miércoles, 24 de septiembre de 2014

Extirpada la gallardonitis arzoavispera me voy a la vega de Granada



Lo primero es lo primero, felicidades a todas las mujeres y a todas las asociaciones feministas, vosotras decidís, y vosotras tenéis que seguir decidiendo hasta que la mar, como una yegua blanca, se suba a la copa de las alamedas.


No me gusta que se diga que el gobierno del PP retira la gallordonitis arzoavispera, y con ella extirpa al ministro que dejó Madrid con la mayor de las deudas municipales de España, por motivos electorales. Los motivos electorales son fruto de la lucha de las mujeres, que sería de la sociedad sin el feminismo, ¡viva el feminismo!

Y dicho esto, me voy a la vega, a Vegas del Genil. Me gustaría decir siempre eso de “de las alamedas vengo, madre, de ver cómo las menea el aire”. Porque el gobierno Popular de allí anuncia, en el albor de la semana de la movilidad sostenible, la intención de colocar en pleno terreno agrícola de especial protección un circuito de karts. Cuando el demonio no tiene nada que hacer, ni quiere, ni deja hacer, mata moscas con el rabo.

Dicen que es para la gente joven, esa de la que tenemos casi un 60% de paro. Falso. Es para alimentar el culto al motor, al ruido, a la contaminación, a los combustibles que nos sangran, esa es la educación que quieren, alimentar el alquitrán donde no crecen nada de nada.

Habrá una vez más que decir que no, que la vega no se toca, que la vega hay que protegerla y dinamizarla y vincularla con nuestra identidad cultural, con nuestro futuro económico, con nuestra universidad y la economía del conocimiento, con nuestra restauración y nuestro turismo. Habrá que decir una vez más que no, que por ahí no.