echenique, responsable de organización de Podemos, se le pregunte constantemente estos días sobre cómo va el desacuerdo con Teresa Rodríguez, en vez de ser malo, es muy bueno.
Habrá que agradecerle a Echenique su falta de conocimiento sobre la forma en que el ecosistema político y cultural andaluz vota según las decisiones afecten a todo lo español o al todo andaluz. No creo que Echenique dude de la lealtad andaluza para intentar provocar un cambio de calado en Andalucía, imprescindible para que su opción crezca o gane en España. La voluntad de poder es algo inherente en política.
La voluntad de poder del centralismo echeniquista va a ser vencida por el poder de la voluntad de Andalucía, simbolizado en las tres clarísimas victorias internas que Teresa Rodríguez ha logrado aquí contra todo ismo que se le haya puesto por delante. Teresa Rodríguez ha puesto siempre por delante a Andalucía.
Salvo insistencia en la torpeza centralista, Adelante Andalucía será la marca de referencia de un proyecto de cambio andaluz, el tamaño de las siglas que la acompañen es absolutamente irrelevante. Como se está demostrando en numerosos procesos electorales recientes, la existencia de un sustrato electoral concreto que empuja el cambio, bien generacionalmente, bien porque las causas estructurales del malestar social se están manteniendo no ya con el gobierno Díaz, que ha convertido el Gobierno de la Junta en una oficina del Ejecutivo central, sino también con el Gobierno de Pedro Sánchez, que tras la fase espectáculo se muestra incapaz de abordar reformas de fondo y de desencasquillar el conflicto con Cataluña.
Adelante Andalucía es una marca populista andaluza, en el mejor de los sentidos de esa doble adjetivación. Es una marca innovadora, transversal, representativa de un sentir andaluz e inclusiva, además soportada por liderazgos personales de simbología fuerte en Podemos Andalucía, en la izquierda andaluza y en el andalucismo.
Es mucho más potente que las denominaciones partidistas que, por cierto, envejecen a la misma velocidad en que estamos viviendo la política de los acontecimientos. Adelante Andalucía simboliza así el poder de la voluntad andaluza contra la voluntad de poder ajeno a la que está sometida nuestra tierra. ¡Adelante Andalucía!

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martes, 24 de julio de 2018

Andalucía tiene que cantar como María Jiménez: ¡Se acabó!


Entramos como venimos, a velocidad de vértigo, en un nuevo ciclo electoral que abrirá Andalucía con elecciones anticipadas o sin elecciones anticipadas. La crisis de régimen destapada por el 15M se ha saldado en el terreno del cuerpo electoral con una repolitización de las generaciones que no sufrieron las consecuencias directas del franquismo. En el terreno de lo político, con la liquidación en primarias internas de los referentes simbólicos del bipartidismo, Díaz por el PSOE con la victoria del Sánchez del ‘No es no’ y Rajoy, con la victoria de Casado y su ‘pacto de perdedores’.
La crisis del régimen democrático español del 78 está provocada por una crisis de calado, la crisis del capitalismo global y su estrategia neoliberal de destrucción del poder democrático de los Estados. Es una crisis ecológica que se manifiesta en disfunciones estructurales y problemas metabólicos severos. El crecimiento del sistema productivo real frenado por la escasez, especulación y subida de precios de materias primas, así como por la destrucción sistemática de las condiciones de posibilidad de la vida sobre el planeta, se trasladó a la economía financiera usurpando el futuro de las mayorías.
Los límites materiales del crecimiento de la economía productiva desplazaron el capital a la economía de la ficción financiera. Es el motivo del estallido de la crisis en 2007. A partir de ahí, en una nueva huida hacia adelante, los poderes financieros que tienen nombres y apellidos, pusieron sus objetivos de crecimiento en la extracción de plusvalía de los derechos sociales y laborales y en la privatización y control de los servicios públicos. El objetivo a liquidar es la democracia y para ello nada mejor que centralizar el poder.
Las reformas laborales, la tímida de Zapatero y la dura de Mariano Rajoy, expoliaron rentas del trabajo para convertirlas en rentas del capital, empobreciendo masivamente a la población. A un tiempo los servicios públicos que resisten, políticas de igualdad, dependencia, salud, ciencia, universidades y educación sufrieron recortes con el fin de salvar y pagar la deuda de la banca.
Los ayuntamientos han sido intervenidos y chantajeados con la promulgación de entramados legales que les impiden actuar con autonomía financiera, al igual que las comunidades autónomas. Las comunicaciones, la electricidad y los combustibles en manos de empresas públicas con beneficios ya habían sido privatizadas por el bipartidismo bastante antes antes de 2007, en el siglo pasado. Lo que quedaba de banca pública en las cajas de ahorro fue liquidado a partir de 2007 en un proceso acelerado de privatización del sistema bancario español sin precedentes, con la excusa de salvarlos de la quiebra y así salvar a una sociedad que vivía trágicamente el paro, la emigración y los desahucios envueltos en el papel estraza de la pobreza sobrevenida.
Todo lo descrito se ha hecho desde el poder central, centralizado y centralista. Un poder que electoralmente se construye dando más valor al voto de provincias con baja densidad de población que al de provincias con media o alta densidad de población. Un sistema que otorga más peso a la España vacía que a la España poblada. Un sistema hecho a propósito para que la España progresista de los derechos y la felicidad quede permanentemente frenada por la España de las banderas y los balcones.
Todo este desastre bien conocido ha sido posible en España porque en 2011, vivo el bipartidismo, la alternativa al Zapatero que reformó el artículo 135 de la Constitución Española era exclusivamente Rajoy. Aquella mayoría absoluta real de la derecha se ha mantenido de manera ficticia hasta la promulgación de la durísima sentencia Gürtel que ha forzado al PSOE, ya de Sánchez, a desligarse de la corrupción sistemática del Partido Popular.

