miércoles, 25 de febrero de 2015

Incendios acá y allá


Don Mariano Rajoy salió ayer a vender humo en el debate sobre el estado de la nación. Un presidente del gobierno que gobierna con una cuadrilla de pirómanos que incendia todos los rincones del Estado, desde todos los ministerios, en todas las comunidades autónomas, y hasta en Europa, ahora quiere vendernos el humo de los incendios que él mismo ha provocado.


El incendio del desempleo sigue igual, el incendio de la sanidad sigue igual, los incendios en la educación pública y en la universidad pública siguen igual, con llamaradas de indignación que salen por las ventanas de las aulas y los hospitales.

El incendio de los desahucios aumentando, los incendios de la pérdida de derechos laborales, de la ley mordaza, del derecho a huelga continúan sin material legal ignífugo que los contenga. El incendio de las tasas judiciales. El incendio del crack de la deuda pública. Y sobre todo los incendios de la corrupción sistémica en su partido.

Frente a tanto incendio, ¿dónde estará la cuadrilla de bomberos que los apaguen? Porque si le compramos el humo entraremos directamente en situación de asfixia irreversible.

Aquí, en Granada, tenemos nuestros propios incendios que se suman a los descritos. La política parece que es un atrio alhambreño a punto de resquebrajarse, un mitin sabatino de la presidenta que puso firmes a todos los cargos del partido con autobuses de allende de nuestras lindes provinciales. Un bulevar chanero que no tiene las mismas prioridades que tubo el sarcófago de la Avenida de la Constitución, y una oferta de empleo público municipal que parece hecha por el sastre de confianza del alcalde para que los trajes sólo les queden bien a los suyos, claro.