A estas alturas ya nadie se espanta ni se encanta con las bajaditas y subiditas de las cifras de paro. En España sube en agosto en 8.070 personas, en Granada baja en 37. Son datos irrelevantes estadísticamente hablando, como es irrelevante para la tremenda cantidad de familias que sufren la falta de ingresos estables.
Produce urticaria mental ver como el gobierno intenta anunciar el éxito de sus políticas trucando las frases y mintiendo con sus verdades.
A estas alturas ya sabemos que se está sustituyendo empleo estable por empleo precario y mal pagado, por horas, por días, por semanas o por un puñado de meses. Que se lo pregunten a los trabajadores de las hostelería granadina en huelga.
A estas alturas ya hemos certificado que se está reduciendo la jornada laboral por la fuerza, en lugar de reducirla legalmente para repartir trabajo y derechos. Entre tanto los creadores de la crisis, la banca, los grandes grupos hoteleros, las grandes superficies y las grandes corporaciones de la energía o el textil se están repartiendo beneficios a fuerza de expoliar bienes comunes.
A estas alturas ya sabemos que es falso que laminando y privatizando lo público, la sanidad, la educación, el agua, ah, y el servicio de inspección de el LAC, se mejore la vida.
Yo creo que necesitamos gobiernos que nos mejoren la vida, ¿y usted?