Nueva fase electoral

En la nueva fase que abrirá electoralmente Andalucía vamos a vivir una distensión sobre los recortes permitida por la Alemania de Merkel que tiene que acumular alianzas ante la confrontación directa con el Trump de América (EE.UU) primero, la Teresa May del bréxit o el fascismo transparente de Salvini. Esa distensión ya se ha iniciado elevando el techo de déficit para 2019 y cediendo ante las demandas de los ayuntamientos de poder reinvertir sus superávit de caja. Sobre esa distensión es sobre la que el PSOE va a intentar construir su proyecto electoral para 2020.
Sin embargo, el daño ocasionado a la sociedad española por la etapa Rajoy y por la pasividad del PSOE, que no quiso tras las elecciones generales de diciembre de 2015 entenderse con Podemos para formar un gobierno conjunto de cambio y prefirió guiñar el ojo derecho a Ciudadanos, no se va a reparar con la distensión presupuestaria. Son precisas reformas legislativas estructurales que recuperen y avancen derechos democráticos, laborales, sociales y ambientales.
Tras la toma de posesión de Sánchez y su gobierno en un ambiente de política espectáculo no parece que Sánchez pueda o quiera caminar la senda de la consolidación de una España verdaderamente democrática. Ante la inmoderación de la derecha de Rivera y Casado, me temo que Sánchez nos querrá hacer confundir temor, timidez o claramente atadura a los poderes fácticos con moderación, en un momento en el que lo que se necesita es audacia.
Si la fase que inaugurara el 15M ha sido una fase de repolitización que ha tenido que ser amortiguada por los poderes fácticos con la traslación de un Ciutadans catalán a un Ciudadanos español, está nueva fase que abre Andalucía va a ser la fase de la reideologización. Ciudadanos y el PP ya la han comenzado reforzando los tradicionales elementos simbólicos de una España que no admite la pluralidad porque la visión unilateral y centralista es la que permite al capital sostener y avanzar en su batalla contra la democracia.
España no puede ser democrática, no puede avanzar por la senda democrática si todo el poder se concentra en un punto. Si la crisis ha sido dura, más dura ha sido en Andalucía, nuestra dependencia de las decisiones neoliberales tomadas por los gobiernos centrales ya del PSOE, ya del PP; es la causa de nuestros diferenciales de paro y desigualdad. Si en algún lugar se necesitan cambios estructurales ese es Andalucía.
A la vista de como se están configurando las opciones electorales para las próximas autonómicas, adelantadas o no, se percibe que Ciudadanos y el Partido Popular van a poner delante a España, no a las y los españoles, como proyecto andaluz contra las demandas catalanas de soberanía y en defensa de las élites nacionalistas españolas que controlan las concesiones del BOE, importándoles bien poco las necesidades de las y los andaluces.
En este escenario por la derecha, el proyecto de Susana Díaz parece pasar por aprovechar la ligera distensión presupuestaria de la que hemos hablado para crear la ilusión óptica de que Andalucía mejora mientras mantiene a la Junta de Andalucía como una oficina al servicio del gobierno central.
En esta fase es absolutamente imprescindible la presentación a las elecciones de un proyecto transversal y democrático, republicano y andaluz federalizante y federalizable, que demande soberanía propia para articular un futuro mejor para las y los andaluces, un proyecto que ponga por adelante a Andalucía para romper con la dependencia externa que nos condena a ser periferia de Europa sin capacidad de influencia en las decisiones que nos afectan. No estamos hablando de fronteras, hablamos de romper con los límites políticos que constriñen a Andalucía a ser la sirvienta de España.
Bien estaría que cantásemos como María Jiménez: ¡Se acabó!

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viernes, 6 de julio de 2018

El qué, el cómo y con quién de Podemos Andalucía


Raro sería que las personas inscritas en Podemos Andalucía no compartiesen las propuestas para mejorar la vida de las y los andaluces, ya venga de Podemos Andalucía, de Podemos en Andalucía, o de Podemos en Australia. Raro sería dilucidar entre quienes hacen ahínco en defender Podemos en Andalucía y quienes lo hacen en demandar más soberanía de Podemos Andalucía por la bondad de su programa de gobierno. Desde luego habrá matices, incluso prioridades electivas, pero en lo fundamental la pulsión de cambio que representa el movimiento de Podemos, se llame como se llame y esté donde esté, se construye sobre la democracia, los derechos humanos, y contra quienes quieren, y en eso están, destruirla.
Raro sería que una opción defendiese las renovables y otra la energía nuclear, raro sería que una opción quisiese privatizar servicios públicos y la otra recuperar lo público. Raro sería que alguna de las dos opciones, la de Teresa Rodríguez o la de Isabel Franco, quisiese para Andalucía un modelo económico susanista y neoliberal, ese modelo que insiste en la desigualdad estructural e injusto en lo social, lo ambiental y en igualdad de género. No es raro, es imposible.
No, no se trata en este proceso de primarias para las elecciones autonómicas andaluzas de dilucidar entre el programa de la candidata Teresa Rodríguez y el de la candidata Isabel Franco. Se trata de ver quien decide no el qué, sino el cómo y el quién. Es clave porque el cómo y el quién decide sobre Andalucía. El quién es nuestra más trágica debilidad desde que ganamos la plena autonomía. El cuándo nunca llega porque el voto andaluz se ha usado en Madrid para negociar cosas de fuera de Andalucía.
No, no se trata desde luego de ver quién tiene la bandera andaluza más grande, si no de ver quien representa lo que la bandera significa con más determinación, con más libertad frente a decisiones externas y con más audacia. Imaginaos que la ley permitiese que la comunidad de propietarios pudiese entrar en vuestro cuarto de baño, no sólo a reparar la bajante general, sino además a cambiar el color de los azulejos o comprar el champú a su antojo sin tener en cuenta las características capilares de vuestra familia.
Eso es lo que las y los andaluces debemos dejar ya de consentir. Lo que nos afecta y quienes nos representan debe ser elegido aquí y desde los distintos “aquís” de aquí. Es lo que en estas primarias se está decidiendo en Podemos Andalucía, si las candidaturas las van a hacer desde la central a su antojo y querencias, en virtud de equilibrios de poder de otros lugares o las hacemos aquí, según nuestras prioridades. Si el programa va a ser federal dentro de un proyecto plurinacional o va a ser federal con Andalucía sirvienta de España.
En un momento en que las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina, si no ya saliendo del portal de al lado, dilapidar el proyecto de Podemos Andalucía representado por Teresa Rodríguez, debilitando lo que defiende, Adelante Andalucía, y consiguientemente su liderazgo, es liquidar por lustros la posibilidad de cambio en Andalucía. O sea despedir a Podemos de lograr un proyecto hegemónico de España. A ver cómo se comporta esta vez la inteligencia colectiva.

