La estadística es un instrumento esencial de la ciencia. Las encuestas y la estadística son una herramienta fundamental en la sociología y la política. Digo esto porque no es raro encontrar quienes dicen que las encuestas y la estadística mienten. Suelen vivir en mundos interiores de los que solo fluyen creencias íntimas que sumadas dan lugar a impresiones colectivas. Contra la creencia siempre la ciencia, contra la fe la razón.
Otra cosa es la instrumentalización de las encuestas o la estadística. Vale. Pero eso solo es cuando hay sesgo en las preguntas y/o ocultación de datos o falseamiento de datos, o está mal planificada o ejecutada técnicamente. No es mi objetivo evaluar tales aspectos, no estoy capacitado para ello. Me propongo solo reflejar los datos objetivos que me parecen relevantes de la última encuesta postelectoral del CIS en Andalucía publicada el 6 de junio de 2012.
El 53,3 % del electorado andaluz considera más bien desfavorable la política del gobierno central respecto a Andalucía, frente a un 13,3 % que la considera favorable, una franja intermedia del 14,3 % dice que ni lo uno ni lo otro. A esto hay que sumar que un 72,2 % considera que la gestión del gobierno central está siendo regular, mala o muy mala.
De las preguntas 10 y 11 se deduce que un porcentaje en torno al 35 % del electorado siguió la campaña electoral con mucho o bastante interés, del cual un 15 % afirma que bastante o mucho le sirvió para decidir su voto.
La pregunta 13 nos dice que el acceso a la campaña electoral a través de internet cobra cada vez más fuerza alcanzando un 16 % del electorado, aunque la televisión sigue siendo determinante (pregunta 12).
La número 14 nos dice que las elecciones han sido tema de conversación para más de un 55 % del electorado en sus entornos familiares o de amistades.
De la número 17 se deduce que un 15,2 % del electorado tuvo dudas, para un 10,0 % las dudas fueron entre varias opciones. Para el resto la alternativa a votar una opción política era la abstención o el blanco. De entre quienes dudaron destaca la duda entre PP o PSOE (32,2 %) y entre PSOE o IU (14.1%).
En la pregunta 18 se observa que un 20 % tenía decidido no ir a votar, de esta franja el 16,7 % no fue a votar para no votar al PP, y el 21,1 % para no votar al PSOE y el 9 % para no votar a IU, son votantes desencantados de sus opciones. La abstención estructural en Andalucía es del 29,2 %, el resto de la abstención se debe a factores coyunturales políticos o personales (18c y 18d).
Un 23,5 % del electorado decidió su voto durante la campaña electoral (pregunta 19). En la 19b destaca el 17, 8 % de decisión de voto en base a la defensa de los intereses de Andalucía y el 27,8 % en base a posiciones ideológicas colectivas. Votar una opción para que no gane otra es el leitmotive del 17,2 %, y el voto de camiseta, siempre se vota al mismo, es del 14,5 %.
La pregunta 20 refleja con toda claridad que el centro de la decisión del voto ha estado en “los temas de Andalucía”, con un 56,4 % frente a 14,2 % de “los temas de España,” ambos temas eran determinantes para el 21,7 %.
La pregunta 22 dice que los resultados electorales del 25M han sido positivos para el 39,0 % y negativos para el 35,7 %.
El gobierno de coalición PSOE-IU está apoyado por un 35,9 % de cuerpo electoral a lo que se suma un apoyo del 12,1 % a la opción de apoyo parlamentario de IU al PSOE, frente a un 24,6 que prefiere un gobierno en solitario del PP (pregunta 23).
Por este orden la sanidad (26,9 %), la educación (23,5 %), la vivienda (16,5 %) y el empleo (12,5 %) son las prioridades para las y los andaluces (pregunta 24).
Javier Arenas (PP) se desploma en la valoración de su liderazgo 3,9 frente al 4,55 de José Antonio Griñán o 4,16 de Diego Valderas (pregunta 26).
La mayor identificación del electorado andaluz (pregunta 27) es con el PSOE (31,5 %), seguido del PP (18,3 %) y muy de cerca de IU (18,1 %).
La pregunta 28 refleja un amplio descrédito de los partidos políticos la mayoría piensa que juegan en su propio interés y que no se preocupan mucho de la gente.
