lunes, 26 de junio de 2023

Motor Ideológico

La ideología de ultraderecha es la herramienta política del capitalismo en una época en la que el planeta vive una crisis ecológica sin precedentes. El neoliberalismo supone la toma de los estados para centralizar el poder en pocas manos y legislar exclusivamente en favor de un puñado de ricos. Para la ideología neoliberal, los países de África y América Latina son minas de recursos naturales, Oriente Medio, Libia, Irak e Irán, pozos de petróleo y gas, China, los países sur asiáticos e India, las fábricas sin derechos del mundo y Europa el territorio donde sacrificar la democracia. En este contexto Rusia es una anomalía nuclear llena de agua, petróleo, gas y recursos mineros.

En la era de la escasez de recursos materiales para mantener viva la producción de capital, el crecimiento, la economía capitalista necesita de cuatro expolios permanentes, el expolio de recursos naturales con la consiguiente destrucción ambiental, el expolio de los derechos de las mujeres y su reclusión bajo el dominio del hombre, el expolio de los cuerpos de las personas inmigrantes, y la liquidación de los derechos laborales y de ciudadanía para financiar la deuda de los estados. Las guerras, la extorsión a los gobiernos de izquierdas electos con la participación de judicaturas y medios, los estados fallidos, la guerra de Ucrania, y el disciplinamiento de las poblaciones bajo el dominio de estados autócratas y centralistas, son las formas con las que opera el terror del capital.

En la batalla desatada del capitalismo contra la democracia, los partidos de ultraderecha son instrumentos a sus órdenes. Los objetivos políticos de los capitalistas son, resumidamente, cuatro. Uno, la concentración del poder en pocas manos para hacerlo manejable, están contra de la federación o confederación del poder político. Dos, el disciplinamiento de las mujeres para que se dediquen gratuitamente a las tareas de reproducción social, todas aquellas que no tienen precio pero sí valor para la vida, los cuidados. Tres, la anulación de cualquier protección ambiental para que la naturaleza entregue su tiempo de vida acumulado durante millones de años sin tasa de retorno; legado de deuda y muerte para las generaciones futuras. Y cuatro, el mantenimiento de una bolsa de inmigrantes que entreguen su tiempo y su cuerpo en forma de trabajo esclavo sin derechos.

Si se percibe cómo el capital afronta el objetivo de destruir la democracia, concentrando la distribución territorial del poder político, promoviendo el antifeminismo, aniquilando cualquier legislación de protección ambiental, cultural o patrimonial, matando personas inmigrantes en las fronteras, no es difícil comprobar que la ultraderecha europea, con la española, PP y Vox en papel destacado, es el brazo armado de un puñado de personas muy ricas dispuestas a todo. Si el capital agrede con su aparato ideológico, el pueblo no puede defenderse sin ideología. La ideología es la forma cultural de interpretar, concebir y dar respuesta al mundo. Si no insertamos en nuestras mentes ideología para la igualdad, la protección ambiental, los derechos humanos, de las generaciones futuras y de la vida no humana, el camino lo andará la barbarie.

La traducción en España de cualquier proyecto democrático en cualquier región, territorio o nación de las que forman el estado, pasa por defender sin fisuras el feminismo y sus símbolos, el ecologismo y sus causas, el republicanismo frente a la monarquía, el federalismo plurinacional como alternativa al centralismo radicado en Madrid, los derechos humanos de las personas inmigrantes y el antibelicismo. Ese es el motor ideológico de la izquierda, un motor que pasa por no ceder bajo ninguna acusación de ruido ni ninguna petición de sumisión o silencio.

Publicado en Diario Red

domingo, 25 de junio de 2023

Si eres buena persona, votar izquierda es imperativo categórico

 ¿Bien o mal? ¿Derecha o izquierda?

Sumar es ir a votar izquierda el próximo 23 de julio. Con más ganas si hay posibilidad de salida de alguna representación de Podemos. No solo para que no gobierne la extrema derecha, sobre todo para consolidar los avances en derechos y mantener viva una agenda democrática. Nos falta derogar la ley mordaza, renovar el CGPJ para sacarlo de las garras ultraderechistas, hacer que RTVE sea veraz sin que juegue a la farsa. Nos faltan políticas sociales, feministas y ecologistas. Nos falta educación y sanidad pública. Nos falta erradicar la cultura mediática, judicial e institucional de la corrupción. Nos falta internalizar la plurinacionalidad del estado.