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viernes, 29 de junio de 2018

Te queda mucha Andalucía que zapatear, Monedero


Tardaron muy poco los liderazgos estatales de Podemos, surgidos en Madrid, con aquel emocionante impulso inicial previo que se coló por las grietas que el 15M hizo visibles en el régimen del 78, en chocar con la realidad plurinacional de España.
Bastó pasar de las elecciones europeas de 2015 al acelerado ciclo electoral propio para comprobar que era imprescindible introducir la perspectiva política territorial en una España que, para ser democrática, no puede ser impuesta como UNA.
La inteligencia individual que caracteriza a esos liderazgos a los que me refiero, con Pablo Iglesias indiscutiblemente al frente, ha sido sostenida por lo que podríamos llamar inteligencia colectiva de las bases de Podemos, como se ha demostrado en los distintos y múltiples procesos electivos y decisorios. Tanto por arriba, como por abajo, la cuestión de la plurinacionalidad de España en Podemos ha sido, no solo compartida, sino cada vez mejor defendida.
Sin embargo, están tardando un poco más esos liderazgos en introducir la variable andaluza en esa España plurinacional, la única variable que puede generar un proyecto democrático común ante Europa y el mundo. Se nota cuando vienen a Andalucía. Le pasó a Monedero el otro día, como refleja la entrevista que le hizo el periodista Raúl Solís y que se ha publicado en lavozdesur.es con el titular Podemos Andalucía puede profundizar mucho más en términos democráticos. No lo digo por lo que dijo, sino más bien por lo que no dijo.
Le puede pasar a Echenique cuando llegue este próximo 1 de julio a Sevilla con la excusa de hablar de municipalismo en convocatoria realizada a espaldas de la dirección andaluza. En sí, ya este último hecho es una falta de respeto a Andalucía. Se parece, a la inversa, a las formas en que Díaz y Sánchez se relacionaban antes de que la primera fuese derrotada en aquellas primarias del ave fénit.
Recuerdo que aquí en Andalucía las bases de Podemos han apoyado masivamente el proyecto de Podemos en España encabezado por Pablo Iglesias, como afirma Monedero, al tiempo que han apoyado masivamente, al menos en tres ocasiones, el proyecto de Podemos Andalucía encabezado por Teresa Rodríguez. Todo un síntoma de inteligencia colectiva que habría de ser tenido en cuenta para forzar la cooperación y la lealtad de los órganos centrales respecto de la dirección andaluza. Por ser más claro, las opciones defendidas desde afuera para Andalucía se han estrellado aquí tres veces contra los proyectos defendidos por Teresa Rodríguez. Entre ellas, la de un Podemos Andalucía y no un Podemos en Andalucía.
Las declaraciones de Monedero, y no me refiero al titular, denotan una incomprensión profunda de lo andaluz. No se puede ganar, mucho menos desde posiciones de izquierdas o progresistas, España sin Andalucía, y, tal y como comprendió el PSOE de la transición, no se puede tratar a Andalucía como si fuese España, porque de ser, es justo al revés, España es Andalucía.
Andalucía es sujeto político autoconstituido desde el 4 de diciembre de 1977 y nacionalidad histórica constitucionalmente reconocida desde el 28 de febrero de 1980. Andalucía es, por sí, como la que más. Es la irrupción del pueblo andaluz en el proceso constituyente lo que define el actual Estado de las Autonomías frente a las pretensiones centralistas con concesiones a Cataluña, Galicia y Euskadi.
Lo que subyace en las formas y fondo con que Monedero interviene en Andalucía es una concepción de Andalucía como propiedad de España, consciente o no. Monedero debería saber que España, no digamos ya culturalmente, no es nada sin Andalucía. Esto es lo que sabemos aquí, y esto es lo que entiendo que pone en valor la estrategia Adelante Andalucía para catapultar un proyecto autóctono y ganador. Un proyecto que multiplique en el momento actual de fuerte contradicción institucional entre el PSOE de Díaz y el PSOE de Sánchez
Adelante Andalucía es un proyecto político propio, no partidista, partidario de Andalucía, la única nación (o comunidad política, como prefieran) que construye su autonomía sobre la demanda de justicia y equidad universal. No para ser más que las demás, sino para ser como la que más. No olvidemos esta esencial diferencia respecto de los nacionalismos español, catalán y vasco.
Lo esencial de lo andaluz es el mestizaje, como lo demuestra nuestra más universal manifestación cultural, el flamenco. Pero lo esencial de lo político andaluz es la demanda de justicia social y equidad. ¿Tiene algo que temer Podemos de esas dos esencias? Está claro que contra la centralización del poder que promueve el neoliberalismo para liquidar la democracia y dominar a los agentes territorializados, se están planteando dos alternativas. La totalitaria de los nuestros primero, Trump o Salvini como ejemplos, o la democrática que demanda soberanías propias y compartidas libremente pactadas; o sea, el federalismo.
Otra cosa son las batallitas internas que ningún bien hacen a la gente, al cambio en España y en Andalucía que sólo busquen el ‘quítate tu para ponerme yo’. Andalucía será aliada del cambio si se respeta su soberanía, si eso no ocurre desde Podemos, el espacio andaluz lo mantendrá el PSOE de Díaz o Sánchez o, aun peor, el españolismo de Ciudadanos y el PP.
Andalucía es generosa, solidaria y cooperativa, lo debería saber Juan Carlos Monedero, por eso nos gustaría que la llevase en el corazón. No, no se trata de montar un partido ajeno a Podemos, eso no se ve por ningún sitio, sería una catástrofe para el cambio en Andalucía y en España. Preferimos una Andalucía en Monedero que un Monedero en Andalucía.

