El precio de la "luz" es absolutamente artificial y condicionado por la "forma" que el BOE le da al mercado eléctrico.
El mercado libre es un mito que sustenta la economía capitalista, no hay mercado más esclavo que el que impone el neoliberalismo.
Tomar el BOE es esencial para garantizar el acceso a la energía, eliminar la pobreza energética y actuar contra la crisis modificando el vector fundamental de la economía real, el vector energético.
El papel de las renovables, el autoconsumo, la producción distribuida, junto con la eliminación de los monopolios energéticos y los mercados de futuros (todo lo que sustente el modelo especulativo), y la estatalización y/o conversión al sector público de un % superior al privado de la generación serán esenciales si un proyecto verdaderamente transformador tomo el BOE.
La política ha de ser, cada vez con más fuerza, ecología política.
Lo local y lo global, el empleo, los derechos, la igualdad, y la protección ambiental (nuestra condición de posibilidad como especie) quedan trabados con la lucha contra el cambio climático. Pero esta trabazón sólo puede ser generada con democracia, radical democracia (la otra condición de posibilidad, esta vez como personas).
Si comprendemos las cuestiones fundamentales que plantea la ecología política (que no es más que la integral de una función de la complejidad,) al menos tendremos una buena aproximación científica a la magnitud de los problemas políticos que nos afectan.