El PSOE nunca quiso el gobierno de coalición. Tras el 15M de 2011 entregó al PP la reforma del artículo 135 de la CE por orden de Obama y Merkel. Así puso por delante el instinto depredador de la banca. La docilidad del PSOE con el FMI, el BCE y la CE, troika, preparó el triunfo del PP con más de once millones de votos. Llegaron tiempos de suicidios, paro y pobreza. En 2014, tras la irrupción de Podemos, con la maquinaria judicial de los desahucios a tope, el paro desatado y millones de familias cabalgando el hambre y la precariedad, la ley mordaza, la reforma laboral sanguinaria en pleno vigor y las pensiones miserables, el PSOE regaló por dos veces al partido de M. Rajoy en los papeles de Bárcenas el gobierno de España, en diciembre de 2015 y tras la repetición electoral de 2016, aunque podía gobernar con Podemos.

La sentencia condenatoria de la Gürtel hizo que Pedro Sánchez llegara al gobierno de España en junio de 2018 con una moción de censura en la que no creía. Pablo Iglesias le sumó los escaños de Unidas Podemos y los de los nacionalismos vasco y catalán. Hicieron falta dos elecciones más, abril de 2019, veto mediante a Pablo Iglesias alegando insomnio, y noviembre del mismo año, con la irrupción de Vox, para que Sánchez se viese obligado a gobernar con Unidas Podemos.

Esta ha sido una legislatura muy complicada, pandemia y guerra de Ucrania. Se han producido multitud de avances en derechos sociales, feministas, laborales y de los animales, a fuerza de Podemos y con la resistencia del PSOE. La presencia de Unidas Podemos en el gobierno ha obligado al PSOE a proteger a las mayorías sociales. Pero acaba la legislatura con un Pedro Sánchez otanista que entrega el discurso de la igualdad y el feminismo a la ultraderecha, que elude lucir la utilidad del gobierno de coalición, y que, tras dar cancha a Yolanda Díaz para que achique a Podemos, llama al voto útil para laminar el voto por su izquierda.

Termina la legislatura con Pedro Sánchez traicionando lo más ideológico del legado de su gobierno: igualdad y derechos sociales. Así alimenta a la ultraderecha que tapa con la bandera de España y el antifeminismo sus intenciones de regreso a un país sin libertades, un país donde la protección sea exclusiva para la economía rentista y el capitalismo financiero improductivo. Por eso, en este momento, votar izquierda, más si Podemos puede salir, aunque sea bajo el nombre de Sumar, es para las buenas personas un imperativo categórico.

 Publicado en La Voz del Sur

lunes, 19 de junio de 2023

Bienvenida la ansiada unidad

Por fin tenemos la ansiada unidad, ya podemos votar sin muchas dudas. El votante de izquierdas solo tendrá que elegir entre el PSOE y Sumar. La llamada izquierda a la izquierda del PSOE se presenta unida. Bueno, en Cataluña, Galicia y Euskadi, podrá elegir también a ERC, BNG o Bildu. Lo mismo que en 2019 pero con Podemos dentro de Sumar. En Andalucía, si estás en Cádiz, podrá elegir la opción soberanista Adelante Andalucía. Hasta aquí, el número de opciones electivas con capacidad de obtener representación son las mismas que en 2019, salvo en Cádiz que hay una más.

¿Dónde se ha reducido el arco elegible de la izquierda? En Madrid y Comunitat Valenciana, donde Podemos queda en posiciones subalternas de Más Madrid y Compromís. En el resto de territorios es el mismo arco de 2019 con Podemos subsumido en Cataluña bajo la antigua Iniciativa per Cataluña con la denominación actual de Los Comunes, y en el resto bajo el PCE con el nombre de Izquierda Unida. Las fuerzas Aragonesista, Cha, y de Illes Balears, Mes, no tenían capacidad de obtener representación. El proyecto canario Drago no existía en el 2019, estaba en Podemos, es imposible imaginar cuánto suma. Las demás siglas son, eran, electoralmente marginales. La cosa iba de partidos no de programa.

Visto lo cuantitativo, observemos las características cualitativas de la ansiada unidad. La primera, el programa que, aún desconocido, ha sido elaborado por equipos y personas de mucho prestigio, con amplia cualificación y mucho anclaje universitario. Es la escucha. La segunda, que el feminismo de clase, pese a los enormes avances, no lo simboliza Irene Montero. La tercera, que las relaciones con las fuerzas independentistas, que han apoyado las medidas progresistas y de izquierdas del gobierno de coalición, salvo ERC la reforma laboral, quedan diluidas. La entrega de de Barcelona al PSC con los votos de Comunes y PP, es una demostración práctica.