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jueves, 21 de junio de 2018

El primer problema serio de Susana Díaz con Pedro Sánchez


El recién estrenado presidente Pedro Sánchez acaba de lanzar, queriendo o sin querer, calculado o no, acordado con la ministra Montero o no, un misil político contra la estrategia de la presidenta andaluza Susana Díaz. Una estrategia que Díaz había diseñado en Andalucía pensando en el Gobierno de Mariano Rajoy para llegar a las elecciones autonómicas enarbolando su habitual ‘Andalucía soy yo’.
Para ello su exconsejera de Hacienda y ahora ministra, María Jesús Montero, le había servido en bandeja de plata un logro de primer nivel, un acuerdo con PP, Podemos e IU de una propuesta de reforma de financiación autonómica, muy trabajada por la economista Carmen Lizárraga, parlamentaria de Podemos Andalucía, y con la idea de presentarlo ante el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del que sólo se había desmarcado el españolismo anti-autonómico de Ciudadanos. Este órgano fue creado por ley en 1980 para la negociación multilateral en materia financiera y fiscal de todas las autonomías con el Gobierno central. Su último acuerdo caducó en 2014 y el gobierno del PP se resistía a convocarlo, con el ministro Montoro al frente. Esta negativa permitía a Díaz y su consejera Montero enarbolar la bandera de la defensa de Andalucía contra la derecha representada por el Partido Popular.
El acuerdo andaluz exigía la convocatoria urgente del CPFF para llevar una propuesta votada a favor por 101 de los 109 parlamentarios y parlamentarias andaluces. La propuesta propone, entre otras cosas, aumentar la financiación en 16.000 millones de euros de los cuales 4.000 serían para Andalucía.
Las declaraciones de Sánchez, anunciando que la reforma de la financiación autonómica no se abordará en estos dos años de legislatura, que pretende culminar, disparan las alarmas en San Telmo. La bandera de Andalucía, a la que se había agarrado Díaz tras su derrota frente a Sánchez, ha sufrido el primer girón. La oposición que había firmado el acuerdo no ha tardado es levantar públicamente la contradicción y exigir a Díaz que exija a Sánchez lo que antes exigía a Rajoy. El cambio de Montoro por Montero no puede quedar en un cambio de letra para Andalucía.
Díaz está obligada a reclamar a Sánchez la convocatoria del CPFF para abordar la reforma de la financiación autonómica. El nuevo consejero de Hacienda, Ramírez de Arellano, ya ha hecho declaraciones en este sentido. Susana Díaz tiene el primer problema gordo con Sánchez, Andalucía también.
Es posible que el presidente del Gobierno rectifique o intente compensar en algún sentido. Urge, porque el movimiento que ha hecho en el terreno de juego político, posiblemente para intentar desplazar el balón de Cataluña desde la reclamación de votar hasta la mejora en su financiación en una negociación bilateral, puede afectarle a él electoralmente. Ha abierto un espacio de juego a la oposición andaluza que pactó la propuesta con el PSOE de Andalucía por un lado, y a Ciudadanos por otro, pues andará vigilante con los guiños que Sánchez pueda hacer al Gobierno catalán para acusarlo de trato desigual. Si Sánchez olvida Andalucía Andalucía puede olvidar al PSOE. Sí Andalucía olvida al PSOE, Sánchez puede olvidarse de ganar las elecciones de 2020. Defender una España federal es defender la multilateralidad.

