El bipartidismo estaba acostumbrado, mal acostumbrado, a mantener entre sí distancias públicas y conservar entre sí el modus operandi del reparto del poder. Ahora tendrán que acostumbrarse a comprender, negociar y, si es posible consensuar, pero no sobre cargos, cambalaches o chalaneos, sino sobre políticas y acciones concretas, cosas que hay que hacer.
Tanto el PP, como el PSOE, como Izquierda Unidad tendrán que aprender a convertir el fondo en las formas. Dejar de camuflar el fondo con las formas.
Quienes más visiblemente están exponiendo esta nueva forma de hacer política son mujeres, Manuela Carmena, Ada Colau, Mónica Oltra y Teresa Rodríguez. Lo estamos viendo en los informativos y programas prime time.
En Granada se ve lo mismo, y esperemos que este nuevo escenario implique también un cambio, no de temporada, ni de telenovela, un cambio de guión que nos lleve a ver una obra teatral de mejor calidad, que beneficie al común.
Aquí en Granada se acabó además el peor absolutismo, el del Partido Popular y su rey que quiso ser de la Alhambra.