Las y los andaluces se siente tan españoles como andaluces (70,4 %) destacando un (15,1 %) que se sienten más andaluces que españoles (pregunta 29). Muy por debajo se encuentran la posición españolista (4,8 %) y la más española que andaluza (6,5 %).
En la pregunta 30 se observa que el electorado andaluz defiende la autonomía con un 57,9 % a lo que se suma un 8 % (65,9 %) que demanda más competencias. Las opciones centralistas con o sin autonomía son minoritarias (23,8 %).
En la escala ideológica (pregunta 31) Andalucía es un 27,4 de derechas, si incluimos la opción liberal, y un 40,3 de izquierdas, incluyendo un 2,2 que se define como ecologista en primera opción. El nacionalismo andaluz cae hasta el 0,5 %. La pregunta 32 refleja un 29,5 % situado en el centro de la escala, un 37,1 % a la izquierda y un 11,1 % a la derecha.
De la encuesta deduzco las siguientes conclusiones:
1. La política interesa en Andalucía bien por activa o bien por pasiva, bien para criticarla o bien para tomar posiciones ideológicas y actuar.
2. El electorado andaluz es muy mayoritariamente progresista de izquierdas.
3. Al electorado Andaluz le interesan y mucho los temas de Andalucía.
4 El PP no ganó la mayoría absoluta el 25M porque buena parte del electorado que lo voto el 20N en las generales se quedó en casa para no hacerlo otra vez. El PSOE no ganó la mayoría absoluta porque una buena parte de su electorado se desmovilizó tras el giro del gobierno de Zapatero hacia posiciones de derechas y la percepción de inactividad del Gobierno de Griñán desde entonces hasta la convocatoria de elecciones en Andalucía. La pérdida de apoyo del electorado tradicional de IU se compensó ampliamente con la decisión de votar a la segunda opción de voto del PSOE que es IU.
5. Javier Arenas no va a aguantar como líder del PP en Andalucía.
6. UPyD no es opción en Andalucía.
7. El ecologismo político tiene que definir su estrategia y sus posiciones ideológicas o no será capaz de influir en la política andaluza.
8. La autonomía andaluza no está en cuestión, de hecho parece reforzada respecto de sus inicios. Una parte importante del electorado considera que se necesitan más competencias.
9. Las opciones políticas que no defienden Andalucía están en franca minoría o en regresión.
10. La velocidad de deterioro del apoyo al gobierno de Rajoy en Andalucía es muy elevada.
11. El apoyo a un gobierno de coalición PSOE-IU en Andalucía es mayoritario. El 70% del electorado de IU lo apoya.
12. La socialdemocracia y el socialismo sigue siendo la opción ideológica mayoritaria. El nacionalismo andaluz está en clara regresión. La izquierda comunista es marginal. El ecologismo solo despunta ligeramente como segunda opción de voto.
13. Los partidos están en crisis de representatividad, minusvalorados y denostados.
14. Los resultados de las elecciones del 25M estaban abiertos, las dudas se tradujeron en frenar a la derecha cuando ésta empezó a titubear primero y luego a mostrar cuales eran sus verdaderas intenciones tras las elecciones generales.
15. La separación de las elecciones andaluzas de las generales favorece los intereses de Andalucía.
16. Las y los andaluces aprecian enormemente su sistema de sanidad y educación pública.
Corolario:
En Paralelo 36 estamos trabajando para defender los intereses de Andalucía desde posiciones de izquierda, ecologistas y andalucistas de izquierdas. El llamamiento que realizamos en la editorial del 17 de abril a la convergencia, la articulación social y el apoyo crítico al gobierno de izquierdas para Andalucía, va en la dirección correcta, es necesario reforzar y/o crear marcos de interpretación de la realizad distintos a los neoliberales recuperando la tradición ilustrada (libertad, igualdad y solidaridad). Es necesario apuntalar críticamente las políticas de izquierdas y tensionar al gobierno andaluz para que confronte con el gobierno central, demande lo que legal y estatutariamente le corresponde a Andalucía, defienda una reforma del modelo de financiación autonómica y de distribución de los fondos públicos hacia las autonomías que tengan en cuenta los indicadores diferenciales de PIB, desempleo, territorio y desigualdad, negociando el pacto fiscal y los objetivos de déficit para Andalucía (totalmente injustos).