PUBLICADO EN LAVOZDELSUR.ES

lunes, 4 de junio de 2018

Ni se puede gobernar contra Cataluña ni se puede ganar sin Andalucía


Con el éxito de la moción de censura de Pedro Sánchez, la tercera y cuarta economía de la eurozona, Italia y España, que sumadas tienen un PIB ligeramente inferior al de Alemania y superior al de Francia, van a formar gobiernos que tienen en la política monetaria que promulga el BCE, dirigido por el capitalismo alemán, una limitación fáctica a sus compromisos electorales. Son gobiernos que no son del agrado de Merkel.
Los diferenciará una cuestión fundamental, uno es europeista, el español, y el otro euroescéptico, el italiano. Si Merkel no afloja la cuerda del límite de deuda y el Banco Central Europeo no facilita políticas que reduzcan la desigualdad, la confrontación con Alemania desde el sur se hará inevitable y será poderosa, poniendo en cuestión al mismísimo euro y debilitando la economía alemana a extremos imprevisibles en un momento en que Donald Trump recupera políticas proteccionistas poniendo por delante su potencia militar en el mundo.
En este contexto europeo y mundial llega a España un gobierno al que lo más feroz de la derecha española (representada por PP y Ciudadanos) ha llamado Frankestein, por nacer del apoyo parlamentario a la moción de censura de Pedro Sánchez de siete fuerzas políticas con representación parlamentaria: PSOE, UP —que a su vez lo componen Podemos, IU, En marea y En común Podem—, Compromís, ERC, PDCAT, PNV y Bildu.
Lejos de ser una debilidad que los 84 diputados del PSOE puedan gobernar en un hemiciclo de 350 escaños, la fortaleza está en lo que une a estos diputados con los otros que han apoyado la moción de censura, que no es otra cosa que la necesidad imperiosa de superar la etapa de Mariano Rajoy, demandada por el electorado del PSOE, Unidos Podemos y Compromís por motivos más sociales que territoriales, y por el electorado del resto de partidos nacionalistas catalanes y vascos por motivos más territoriales que sociales.
La fortaleza de un gobierno en solitario de Sánchez se mantendrá mientras vaya olvidando, con acción política y Boletín Oficial del Estado (BOE), su pasado de flirteo con Ciudadanos, con el artículo 155 y con la modificación del 135 de la Constitución Española. Puede hacerlo porque ganó las primarias contra Susana Díaz prometiendo todo esto. Si esto ocurre, Pedro Sánchez podrá mantener el Gobierno, agotar lo que queda de legislatura resistiendo la agresividad implacable con la que van actuar el Partido Popular y Ciudadanos.
Lo más difícil no será agotar la legislatura, sino mantener al menos el espacio electoral con que ahora cuenta en unas elecciones generales en 2020. Y es que, desde este punto de vista, su principal problema está en Andalucía. Su victoria ha debilitado a la presidenta andaluza Susana Díaz, más de lo que ya estaba.
Su victoria ha liquidado la estrategia de Susana Díaz de ganar en Andalucía amarrada de un lado a la bandera de España contra Cataluña, para limitar el crecimiento de Ciudadanos; y de otro, a la bandera de Andalucía contra el Gobierno de Rajoy para mantener en mínimos al PP andaluz y evitar que nuestra bandera andaluza, cuya propiedad se atribuye, sea enarbolada por Unidos Podemos.
Sánchez y Díaz, irreconciliables, se necesitan más que nunca. El primero para tener una mínima posibilidad de mantener resultados electorales, dado que el crecimiento en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana se torna complicado. La segunda porque la política que Sánchez está obligado a hacer para aguantar el gobierno con la actual configuración del Congreso va contra todo el relato del “a por ellos”, que la presidenta andaluza ha construido desde Andalucía, al igual que Ciudadanos, el socio preferente de Susana Díaz.
En esa contradicción entre el pasado de Díaz y el futuro de Sánchez intentarán ahondar de manera muy beligerante quienes ven en ese hueco la posibilidad de tomar el gobierno andaluz tras las elecciones autonómicas de marzo de 2019, PP y Ciudadanos. Tras la moción de censura perdida por Mariano Rajoy, decía Enric Juliana en un artículo en La Vanguardia que no se puede gobernar España contra Cataluña, a lo que añado que no se pueden ser fuerza electoral en España sin Andalucía.
Con estas premisas, Sánchez y Díaz van a vivir, sin más remedio, un periodo dulce de no agresión. Si Díaz decidiese arrastrar a Sánchez al vacío obstaculizando sus obligados acuerdos con el Frankestein parlamentario, esta vez caerían los dos a la vez llevándose por delante al Partido Socialista Obrero Español. No creo que lo haga, su rápido tuit de felicitación y oferta de apoyo y lealtad a Pedro Sánchez indicó que interiorizaba el cambio de guión. Resulta curioso que las principales alianzas de Sánchez para no dinamitar al PSOE puedan ser Merkel en Alemania y Díaz en España en un juego de equilibrio de intereses. Veremos.

PUBLICADO EN LAVOZDELSUR.ES

jueves, 15 de marzo de 2018

“La mayoría de los colegios se han hecho sin tener en cuenta los climas de Andalucía”

El deseo de miles de madres y padres de colegios públicos andaluces que no quieren que sus hijos den clases en condiciones bioclimáticas no adecuadas ha logrado hacerse oír en el Parlamento autonómico pese a la resistencia del Gobierno de Susana Díaz y de su partido, el PSOE, el único en votar en contra de una proposición de ley de bioclimatización de centros escolares impulsada por Podemos a instancias de la agrupación de Ampas Escuelas de calor. El redactor de este proyecto de ley –que tanto PSOE como Ciudadanos han frenado en un último intento para que no se acelere su consecución definitiva por la vía de urgencia– es el doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada Mario Ortega, que tiene claro que los escolares de Andalucía no deben ser considerados ciudadanos de segunda categoría.

“Que las edificaciones educativas se sitúen en Andalucía a la vanguardia en calidad medioambiental sería un ejemplo para el mundo”

A día de hoy, la amplia mayoría de los 6.000 centros escolares públicos de Andalucía no cuenta con sistemas de bioclimatización adecuados, los únicos centros públicos no cubiertos con estas necesidades fundamentales en pleno 2018, en una tierra, Andalucía, donde las altas temperaturas son habituales durante muchos meses del curso escolar. El Gobierno de Susana Díaz, mientras tanto, aprueba planes de choque puntuales que, al ritmo actual del 3% de colegios atendidos al año, no culminarían hasta dentro de 33 años, y ello sin atender las recomendaciones sostenibles de los expertos.

¿Qué aspectos fundamentales desarrolla esta proposición de ley en beneficio de la bioclimatización de los edificios educativos públicos de Andalucía? 

La ley es muy novedosa en términos legislativos, tal y como afirma el informe de los servicios jurídicos del Parlamento de Andalucía. No tiene paragón en derecho comparado. Pero lo es no sólo en términos jurídicos. Lo es porque incorpora el bioclimatismo, que es pura ciencia aliada con técnicas eficientes y saludables para conseguir edificaciones confortables, en cooperación con las energías renovables. No sólo se trata del confort térmico, aunque sea el factor detonante de la iniciativa, también tiene incidencia sobre la calidad del aire, la sensación lumínica, o incluso la creación de ambientes amables y respetuosos con la naturaleza. La ley supone culturalmente un avance revolucionario. Que las edificaciones educativas se sitúen en Andalucía a la vanguardia en calidad medioambiental, y como frente de lucha contra el cambio climático mejorando la calidad educativa y dinamizando el cambio de modelo productivo, sería un ejemplo para el mundo.

¿Cuáles son los principales déficits que tienen en la actualidad los colegios andaluces en cuanto a sostenibilidad climática?