La cuarta, corolario de las anteriores, es que Podemos deja de ser relevante como fuerza de empuje, tanto en la definición táctica como en la estratégica. El “motor Podemos” acuñado por Iván Redondo, como quería la operación sumar, queda en el garaje. Ni más “ruido” ni más relaciones preferentes con Bildu o ERC. El horizonte estratégico de futuro habrá de definirlo la líder del espacio unificado, Yolanda Díaz, de acuerdo con las fuerzas políticas que han resultado de su agrado.

En Granada, podré votar como cabeza de lista a Martina Velarde, secretaria general de Podemos Andalucía, mujer de convicciones andalucistas, una de las personas que más ha trabajado en esta legislatura por la ampliación de derechos que han beneficiado especialmente a las y los andaluces. El 23J veremos la fuerza electoral de la unidad. Ojalá se reedite el gobierno de coalición, ojalá sea imposible un gobierno PP-Vox. Votemos con determinación, demos la bienvenida a la ansiada unidad.

Publicado en Diario Red

miércoles, 14 de junio de 2023

Vámonos que nos vamos

Está es la Calle del Aire. Aquí hablaré de ventolinas, vendavales, torbellinos o huracanes, meteorología en el clima de la época. También sobre las calmas chichas. Imagina esta calle en algún lugar de Andalucía. Discúlpa el bacile, Andalucía tiene costa este y costa oeste, linda con Latinoamérica, con África, con Europa y con el oriente hasta la China, la India y el Japón. Pueblo político, con el idioma de sus acentos, nuestra pureza es la impureza, cultura y sangre mestiza. ¡Ea!

Las batallas de época son las del ecologismo, el feminismo, la justicia social y la territorial. No se pueden dar sin gente, por eso un medio de comunicación veraz es imprescindible, por eso el nacimiento de Canal R(e)d es una epifanía. El gobierno de coalición avanza cercado por la mentira que busca confundir al ruido con las nueces. No se entiende a quienes piden que el motor de empuje, la vela mayor, el timón firme, desaparezca. Menos Podemos no es más.

Año 2023, electoral. Elecciones municipales, un buen puñado de autonómicas y al postre las generales. La izquierda parte de un buen balance, achicharrado por el vapor hiriente que emite la olla mediática madrileña. Incluida RTVE, vergüenza de ente público, entregado a las derechas por Pedro Sánchez a cambio de un pacto fallido de renovación del Consejo General de Poder Judicial.

Las cifras del paro mejoran, el empleo estable aumenta, el IMV progresa adecuadamente, las pensiones crecen sin miseria. El SMI desde 2018 sube casi el 50%. Se avanza fuerte en derechos feministas, ejemplo en el mundo, protección de las familias diversas y derechos de los animales. Se topa el gas para limitar el precio de la luz. Se protege a familias vulnerables de la inflación, potenciada por la guerra de Ucrania.

El presidente cada vez que ha ido a Nueva York se ha reunido con fondos buitre inmobiliarios. Por eso ha costado la primera ley vivienda de la democracia. Empujada con determinación por Podemos, Ione Belarra, y acordada con ERC y EH Bildu, como tantas cosas. Una alianza estratégica que consigue que el PSOE salga de su zona de confort con el gran capital y los fondos buitre.Pedro Sánchez ha trabajado para liquidar el consentimiento de la ley del solo sí es sí. Quiere romper la caja de cambios feminista para debilitar a Irene Montero. Es dura esa caja de cambios. Con la derogación de la ley mordaza arrió velas. Por cosas así, y por su posición proOTAN como sargento de los marines de los EE.UU, está interesado, como la derecha, en que la fuerza que transforma no tenga fuerza. Sumarse a esa línea estratégica es obstaculizar la profundización democrática.¡Ea! Vámonos que nos vamos.

Publicado en DIARIO RED

lunes, 12 de junio de 2023

Votar por Irene Montero

 

La pregunta que intento responder es cómo votar el legado de Irene Montero. La declaración de Ione Belarra, en el entorno de las dos de la tarde del 9 de junio, comunicando la decisión del Consejo de Coordinación de Podemos, avalada por el 93% de las cincuenta y dos mil personas que votaron en veinte horas, para entregar la confianza se decidiese lo que se decidiese, responde al óptimo posible en este momento. Si Podemos no aceptaba la unidad de la izquierda iba a ser despedazado en campo abierto, culpándole de todos los males pasados, presentes y futuros.

