Regresa el alcalde Torres Hurtado vacilón recuperado de su convalecencia y dice que no tiene empacho en decir que repetirá mayoría absoluta en mayo de 2015. Si eso ocurre, que lo dudo, el empacho será nuestro.
Doce años de ciudad empantanada al albur de sus caprichos son muchos años. Si eso ocurre será por la trampa que Rajoy quiere hacer cambiando las reglas del juego electoral.
Doce años de caos circulatorio, doce años de gases contaminantes, doce años de obras faraónicas que no han mejorado un ápice la calidad ambiental de nuestra ciudad, doce años de talas de árboles, doce años para la piedra gris, el hormigón y el alquitrán.
Doce años para entregar el agua, la gestión de los residuos y otros muchos servicios municipales a la privatización y la subida de tasas, doce años para abandonar los barrios a cambio de míseros canapés en fiestas.
Doce años para mal gestionar el transporte público, para olvidar a los peatones y ningunear a la bicicleta.
Doce años para el bla bla y echar culpas a la Junta, doce años para generar conflictos, doce años contra la cultura y las gentes de la cultura.
Doce años son suficientes para certificar que la única idea de Torres Hurtado tiene que ver con perpetuarse y pasar a la historia como el alcalde de la democracia que entregó Granada a los fantasmas.
Yo no quiero más empacho.