 El principal déficit es que la mayoría de las edificaciones se hicieron sin tener en cuenta el clima del lugar, o los climas de los lugares. La variabilidad climática y microclimática en Andalucía es muy alta, no es lo mismo la campiña cordobesa que las Alpujarras, el litoral malagueño que Sevilla y su entorno metropolitano, Cádiz que Granada, el Atlántico onubense que el Mediterráneo almeriense. A partir de ahí, toda la política de climatización que se ha hecho puede decirse que es de parcheo, ni mala ni buena, en un intento de ir tapando las situaciones más críticas con instalaciones tradicionales, por llamar así a las que usan combustibles fósiles o energía eléctrica mayoritariamente procedente de combustibles fósiles. Esta ley rompe con eso, evalúa, planifica y aborda el problema con soluciones tecnológicamente desarrolladas y fiables que no suponen un lastre económico para el sistema educativo ni un lastre medioambiental para las generaciones futuras.

“No quiero pensar que las niñas y los niños son ciudadanas de segunda categoría”

¿Qué diferencias existen entre el plan de climatización anunciado por la Consejería de Educación, con actuaciones urgentes puntuales, y esta proposición de ley aprobada por el Parlamento de Andalucía? 

Pues exactamente eso, que son actuaciones puntuales y urgentes, que no debían haber sido necesarias si hace años se hubiese pensado una ley como ésta. Cada vez más, debido al cambio climático lo urgente se hará más habitual. Por eso hay que preparar los instrumentos legislativos y técnicos para actuar sin improvisar, que además suele tener mayores costes. Por los datos que he leído se ha actuado sobre una cincuentena de colegios. Esta ley permitiría pensar y actuar sobre los 6.000 centros educativos priorizando con criterios objetivos.

Las actuaciones realizadas por el Gobierno andaluz, ¿tienen el respaldo de estudios técnicos previos o la improvisación en este sentido es la norma? 

Bueno, imagino que desde la Agencia Pública Andaluza de Educación, o desde la Agencia Andaluza de la Energía no se actúa a tontas y locas, es evidente que cuentan con personal cualificado. Pero eso es una cosa y otra dirigir los recursos planificadamente para no tener que andar acometiendo actuaciones urgentes y, sobre todo, para que todas las comunidades educativas se sientan en pie de igualdad al saber que las actuaciones responden a un plan estratégico de bioclimatización y energías renovables para todos los centros y no solo para los que por cuestiones meteorológicas puntuales salten las alarmas.

Miles de alumnos y madres y padres se manifestaron en septiembre en Sevilla por una climatización sostenible de las aulas. ¿Por qué es viable económicamente esta proposición de ley impulsada por Podemos en el Parlamento a instancias del movimiento Escuelas de Calor? 

Permíteme aprovechar esta pregunta para felicitar y agradecer primero al movimiento Escuelas de Calor su claridad de ideas y sus aportaciones al texto de la proposición de ley. La cuestión de la participación y de la implicación de las Ampas es fundamental. Y también por supuesto al grupo parlamentario de Podemos Andalucía y particularmente a Libertad Benítez, quien dentro del grupo ha liderado con mucho tesón el proyecto. Tampoco quiero olvidar al asesor parlamentario de Podemos Andalucía, Francisco Javier Fernández. Sus aportaciones en materia técnica legislativa tienen mucho que ver con la valoración tan positiva que han dado los letrados del Parlamento.

“Toda la política de climatización que se ha hecho es de parcheo”

Y ahora, disculpa, te contestaré brevemente. Porque sólo se trata de hacer las cosas de otra manera aun con los mismos recursos. Y porque la energía más barata es la que no necesitamos ni necesitaremos consumir, dirigiendo el ahorro a otras prioridades. Lo que se dice en cuestiones de salud “prevenir mejor que curar”.

Si la propuesta no supone gasto adicional alguno con cargo a los Presupuestos de la comunidad, ¿por qué el PSOE ha sido el único partido que ha votado en contra de ella en el Parlamento?

 Podría decir que porque la iniciativa no es suya. Suele tener un sentido de la propiedad muy acusado en lo que concierne a Andalucía. Pero creo incluso que es porque no sabe estar a la altura de los tiempos, anda con inercias del pasado que se quedan cortas a la hora de afrontar los problemas actuales. Andalucía tiene un potencial de recursos humanos y técnicos que no puede despreciarse sencillamente porque la idea no haya sido tuya.

“Cada vez más, debido al cambio climático lo urgente se hará más habitual”
Lo que refleja el informe negativo del Consejo de Gobierno parecen escusas para no discutir el fondo del asunto. La proposición de ley es siempre mejorable y muchas pegas de las que pone ese informe negativo del Gobierno andaluz, en contra de lo que dicen los servicios jurídicos del Parlamento, podría debatirse en el Parlamento para ver si caben correcciones o mejoras. Pero parece que no quiere.
“Sólo se trata de hacer las cosas de otra manera aun con los mismos recursos”

¿Qué estimación temporal prevé para su implantación en toda la comunidad educativa pública de Andalucía?

 Bueno, todo depende de la voluntad política del Gobierno. La proposición de ley prevé un plazo de seis meses para evaluar la situación de todos los centros andaluces, a partir de ahí pensar en planes concretos para cada uno de ellos, planes que estarían condicionados por las actuaciones bioclimáticas y de energías renovables asesoradas por la Agencia Andaluza de la Energía, participados por cada comunidad educativa y desarrollados a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación. Yo no he estado ni estoy en evaluar las necesidades de inversión y los tiempos, pero justo eso debería hacerse si llega a aprobarse esta ley con su actual espíritu. Insisto en que esta ley revolucionaría el sector andaluz del ahorro y la eficiencia energética vinculado al mundo de la construcción y la ingeniería.

¿Por qué Ciudadanos ha frenado este proyecto por la vía de urgencia, siendo un problema estructural de décadas de los centros escolares andaluces? 