Es imposible que aceptar la unidad con Sumar en condiciones inaceptables, con vetos directos e indirectos a líderes tan relevantes como Irene Montero, Pablo Echenique o Rafa Mayoral, fuese una decisión sin la aprobación explícita de estas personas. Las honra profusamente. Los vetos, negados tres veces como San Pedro negó a Jesucristo, existieron. A la cabeza de los vetos estaba la presidenciable Yolanda Díaz, pagando así a quienes la llevaron a estar donde está.

Excluir a la mejor ministra feminista, progresista y de izquierdas de todos los tiempos, de un puesto relevante en la listas electorales, es una carga de plomo en la mochila de Yolanda Díaz. La soberbia de quienes han fraguado Sumar impedirá enmendar semejante infamia, denunciada hasta por la Fundación Internacional de Derechos Humanos. Ojalá se rectifique a la vista de cómo la carroña ultraderechista, que emite radiación atómica desde Madrid, se ha lanzado sobre el cuerpo de Irene. Lean a José Antonio Zarzalejos en El Confidencial, a ver si son capaces de atravesar el campo de hienas hasta el final.

Desde que Pablo Iglesias dimitió YD, con su grupo de fieles procedentes del PCE y de la antigua ICV, se fue alejando del podemismo y retornando a los parámetros de una izquierda más parecida a la que vino a sustituir la fuerza quincemayesca. La caminata hacia atrás ha sido apoyada por medios desde la ultraderecha hasta la progresía y la izquierda, por el propio Pedro Sánchez, a la búsqueda de una izquierda que se constriña a los límites que el imperio y las fuerzas económicas neoliberales y liberales de la Unión Europea marcan como insuperables.

Las próximas elecciones generales pintan mal para Pedro Sánchez y la izquierda. Atacar y participar con silencios cómplices de los ataques a Podemos, no solo reduce el espacio electoral de la fuerza violentada, reduce el campo simbólico y cultural del progresismo. La consecuencia son los resultados de las pasadas elecciones autonómicas y municipales. Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Joan Baldoví e Íñigo Errejón, al predicar la unidad, con Podemos en trastero, se han aliado con la España monárquica, que desde Madrid coloniza los cerebros del resto de territorios para extraer capital ambiental, capital humano y capital monetario de todos ellos.

La pregunta que debemos hacernos es cómo votar el 23J para votar el legado de Irene Montero. Si no se vota, su sacrificio y su trabajo habrán sido inútiles. El día después será, si cabe, más importante. Nunca cuanto peor mejor. Es preciso intentar salvar todo lo que se pueda de los avances conseguidos en esta legislatura gracias a Podemos y su alianza estratégica con Bildu y ERC. Seré explícito, quiero que salga Ione Belarra, quinta por Madrid, Lilith Verstrynge, cuarta por Barcelona, y todas las personas de Podemos que encabezan listas o tienen posibilidades en otras provincias.

PUBLICADO EN DIARIO RED

La decisión de Yolanda Díaz

 

Hasta el viernes nueve de junio Sumar y Podemos tienen margen para acordar una candidatura de unidad. Esperemos que quede inteligencia pragmática en Yolanda Díaz y su equipo. La pasada semana la llamada a conseguir la unidad de la izquierda señaló la puerta de salida a Irene Montero. Querer recluir a Podemos en la sentina de escombros es un error que puede estrellar su proyecto contra la espuma del desencanto. Ni las bases orgánicas de Podemos, ni las bases electorales del cambio, ni mucho menos el feminismo de clase, se verán concernidos por una suma con Podemos escondido en la bodega de carga.

Destacados analistas han puesto de relieve que el proceso errático de Sumar, con el inadecuado manejo de los tiempos, ha contribuido a desconcertar al electorado del cambio. El acto de Magariños alimentó el desasosiego. Pedir la unidad y avanzar sin Podemos genera desconcierto. Hablar de escucha, decir que esto no va de partidos, pero visibilizar guiños con partidos para ocupar puestos en las listas es incoherente. Los resultados electorales del pasado 28M son la consecuencia.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, a la vista de que el gran perjudicado en las elecciones municipales y autonómicas ha sido el PSOE, ha adelantado su objetivo de volver al bipartidismo monárquico con una izquierda subalterna del régimen del 78. Sánchez ha dado la orden de merendarse a Sumar en las elecciones del 23 de julio. Para ello podemiza su discurso adelantando a Yolanda Díaz por la izquierda. Es lo que hizo para ganar a Susana Díaz. Un indicador de que el potencial votante de Sumar sin el factor diferencial de Podemos puede preferir al PSOE como voto útil.

