Siento la Política como un deber moral. Aquí en este espacio de pensamiento y cooperación política, Paralelo 36, me expreso. Me revelo contra la tecnocracia, contra la antipolítica del “todos son iguales”, contra la profesioanlización de la política y contra quienes aspiran a ser profesionales de la política incluso sin haber sido elegidos por la ciudadanía. No soy nuevo. Nuevos fueron los soviets, la Alemania Democrática, y la República Popular China. No soy nuevo en ninguna parte me decía mi padre. Somos el sedimento de lo que fuimos, somos lo que somos, y somos lo que queremos ser. Pasado presente y futuro, dinámica vital. Reinvención.
“Haced política, no la dejéis en manos de los de las brillantes corbatas,” un mensaje que embotellé alguna vez, “no consintáis, no toda la política es igual, las gentes comprometidas no han venido al mundo para lucrarse como nos quieren hacer creer los desalmados. La democracia está herida.” A la espera, “un carroñero grupo de Berlusconis acecha esperando el asalto definitivo.”
Me quedé corto, llegarón los hombres de negro, los enterradores de la democracia. Están en nuestros gobiernos. Miren la cara desencajada con la que últimamente aparece Rajoy en todas las fotos de prensa. Es como si no pudiera creerse que son los suyos los que nunca tiene bastante. Son los suyos los que se van a merendar sus falsas promesas para nada. Son los suyos los que lo tiran a la basura a diario como un pelele dándole ordenes precisas.
Estática política: Es la aspiración del poder a que todo siga igual, es el totalitarismo inmóvil. Es la pátina de la pureza y la verdad, que impide llegar a acuerdos con otras ideas y otras personas tras debates y contiendas, es la actitud del no votar si no está todo el mundo de acuerdo -la justifican con el “no hay consenso”, entre tanto las sombras se mueven y se dan la mano-. Es la incapacidad para comprender un mundo social dinámico y evolutivo, atravesado por el acontecer y el suceso que marcan la flecha del tiempo político. Es la soledad, el mundo interior, la endogamia y misterio de la autoperpetuación. Es la pose de la derrota y la foto finish del fracaso.
Dinámica política: Es la capacidad de adaptación al medio social para intentar el éxito de las ideas que defiendes, unos le llaman pactismo, otros traición, otros oportunismo, otros conflicto. Yo le llamo pragmatismo, defender ideales en condiciones difíciles llegar a acuerdos y provocar pequeños o grandes saltos cuánticos para beneficio social. Le llamo tolerancia, inteligencia emocional colectiva, afan de superviviencia, capacidad de influencia, transparencia, flexibilidad, cintura, acción. Riesgo y valentía.
No son tiempos de cofradías, no son tiempos de vida de partido, son tiempos de conectar Política y sociedad. Es tiempo de ideas y tiempo de lucha. Tiempo de plural y no de singular. Tiempo para la memoria y la reinvención de la izquierda. Dialéctica.
Por eso apoyo y comparto los objetivos de este Llamamiento a la convergencia política, la articulación social y el apoyo crítico al gobierno de izquierdas para Andalucía (fue lo que el pueblo andaluz pidió en las urnas en un acto de inteligencia colectiva), que germinó este sábado 23 en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla en la Jornada de debate para la cooperación de la izquierda andaluza, y concluyó con acuerdo para conformar un nuevo espacio sociopolítico andaluz, sumar esfuerzos y constituir un movimiento social y político amplio, basado en la cooperación de la izquierda andaluza plural, plantar cara a las sucesivas agresiones neoliberales que destruyen la democracia y nuestro futuro común, conectar nuestro autogobierno y la ciudadanía, y defender Andalucía como comunidad política.
A ganas no hay quien nos gane.
*Ilustración, obra de José Piñar