Pues, la verdad no lo sé, no estoy en los detalles del conflicto político. Tal vez responda a cosas ajenas al contenido de la ley.

¿Por qué cree que nunca se ha planteado por parte de los distintos gobiernos andaluces desde su autonomía una adecuación bioclimática de los colegios andaluces, pese a ser los únicos edificios públicos que no cuentan con medios de este tipo para evitar las altas temperaturas que sufre Andalucía durante muchos meses al año?

“El PSOE suele tener un sentido de la propiedad muy acusado en lo que concierne a Andalucía”

No quiero pensar que las niñas y los niños son ciudadanas de segunda categoría, más bien lo achaco a que la improvisación es muchas veces la forma en que se actúa. Hace años que se viene advirtiendo desde la comunidad científica y la ecología que el cambio climático produce afecciones, no solo sobre la naturaleza sino también sobre los procesos productivos humanos y sobre el funcionamiento y necesidades de muchas instituciones como la sanitaria o la educativa, pero esto se ha ignorado políticamente hasta que el problema se ha vuelto muy real y muy acuciante. Por eso es importante pensar en leyes sectorizadas y de largo recorrido que acometan los problemas reales con garantías antes de que sean o irresolubles o con soluciones extremadamente cara.

ENTREVISTA A MARIO ORTEGA EN DIARIO16+ (15/03/2018)


sábado, 8 de julio de 2017

Convivencia y conveniencia


La cuestión es que creo que la hipocresía del PSOE-A de la presidenta Susana Díaz respecto de la bandera andaluza, junto con las evidencias de discriminación, infrafinanciación en los PGE desde hace años y de obstrucción a la capacidad legislativa andaluza por parte de los gobiernos de Rajoy, le permitirá reconstruir un discurso propio para intentar sostener su poder aquí.

Ahora resulta menos creíble que cuando se apropiaron de la verdiblanca tras el 4 de diciembre de 1977. Porque la llave del cajón donde la Sra. Díaz escondió la bandera de Andalucía para endiñar con la rojigualda a diestro y siniestro en su fallida carrera hacia la secretaría general del PSOE, se la dio a un Ciudadanos más españolísimo aquí si cabe que el PP-A de Juanma Moreno.

El artículo de Lourdes Lucio que publica Eldiario.es y podéis leer aquí descubre el truco del almendruco. Si hasta antier la Sra. Díaz vendía Andalucía por lentejas españolas para hacerse con el trono del PSOE, tras su derrota contra el Sr. Sánchez reclama al mismo Sr. Rajoy, que ella dejó gobernar a las bravas, su cuota de mercado "autonómico" exigiendo euros contantes y sonantes del socarrón ministro Montoro. Motivos hay.

Bien vale, era de esperar el regreso a invocar Andalucía en su único y tal vez último bastión utilizando el agravio cierto para aguantar en San Telmo.

Por eso, el acuerdo de paz entre el Sr. Sánchez y la Sra. Díaz es un acuerdo de convivencia porque es un acuerdo de conveniencia. Mientras el primero, que se presentó delante de una inmensa bandera española en su discurso de candidato a la Moncloa allá por junio de 2015, gira a la izquierda para mantener a Unidos Podemos a raya, e insta al Sr. Rajoy a hablar con el independentismo catalán para proponer una reforma constitucional que otorgue privilegios de soberanía fiscal (vamos, dinero desigual, como el cupo vasco) a la clase dirigente económica y política catalana representada por el actual PdCat (que esa es la propuesta de reforma federal de la Constitución del PSOE), la segunda sabe que es imposible la sobrefinanciación catalana sin una infrafinanciación andaluza (sencillamente porque no es lo mismo el tamañito de Euskadi que el tamañazo de Cataluña). A España no la mataría el independentismo catalán ni el capitalismo invasor del estado vasco, sino la desigualdad aberrante (más que la actual) entre el sur, Andalucía, y los nortes.

Las y ,os andaluces no nos podemos permitir el agujero negro del centralismo madrileño, el cupo del chantaje vasco vasco y el cuponazo catalán, todo al mismo tiempo. Ni Andalucía ni nadie, ni sobre todo el Paìs Valencià, aliado seguro en la futura lucha por la equidad territorial.

Por ahí saltarán las costuras, cuando el intento de arreglar "el problema territorial", tras el seguro fracaso del referéndum del 1 de octubre impuesto por la Generalitat en minoría electoral y escasa mayoría parlamentaria, sin garantías políticas y jurídicas de validez de su resultado, se quiera, como se quiere y se querrá, tapar bocas catalanas a base de más euros per cápita pa unos que pa otros.
Y en esto estamos y estaremos, mientras el segundo líder de Unidos Podemos en España, el malagueño Alberto Garzón, no parece querer hablar en andaluz, y mientras el primer líder de Podemos, Pablo Iglesias, habla insistentemente de plurinacionalidad pero olvida que la única nación que ganó en las urnas su condición política de nacionalidad histórica como la que más, en el actual marco constitucional, ejerciendo el derecho a decidir el 28 de febrero de 1981 fue Andalucía.

Lo diremos una vez más, no se gana el cambio sin el eje Cataluña - Madrid - Andalucía. El acuerdo de convivencia, ya federal ya confederal, ya lo que sea, o es entre iguales y para iguales, o no será nunca. He ahí el acuerdo de conveniencia.

Andalucía, más vale sola que bien expoliada y mal acompañada. La plurinacionalidad o es plurisoberanía libremente pactada y compartida en el marco de una fiscalidad fraternal que grave por arriba y garantice derechos y una vida digna por abajo, cualquiera que sea el suelo sobre el que se pongan los pies, o será la excusa para mantener las condiciones de posibilidad de la desigualdad y, consiguientemente, el conflicto territorial.