La unidad es un mito en el campo de la izquierda, un fin en sí mismo. Se impone la matemática de la ley D´Hont. El debate de la unidad hurta pensar la línea del horizonte estratégico. La derecha tiene trazadas con nitidez las líneas defensivas de la España monárquica. Son el estado centralista contra Cataluña y Euskadi y el estado machista contra el feminismo de clase. Del lado de esa derecha se ha situado siempre el PSOE cuando de debilitar la fuerza de transformación de Podemos en su alianza estratégica con ERC y Bildu se trataba.

Reformar con el PP en 2011 el artículo 135 de la CE, alinearse con Rajoy para la aplicación del 155 en Cataluña, o pactar la liquidación del consentimiento en la ley del solo sí, junto con la indolencia para renovar el CGPJ o derogar la ley mordaza, definen la función del partido que aglutina la mayor parte de voto progresista. Ignorar eso deja a Pedro Sánchez todo el campo de maniobra para pedir el voto útil. Tanto en solitario como dentro del bloque de Sumar, Podemos representa el empuje de transformación que ni el PSOE ni la derecha española desean. Yolanda Díaz debe decidir antes del nueve de junio si Sumar es un PSOE bis o un proyecto que aspire, no a suplantarlo, sino a sustituirlo.

PUBLICADO EN DIARIO RED

sábado, 10 de junio de 2023

Valentía, inteligencia, democracia y generosidad

Ione Belarra, secretaria general de Podemos, junto a Echenique.

Si hacemos memoria desde que en 2014 irrumpió Podemos en el escenario político, de lo difícil que ha sido llegar al gobierno, de las veces que miles de personas han votado internamente para tomar decisiones relevantes, de los montones de veces que sus líderes han salido a apoyar a campo abierto a aliadas y aliados de otros partidos,  o de otras corrientes internas, que estaban siendo vilipendiados y perseguidos, sin ser correspondidos a la inversa, si repasamos el catálogo de disidencias que podrían haber tenido la paciencia para gestionarlas internamente; si recordamos los momentos en que quienes hubiesen dejado pasar al PSOE con Ciudadanos, o quienes se negaban a entrar en un gobierno con el PSOE, han sido utilizados por enemigos políticos de gran tamaño, no podemos más que alegrarnos de lo logrado por Podemos.

Si tuviese que adjetivar las virtudes de Podemos, serían la valentía, la inteligencia, la democracia y la generosidad. Hace falta mucha valentía y mucha inteligencia para avanzar cercados por el odio, acosados por el poder judicial, tiroteados por mercenarios periodísticos, y con toda la estructura del poder heredero del franquismo en contra. Hace falta mucha convicción de democrática para llevar a consulta a las personas inscritas tanto para la elección de modelos y cargos como para  la definición de estratégicas o toma de decisiones relevantes, yo no la había visto nunca. Hace falta mucha generosidad para que quienes vencían en los procesos internos no liquidaran a los perdedores. Basta recordar la salida para Madrid que se le dio a Errejón o la capacidad de liderazgo que mantuvo en Andalucía Teresa Rodríguez, a pesar de estar en contra de entrar al gobierno. Nunca se les señaló la puerta de salida, se fueron.

Esas virtudes políticas dignifican a Podemos al acordar con Sumar un pacto electoral para el 23 de julio. Un pacto en el que no es posible olvidar el veto a Irene Montero, la desaparición de las listas de Rafa Mayoral y Pablo Echenique, el boicot planteado por Compromís en la Comunitat Valenciana, o la relegación a puestos de segunda en Madrid o Barcelona de mujeres tan relevantes como Ione Belarra o Lilith Vestringe.

Valentía, inteligencia, democracia y generosidad para intentar reeditar un nuevo gobierno de coalición que impida que la ultraderecha gobierne retrocediendo en todo lo conseguido. Para no lanzar las naves del partido, con las más de cincuenta mil personas que votaron apoyando la decisión que tomase el consejo de coordinación, contra los acantilados. Valentía, inteligencia, democracia y generosidad para poner por delante los intereses de las mayorías sociales a los intereses personales, para seguir pensando un proyecto republicano, plurinacional y feminista, agarrado a la territorialidad, no subalterno de los límites que el PSOE marca a los avances democráticos. Valentía, inteligencia, democracia y generosidad para limitar el daño contra el movimiento político de izquierdas más determinante que tiene España.

Lo dicho, más vale un mal acuerdo que una buena guerra.

 Publicado en La Voz del Sur