jueves, 6 de agosto de 2020

La monarquía se amarra al mástil de Moncloa


Uno lee las editoriales de El País para saber lo que piensa el régimen del 78, las del ABC para saber la línea de ataque del franquismo y las de El Mundo para conocer qué asuntos instigan las cloacas.

La crisis de la corona es gorda, tan gorda que ha forzado al rey emérito a tomar distancia transfronteriza con el país en el que reinó incrustado como un Alien de herencia franquista en la nave de la constitución democrática del 78. La correspondencia familiar entre rey padre y rey hijo refleja que sa dao el piro. La delicada expresión en carta a su hijo “te comunico mi decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España”, lo certifica . Ahí queda eso, Felipe VI leía la carta mientras Juan Carlos I ponía pies en polvorosa. Imaginemos la escena de modo cinematográfico: el emérito vuela en yet privado, ¿o avión sufragado con dinero del estado?, mirando la silueta de España desde los cielos mientras la voz en off del heredero lee y enfatiza “…en estos momentos…

Me pregunto si poner tierra de por medio, o agua, Pedro Sánchez dijo no saber dónde está el rey padre, las informaciones al respecto son imprecisas, se debe más a lo que saldrá que a lo que ha salido. La cosa es gorda. ¿Será aún más gorda? No lo descartemos. ¿Se larga por lo que la opinión pública y la gente sabe ya? ¿O se fuga en diferido por lo que sabremos? En cualquier caso, un nuevo marronazo para gobierno de España en menos de ocho meses desde su formación.

En la rueda de prensa tras el consejo de ministros del martes 4 de julio, el día después del adiós mu buenas, el presidente Sánchez podría haber entonado aquello que Agujetas cantaba en tiempos de juancarlismo felipista: De los árboles frutales / me gusta el melocotón / y de los reyes de España / ¡Yay! Juan Carlos de Borbón. Lo que pasa es que la letra de la bulería la seguía el mismo Manuel de los Santos con otro enfoque: “Que es el rey de la España / Y se está queado con to”. Un enfoque este último que es el que el vicepresidente Pablo Iglesias y el partido morado plantean desde el mismo lunes noche, día en que la casa real comunicó el contenido de la epístola emérita con otra epístola a la ciudadanía española.

Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España y secretario general del PSOE, se ha echado a las espaldas la última operación Fairy de la monarquía familiar española representada en la figura de Felipe VI. Ha dicho cosas tan desafortunadas como que la monarquía es la clave de bóveda del sistema constitucional español, bien se le ha respondido ya por voces legitimadas por su autoritas en constitucionalismo, que la clave de bóveda de una constitución democrática como la española es la soberanía popular, por encima de la cual no está ninguna institución.

La cuestión es que Sánchez ha situado al PSOE como baluarte de la monarquía que, y esta sí, representa el traspaso de poderes del franquismo hasta incrustarlos en la constitución del 78. Por eso, aún democrático, al 78 le cabe la palabra régimen a la perfección. La editorial del miércoles 5 de agosto de El País, voz del régimen, titulada Semestre crítico, agradece a Pedro Sánchez tal disposición monárquica, pues ya no puede ser Juancarlista, con un elogio al gobierno de coalición al que añade destellos cínicos dirigidos, cómo no, a la parte alicuota de Unidas Podemos. Pínchen el enlace y léanla entera porque merece la pena. Adula la editorial, lo nunca visto, todas las medidas económicas y sociales que han sujetado el desastre provocado por la pandemia con especial énfasis en ERTEs e Ingreso Mínimo Vital, al tiempo que desacredita la influencia del socio minoritario en la labor gubernamental. Flipen.

Lo cierto es que el enfoque de esta editorial dice mucho de lo que piensan y quieren en este momento las estructuras de poder del régimen del 78 con la corona al frente.Felipe VI solo tiene a Sánchez y el PSOE como instrumental de defensa ante el descrédito. La monárquica PRISA lo sabe. Lo último que hubiese querido el rey hijo es una moción de censura en septiembre con un Vox gritando "¡viva el rey!" Una moción de censura que pondrá al PP de Pablo Casado ante el espejo ultra en el que se viene mirando, al tiempo que mostrará a las claras el carácter rídiculo y esperpéntico del ultraderechismo hispano, tal y como vimos berlanguianamente en las calles del barrio de Salamanca.

Se deduce claramente de la editorial que los poderes del régimen del 78 aceptan los únicos números parlamentarios posibles para que Sánchez y el PSOE sobrevivan con un gobierno de coalición con UP. Hay más motivos, para la corona y los poderes económicos, unas elecciones anticipadas serían un riesgo extremo, la alternativa de gran coalición es imposible, abriría botanas en al PSOE y en los poderes económicos  españoles, ante la expectativa de recepción a lo grande de los fondos europeos. Ni a Felipe VI ni al empresariado español o con intereses en España le interesa ahora, que viene dinero fresco (mucho dinero en términos relativos con el resto de países de la UE), que Casado el del Partido Holandés sea algo, en Abascal ni piensan.

El gobierno de coalición debe continuar su tarea política y legislativa en el marco de los acuerdos para su formación. Hay mucho por hacer en materia de justicia social y ambiental, de progreso y democracia avanzando hacia un modelo productivo resiliente. Habrá dificultades, muchísmas más de la imaginadas en el ya lejano enero: crisis sanitaria, crisis económica, crisis territorial y crisis de la monarquía. De momento, como dice la editorial citada: “ha superado la prueba, lo que indica que, pese a su débil mayoría en el Parlamento,..., ha realizado apreciables contribuciones a su solución. De lo contrario, difícilmente habría sobrevivido"