@MarioOrtega

martes, 20 de junio de 2017

El tapón catalán y su capuchón de alambre


Revertir las dos últimas reformas laborales (la de Rajoy y la de ZP), abolir la ley mordaza, prohibir las puertas giratorias y otras medidas anticorrupción, recuperar los presupuestos y el empleo público en sanidad y educación, un plan de lucha radical contra todo tipo de pobreza en la que viven un 30% de nuestros y nuestras compatriotas, son acciones de un nuevo poder político posible en España, cuya emergencia está siendo taponada por la cuestión catalana.

El "nuevo PSOE", que no es muy nuevo que digamos, no acaba de dar el paso para entenderse con las fuerzas del cambio agrupadas en Unidos Podemos y buscar una moción de censura que pueda ser exitosa por dos motivos clave.

Uno, en Andalucía el PSOE es más viejo que nunca y tiene un pacto con la ultraderecha ciudadanita, y aquí Sánchez no ganó y la presidenta Díaz va a cavar una trinchera debajo del Despeñaperros durante este més de julio para defenderse del nuevo PSOE.

Y dos, el lastre centralista que inocularon los González-Güerra & Cía sigue dominando el cuerpo físico de este partido que fue el que más se pareció a España hasta que la crisis destruyó el teatral parecido y una nueva generación que emergió el 15M quiso construir su futuro con más democracia, más igualdad y ninguna corrupción. Ese lastre quiere endosárselo Sánchez a los ultras ciudadanitas volviendo a intentar una alianza con ellos en la que Unidos Podemos sea lo más parecido a un convidado de piedra (o a lo mejor no es eso y es pose temporal mientras toma todo lo que puede menos Andalucía, que no parece querer poder).

El tapón catalán tendrá que resolverlo el propio PSOE ahora, pronto, antes de navidad, porque la historia no le va a dar a Sánchez una tercera oportunidad para ser presidente de España, ni una segunda para presidir un PSOE que suponga una parte representativa de la segura nueva España que surgirá de todos estos años de convulsión política y dolor social.

El capuchón de alambre del tapón catalán se llama Susana Díaz (el tapón en sí lo forma una mezcla de fragmentos no miscibles de PP, PDCat, C`s y ERC), alguien tendrá que girar y girar la garrotera lateral.

¿Quién en andalucía facilitará el descorche que de paso a una etapa de recuperación de derechos, dignidades y decencias perdidas? ¿Quién en Andalucía liderará los giros de la garrotera defendiendo que en una España plurinacional Andalucía es nación como la que más por derecho propio?
Ojalá pronto brindemos en Andalucía y Madrid con cava catalán. Será señal de que nos vamos a ocupar de cosas muy importantes para la mayoría de acá y de allá, de poniente y de levante, de norte y de sur.

@MarioOrtega

lunes, 19 de junio de 2017

Bases conceptuales para el acondicionamiento bioclimático de edificaciones y espacios públicos



Este texto es una revisión rápida del capítulo 3 del libro Energías Renovables que publiqué en 1999 en la editorial International Thomson Learning. Está en la actualidad descatalogado.

Escrito en 1998, hace casi 20 años, puede ser ahora útil para comprender porqué los efectos del cambio climático sobre las edificaciones y en nuestras ciudades se notan de manera dramática.

Lo he puesto en PDF para descargar y compartir por si es útil en este momento en que las olas de calor, cada vez más largas y menos episódicas, han coincidido con el calendario escolar, provocando situaciones que afecta a la salud de las y los escolares y a la calidad y objetivos de la educación.

La primera demanda instintiva por parte del alumnado, las familias y el resto de la comunidad educativa es la de aparatos de aire acondicionado para hacer frente al calor en las aulas. Una opción no sólo cara, sino ineficiente desde el punto de vista energético, de alto consumo eléctrico y, dada la procedencia de buena parte de la energía de combustibles fósiles, altamente contaminante y emisora del gas de efecto invernadero CO2. La solución simple no hará más que aumentar el problema aumentando el calentamiento local y global. Desde luego tampoco la solución está en ignorar el problema esperando que el tiempo juegue a favor ni en recomendar abanicos.

La solución, en mi opinión, pasa por incluir la perspectiva bioclimática en la rehabilitación, acondicionamiento y nueva construcción de los centros educativos. El conocimiento está ampliamente desarrollado y las tecnologías de la construcción y de las energías renovables son capaces de otorgar eficiencia y fiabilidad a las actuaciones a realizar.

El contenido de este trabajo, texto e imágenes, que en cuanto pueda mejoraré y ampliaré un poco, puede descargarse, utilizarse y reproducirse siempre que se mencione su procedencia con el título del mismo y el nombre completo de su autor.

Bioclimatismo: Conjunto de técnicas de construcción o rehabilitación de edificios que, teniendo en cuenta el clima del lugar en el que se encuentran, las características del entorno y la funcionalidad de la edificación, contribuyen a mejorar las condiciones climáticas internas en lo que se refiere a temperatura, humedad y ventilación, sin necesidad de consumo energético externo.

Para ello se tienen en cuenta una multiplicidad de factores, técnicas y materiales que actúan fundamentalmente, entre otras variables, sobre la orientación y superficie de la piel y los elementos de las edificaciones, los elementos de sombreo fijos o móviles, la vegetación (las especies, su ubicación y las características de su hoja, peremne o caduca, la relación con fuentes, riegos, aspersores, difusores o masas de agua, los huecos para la ventilación cruzada y sus mecanismos de acción, el tipo y conductividad de aislamientos y otros materiales de los cerramientos exteriores, los materiales y los colores del las superficies y el entorno. Entre otras muchas variables más o menos tecnificadas.


Energías renovables: Todas aquellas tecnologías de generación energética que no consumen como fuente primaria de energía materias primas cuyas reservas están limitadas en la naturaleza. Principalmente para el caso que nos ocupa sistemas de energía solar térmica, fotovoltaica o energía eólica. Los cuales pueden acoplarse en su potencial de generación con el ciclo de uso diario de la edificación o aprovechar la inercia de acumulación calórica tanto para la acumulación de calor como para la producción de refrescamiento.