Con la convocatoria del referéndum, por mucho que lo oculten el gobierno alemán y los gobiernos colaboracionistas de la mayor parte de la Unión Europea, el miedo se ha escapado de Ática y ha llegado a Bruselas vía Berlín.
Si Grecia, si el gobierno griego gana, y todo apunta que va a ganar, habrán ganado los países del sur y se abrirá un nuevo camino hacia una Europa donde decir democracia sea verdad.
Nos llamaron PIGS, acrónimo malicioso que significa cerdos en inglés. Nos llamaron los vagos del sur, se llevaron a nuestra juventud a trabajar en oscuras cocinas y vivir en pisos patera. Forzaron con un telefonazo el cambio de la Constitución. Nos hurtaron el 30% de la renta, nos subieron los impuestos, nos jodieron las jubilaciones, los derechos laborales y dejaron a cientos de miles de personas sin su pisto. Todo para que Merkel financie sus inversiones a coste cero y el gran capital bancario crezca más y más.
Ya era hora de que alguien dijera basta. Un basta que coloca en el lugar de la vergüenza a nuestros últimos gobiernos de España, los que se plegaron sumisos a órdenes alemanas.
De Granada mejor ni hablar, sobre todo hoy que entra en vigor la ley mordaza y habrá que aprender a escribir con metáforas. Símbolos tan relevantes como la Alhambra y Lorca se encuentran en entredicho haciendo noticias de juzgados y comparecencias policiales.
En la oposición municipal un único concejal como Paco Puentedura, cual Varoufakis, escribe el guión de solo ante el peligro mientras los otros cuatro partidos, incluido el que gobierna, dormitan el sueño de Morfeo. Será la caló.
Si Grecia, si el gobierno griego gana, y todo apunta que va a ganar, habrán ganado los países del sur y se abrirá un nuevo camino hacia una Europa donde decir democracia sea verdad.
Nos llamaron PIGS, acrónimo malicioso que significa cerdos en inglés. Nos llamaron los vagos del sur, se llevaron a nuestra juventud a trabajar en oscuras cocinas y vivir en pisos patera. Forzaron con un telefonazo el cambio de la Constitución. Nos hurtaron el 30% de la renta, nos subieron los impuestos, nos jodieron las jubilaciones, los derechos laborales y dejaron a cientos de miles de personas sin su pisto. Todo para que Merkel financie sus inversiones a coste cero y el gran capital bancario crezca más y más.
Ya era hora de que alguien dijera basta. Un basta que coloca en el lugar de la vergüenza a nuestros últimos gobiernos de España, los que se plegaron sumisos a órdenes alemanas.
De Granada mejor ni hablar, sobre todo hoy que entra en vigor la ley mordaza y habrá que aprender a escribir con metáforas. Símbolos tan relevantes como la Alhambra y Lorca se encuentran en entredicho haciendo noticias de juzgados y comparecencias policiales.
En la oposición municipal un único concejal como Paco Puentedura, cual Varoufakis, escribe el guión de solo ante el peligro mientras los otros cuatro partidos, incluido el que gobierna, dormitan el sueño de Morfeo. Será la caló.