martes, 22 de abril de 2014

El Día de la Madre Tierra y el ecobarómetro andaluz

Hoy 22 de abril recordamos, junto con el ecologismo mundial, los daños y riesgos que acechan a nuestra casa común, la Tierra, la madre Tierra.
Los verdes del mundo, las personas ecologistas del mundo ratificamos, en este día conmemorativo que se fundó en 1970, hace ya cuarenta y cuatro años, que las advertencias científicas que la ecología política ha hecho suyas son ahora más evidentes que nunca.

El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas certifica los daños de difícil reversibilidad que el modelo productivo y, sobre todo, energético, han causado ya sobre el medio ambiente. Y nos advierte: tenemos 15 años, todo lo más, para frenar e invertir la tendencia del calentamiento global.


El medio ambiente, en una estrecha franja de condiciones físico-químicas, es la condición de posibilidad de la vida sobre la tierra, también de nuestras vidas.

Este año, el Día de la Madre Tierra está dedicado a las ciudades verdes. Se trata de promover una transición hacia el consumo de energías renovables, conectarnos al sol, favorecer el ahorro energético con edificaciones más eficientes, y cambiar el modelo de movilidad para ganar en salud, calidad de vida y equidad social. Por supuesto hay más cosas que se pueden hacer.

Supimos ayer por la publicación del ecobarómetro andaluz, el análisis sociológico-estadístico que realiza la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía desde 2011, que las andaluzas y los andaluces confían más en “los ecologistas” que en “los políticos” de la Junta. ¿Por qué? Me pregunto. Tal vez sea por que las predicciones ecologistas no fallan casi nunca, y cuando fallan es porque el efecto ha sido incluso peor del esperado.

El ecologismo se sustenta en la ciencia; una aspirina suele curar el dolor de cabeza aquí y en Pekín, son hechos probados.

También nos ha dicho el último ecobarómetro que, en una escala de 1 a 5, los daños ambientales, en un sentido amplio, preocupan más, un 3,3, que la vivienda, un 2,1. Bueno, puede ser que es porque lo que más preocupa es el paro, y sin trabajo no hay vivienda. Pero ahí están los reveladores datos.

Los grupos ecologistas, esos simpáticos verdes, insistimos en que existe un vínculo directo entre políticas neoliberales y de austeridad, y los daños ambientales, sociales y democráticos que afectan a las personas y a la vida sobre la tierra.


Paro y porquería ambiental tienen la misma causa. Luego afrontando la causa y repartiendo la riqueza y el trabajo, y respetando y promoviendo los derechos de las mujeres a decidir y a la igualdad real, estaremos alumbrando un mundo mejor.


Por la Tierra, por la vida en la tierra y por las personas.


@marioortega


Columna en Radio Granada-Cadena SER, 22 de abril de 2014, 13:34 h.